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Política, realeza y drama: la crisis que vive Jordania
En medio de acusaciones de que conspiró contra su hermanastro el rey de Jordania, el príncipe Hamza prometió permanecer “leal” a este, Abdalá II. El príncipe sigue bajo detención domiciliaria, mientras su madre, la reina Noor Al-Hussein, exige se le libere.
Los últimos días en Jordania parecen sacados de una historia de ficción. Un joven príncipe que alguna vez soñó con ser rey acusó de corrupto a su hermano mayor, convertido en monarca, mientras su madre, la cuarta esposa del rey difunto, lamenta que no sea su hijo el que gobierna la nación.
Hoy, el príncipe Hamza prometió permanecer “leal” a su hermanastro, el rey Abdalá II de Jordania, tras ser acusado el fin de semana de estar implicado en un complot “maléfico” contra su país. “Permaneceré leal a la herencia de mis ancestros, a Su Majestad [el rey Abdalá II], así como a su príncipe heredero, y me pondré a su disposición para ayudarlos y apoyarlos”, escribió en una carta publicada este lunes por la noche en un comunicado del Palacio Real.
Hamza, quien está detenido en su palacio acusado de conspirar contra su hermanastro, expresó su rechazo a obedecer las órdenes de restringir sus movimientos y, en cambio, acusa al poder de “corrupción”, sellando así la fractura en la familia real jordana.
En una conversación telefónica, cuya grabación fue difundida la noche del domingo en Twitter, el príncipe le afirmó a un interlocutor no identificado: “Por supuesto que no acataré (las órdenes del jefe de Estado mayor, el general Yousef Huneiti), cuando me dice que no estoy autorizado a salir, tuitear, comunicarme con la gente y que solo se me permite ver a mi familia”.
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La crisis estalló el sábado pasado con la acusación a Hamza de “actividades” contra el reino y con la detención de varias personalidades jordanas, según las autoridades por “razones de seguridad”.
Ese mismo día, el príncipe, hijo mayor del rey Hussein y la reina Noor (estadounidense), negó haber participado en un complot y acusó a las autoridades de su país de “corrupción” e “incompetencia”. Desde su detención, la reina Noor, cuarta esposa del difunto rey Hussein, ha defendido la inocencia de su hijo primogénito asegurando que reza porque se conozca la verdad detrás de las acusaciones en su contra.
Al día siguiente, el vice primer ministro, Ayman Safadi, afirmó que la “sedición” había sido frustrada de raíz y acusó al príncipe de haber colaborado con una “potencia extranjera” sin identificar. Además, anunció la detención de 15 personas, incluyendo a Basem Awadalá (antiguo asesor del rey).
El vice primer ministro afirmó que los servicios de seguridad “habían seguido durante un largo periodo las actividades y los movimientos del príncipe Hamza bin Huséin, de Cherif Hasán ben Zaid y de Basem Awadalá (antiguo asesor del rey) y otras personas, por la seguridad y la estabilidad de la patria”.
A solicitud del rey, el jefe del Estado Mayor visitó el sábado la residencia del príncipe para pedirle “detener las actividades que podrían ser utilizadas para socavar la estabilidad y la seguridad de Jordania”, pero la reunión no salió bien, añadió Safadi, que habló de un “plan perverso”.
“He grabado toda la conversación y la he distribuido (...) Ahora estoy esperando a ver qué va a pasar y qué van a hacer. No quiero moverme (por el momento) porque no quiero empeorar la situación”, dijo el príncipe Hamza en su última grabación, denunciando una situación “inaceptable”.
Según residentes, internet está cortado desde hace dos días en un exclusivo barrio del oeste de Amán, donde viven el príncipe, así como otros príncipes y princesas del reino.
De acuerdo con los deseos de su padre, fallecido en 1999, Hamza fue nombrado príncipe heredero cuando Abdalá II se convirtió en rey. Sin embargo, en 2004, el soberano le retiró el título para dárselo a su hijo mayor Huséin.