MUNDO
Por compartir conversaciones íntimas con mujeres detuvieron a hombre de nacionalidad china
Autoridades iraníes lograron bajar el contenido de las redes sociales.
Un hombre de nacionalidad china fue detenido este lunes por la Policía de Irán y miembros de la fuerza de inteligencia de la ciudad de Kashán, en el centro del país. El hombre, de quien no han revelado plenamente su identidad, habría publicado en redes sociales videos de conversaciones íntimas que sostuvo con mujeres iraníes.
El fiscal del caso, Rouhollah Dehghan, reveló que ya han recibido varias denuncias en contra del detenido por sus publicaciones en las plataformas digitales, las cuales han “provocado muchas reacciones entre los iraníes”.
Por el momento las autoridades iraníes no han dado a conocer los cargos que enfrenta el hombre de nacionalidad china. Mientras tanto, el contenido revelado por el detenido fue retirado de las redes sociales.
Es importante destacar que ante las restricciones sociales que se han dado en todo el mundo por cuenta de la pandemia del coronavirus, muchas personas en todo el mundo han optado por encontrar otro tipo de dinámicas para satisfacer sus necesidades sexuales y en ese sentido ha aumentado la práctica del ‘sexting’ y el ‘grooming’.
De acuerdo con la organización GCF Global, el sexting es el término utilizado para describir el envío de contenido sexual o erótico, principalmente fotos y videos, creados por el mismo remitente para otras personas por medio de internet.
Según GCF, esta práctica es realizada principalmente entre jóvenes, y el acceso a internet y a dispositivos móviles ha permitido que se extienda, con el peligro de que estos contenidos puedan caer en manos equivocadas o que terminen publicándose en redes sociales o plataformas de pornografía, que monetizan estos contenidos para adultos, aunque incluyan imágenes de menores de edad.
“El problema del sexting es que, al enviar material con contenido sexual por internet, se pierde el control sobre la difusión del mismo y puede volverse viral fácilmente”, indica la organización, que agrega que aunque las fotos o los videos se puedan enviar a la pareja, en ocasiones estas relaciones terminan y la otra persona puede compartirlas sin el consentimiento del otro.
Pero este no es el único riesgo que existe frente al sexting, pues también se corre el peligro de que hackers puedan robar la información de un celular o un computador, incluso de almacenamiento en la nube, y terminen extorsionando al dueño de los datos a cambio de no publicar este contenido íntimo.
El mal uso del sexting puede desencadenar en delitos virtuales como el ciberacoso, stalking y grooming. Además, diferentes estudios indican que quienes sufren este tipo de situaciones pueden llegar a desarrollar problemas de depresión, autoestima o ansiedad.
Por otra parte, la organización Save The Children describe el grooming y su evolución digital el online grooming (acoso y abuso sexual online), como formas delictivas de acoso que implican a un adulto que se pone en contacto con un niño, niña o adolescente, con el fin de ganarse poco a poco su confianza para luego involucrarle en una actividad sexual.
Esta práctica tiene diferentes niveles de interacción y peligro, pues se pueden presentar desde conversaciones sexuales, hasta encuentros de este tipo. “Se trata de un proceso en el que se produce un vínculo de confianza entre la víctima y el acosador. Este intenta aislar poco a poco al menor, y lo consigue desprendiéndolo de su red de apoyo (familiares, profesores, amigos, etc.) y generando un ambiente de secretismo e intimidad”, indica la organización.
En el marco digital, cabe mencionar que se considera como grooming cuando el abusador envía, a través de un medio tecnológico, material sexual al menor luego de hacerse pasar por un igual.
El informe Violencia Viral, de Save The Children, realizó una encuesta con casi 400 jóvenes de entre 18 años y 20 años en España, para conocer si durante su infancia y adolescencia les afectó alguno de los tipos de violencia en línea.
El estudio confirmó que el online grooming es mucho más común de lo que se pensaba, pues uno de cada cinco de los encuestados ha sufrido este tipo de acoso y el 15 % en más de una ocasión. De media, la primera vez que sufrieron esta violencia fue con 15 años.