Dormir en el suelo
La llamativa práctica ha acaparado la atención de miles de personas alrededor del mundo. | Foto: Getty Images/iStockphoto

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¿Por qué a los japoneses les gusta dormir en el suelo?

Aunque en occidente sea impensable hacer algo así, en este país asiático hace parte de su cotidianidad.

Redacción Semana
5 de septiembre de 2023

Dada la diversidad de culturas alrededor del mundo, es normal encontrarse con comportamientos o normas que no son vistas de la misma manera en una latitud que en otra, por lo que las anécdotas de los viajes en partes alejadas al país de origen pueden llevarse la gran parte de los recuerdos. La comida, los olores e incluso algunas palabras pueden convertirse en un choque cultural muy fuerte, por lo que no todos los destinos son aptos para cualquier persona.

Aun así, hay conductas que son más divulgadas que otras, como la hora de tomar el té, una costumbre ampliamente difundida por los británicos, o como el sabbat que practican los judíos, o el llamado a la oración de parte de los musulmanes. A estos, se une un comportamiento muy conocido que realizan los japoneses el cual consiste en dormir en el suelo.

La ciudad más poblada del mundo sigue siendo la capital japonesa.
Tokio, la capital de Japón, es la ciudad más poblada del mundo. | Foto: Getty Images

¿Por qué hacen esto?

Los primeros humanos dormían en el suelo dada la escasa recursividad con la que contaban en ese momento, hasta que en Mesopotamia y Egipto se comenzó a dar uso de los colchones. Por ello, la acción de dormir en camas se le debe a estos dos reinos muy prósperos en Oriente Medio.

Aunque se pueden adquirir colchones para todos los gustos en Japón, debido al reducido tamaño de los hogares nipones dada su arquitectura minimalista, algunos prefieren comprar muebles pequeños y no hacer uso de los colchones, por lo que deciden dormir en el piso.

Sin embargo, existe más de una razón del porqué los japoneses no utilizan colchones para dormir, basadas en contextos históricos y en su cultura comportamental.

Durante el siglo XIII, mientras los mongoles conquistaron buena parte de Asia, instauraron el uso de muebles dentro de los hogares, como fue el caso de China, país en donde, al igual que en Japón, sus ciudadanos dormían en el piso; sin embargo, con el imperio mongol como centro de poder, los chinos fueron adoptando el uso de catres de madera, como lo relata La República.

No obstante, como los japoneses no fueron invadidos por los mongoles, su tradición de dormir en el suelo sigue intacta hasta hoy día.

¿Qué significado tiene dormir del lado izquierdo o derecho de la cama?
Dormir en colchones fue una idea originaria por los imperios de Mesopotamia y Egipto. | Foto: Getty Images

Otra condición llamativa es debida a que los japoneses no sienten frío al dormir en el suelo, ya que los cimientos de las casas tradicionales los elaboraban por encima del piso. En la actualidad, los nipones optan por cubrirse con mantas o alfombras, sin recurrir a un colchón.

Asimismo, los japoneses practican el ‘inemuri’, lo en la práctica significa tomar pequeños descansos de pie en el bus, en la oficina o en otro sitio que les genere confianza. Este momento de quietud requiere de estar alerta frente a cualquier situación que se pueda presentar en el ambiente, por lo que el cuerpo se debe educar para descansar pero estar atento a la vez.

Dormir en Japón: una cuestión de honor

Dentro de la cultura japonesa si una persona se encuentra dormida en la calle significa que aquel individuo se ha esforzado lo suficiente para ser lo que es (sea en el trabajo, la casa o el estudio), por lo que, ante los ojos de los nipones, dormir no es considerado como un acto de pereza, sino de esfuerzo recompensado. Por tal motivo, algunas personas pueden dormir en medio de sus jornadas laborales.

Dormir boca arriba es perjudicial para la salud.
Poco a poco, el choque cultural entre oriente y occidente es más fuerte pero menos criticado. | Foto: Getty Images

A pesar de que en occidente se vea de mala manera descansar en medio del trabajo, la sociedad japonesa está acostumbrada a este hecho. Una vez más, el choque cultural no se remonta tan solo a los espacios académicos o de entretenimiento, sino a los laborales.