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¿Por qué arden los bosques de Europa?

Apenas a la mitad del verano europeo, el área incendiada de los bosques ya se extiende a través de los Balcanes, Italia y el sureste del Mediterráneo, sobrepasando la de años anteriores.

9 de agosto de 2021
Incendio forestal en Pefki Village en la isla de Evia, a unos 189 kilómetros al norte de Atenas, Grecia
Un avión cae agua sobre un incendio forestal en el pueblo de Ellinika en la isla de Evia, a unos 176 kilómetros (110 millas) al norte de Atenas, Grecia, lunes, 9 de agosto de 2021. Los bomberos y residentes lucharon contra un gran incendio forestal en la segunda isla más grande de Grecia para un El séptimo día de lunes, luchando para salvar lo que pueden de las llamas que han diezmadas grandes extensiones de bosques prístinos, destruyeron hogares y negocios, y han enviado a miles de personas que huyen. Foto: AP / Petros Karadjias. | Foto: AP

Los incendios forestales que están azotando el sur de Europa desde julio, ya sean debidos a la caída de rayos o causados intencionalmente, se extienden cada vez más debido a la sequía y al calor extremos. Los científicos no tienen dudas de que es el cambio climático el principal motivo de que ardan otra vez los bosques en Europa. También consideran que no hay una adaptación al cambio climático adecuada para combatir los incendios forestales en los países propensos a ellos.

Esta es una mirada a los países del Mediterráneo y los Balcanes, y a las razones por las que allí los incendios forestales son más comunes, así como a sus consecuencias en un mundo que se calienta cada vez más.

¿Por qué la región del Mediterráneo es propensa a los incendios forestales?

Los incendios de verano son naturales y a menudo un aspecto necesario de la vida en los bosques del Mediterráneo. En la década anterior a 2016, cerca de 48.000 incendios forestales quemaron 257.000 hectáreas por año a través de los cinco países europeos donde esos fuegos prevalecen más: España, Francia, Portugal, Italia y Grecia. De acuerdo con los científicos, el fuego también puede generar renovación y fomentar la diversidad en esas regiones.

De hecho, las comunidades han aprendido a lidiar mejor con los incendios forestales anuales promedio en las regiones cálidas y áridas del sur de Europa, y cuentan con estrategias de prevención de incendios más sofisticadas que condujeron a una disminución del número y la magnitud de esos fuegos desde 1980.

Pero en años recientes, la extensión y la cantidad de esos incendios aumentaron mucho más allá de lo normal.

Los incendios forestales devastadores de 2017 y 2018 acabaron con la vida de cientos de personas dentro de un área que va desde Turquía hasta España, mientras que los países del centro y norte de Europa, incluida Suecia, también sufrieron por el fuego. Este tipo de eventos están inevitablemente ligados a sequías y olas de calor extremas.

¿Qué es lo que provoca el fuego?

El mes de julio fue el segundo mes más caluroso jamás registrado en Europa (y el tercero más caluroso a nivel global). El sur del continente ha sido un foco de calor extremo, con temperaturas en Grecia que se espera alcancen los 47 grados centígrados.

Grecia y su vecino Turquía están en medio de una ola de calor que podría ser la peor en 30 años, evocando el recuerdo de la temporada de incendios de pesadilla en 1987, que tuvo un saldo de más de 1.500 víctimas mortales solo en Grecia.

En Turquía, casi 200 incendios diferentes asolaron al país en solo una semana, forzando a algunos residentes de las costas y a muchos turistas a huir hacia el mar Egeo para estar a salvo.

Los incendios son producidos tanto por causas naturales, como la caída de rayos, pero también pueden ser causados intencionalmente. Sin embargo, el calor extremo incrementó su intensidad y es, en realidad, el culpable de la destrucción que se extendió por las regiones afectadas por el fuego. Esta es la razón por la que en Europa se ha quemado al menos un 55 % más de terreno hasta el 5 de agosto que la media de los 12 años anteriores. Este hecho se ve agravado por una gestión forestal obsoleta y, a veces, incluso por la sobreprotección de los bosques naturales, por ejemplo, mediante la extinción de incendios. En algunos bosques, como la Pineta Dannunziana, no se lleva a cabo la limpieza de la maleza subyacente con quemas controladas. Esa maleza se incendia muy rápidamente.

En casi toda la región mediterránea europea, el manejo de los incendios se limita a la supresión del fuego, y no se basa en la adaptación al cambio climático global, informa el estudio “Comprendiendo los cambios en los incendios en el sur de Europa”, de 2021.

¿Qué tiene que ver el cambio climático con los incendios?

El hecho de que el área quemada en la región del Mediterráneo disminuyera ligeramente en los últimos 40 años, se debe principalmente a un control más efectivo de los incendios, de acuerdo con la Agencia Europa de Desarrollo (EEA, por sus siglas en inglés).

El calentamiento global aumenta la frecuencia y la severidad de las condiciones climáticas que propician incendios en todo el planeta, como se observó durante los incendios forestales sin precedentes en Australia y California en años recientes. Inevitablemente, el cambio climático también incrementó el riesgo de incendios en los bosques de toda Europa, incluyendo las regiones centrales y del norte europeo, que no son propensas a ellos por lo general.

El actual récord de sequías y de olas de calor en la región del Mediterráneo es similar a los sucesos de 2018, cuando “más países sufrieron los mayores incendios nunca antes vistos”, según la EEA.

¿Qué repercusiones tienen los incendios en el clima?

A nivel mundial, los incendios forestales son responsables de importantes emisiones de gases de efecto invernadero y del 5 % al 8 % de los 3,3 millones de muertes prematuras anuales por la mala calidad del aire, según el grupo climático Carbon Brief.

Pero las emisiones de carbono de los incendios forestales han disminuido en las últimas décadas. Esto se debe, una vez más, a la mejora de la prevención contra incendios.

El problema sin resolver aún es la severidad o la intensidad del fuego, que tiene un efecto de mayor alcance en la captura de carbono, ya que los bosques se queman tanto que los árboles no vuelven a crecer.

En 2017, las emisiones de CO2 de los incendios forestales extremos en el suroeste de Europa (es decir, la Península Ibérica, el sur de Francia e Italia) fueron las más altas desde, por lo menos, 2003, alcanzando aproximadamente 37 teragramos de CO2.

Para poner esto en contexto, los incendios forestales de excepcional alcance en la Península Ibérica y la costa mediterránea en 2003 representaron el mismo nivel de emisiones antropogénicas que todas las de Europa occidental.

Y si la intensidad de los incendios forestales destruye una cubierta forestal significativa en 2021, la pérdida resultante de sumideros de carbono podría ser aún más devastadora para el clima.

Reportaje de la Deutsche Welle (DW).

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