¿Por qué Chile vuelve a encerrarse a pesar de las exitosas jornadas de vacunación?

El tema de 2021 sin lugar a dudas será la vacunación contra el covid-19. El insaciable deseo de regresar a la normalidad está cada vez más cerca y las exitosas jornadas de inmunización de varios países son pasos agigantados hacia ella. Israel es un ejemplo a seguir en cuanto a inmunización se refiere. Fue el primer país en cerrar tratos con farmacéuticas para asegurarse una buena cantidad de vacunas y ha suministrado las dosis a un ritmo veloz que le ha permitido flexibilizar sus medidas contra el covid-19 con el pasar de los meses. Por desgracia, Chile no puede decir lo mismo. Aunque lidera la vacunación en la región; el virus y los contagios no cesan, por lo que el Gobierno ha vuelto a encerrar a sus habitantes para controlar los contagios y las muertes por coronavirus.

El éxito en Israel

Israel ha registrado caídas dramáticas en las tasas de contagios, presencia en hospitales y muertes tras llevar a cabo su jornada de vacunación, considerada la más rápida del mundo. El país de 9 millones de personas ha administrado las dos dosis de la vacuna de Pfizer a más de la mitad de su población. Por ende, las calles de Israel vuelven a saborear, progresivamente, la normalidad que existía antes de la pandemia y la reapertura de tiendas, hoteles, conciertos y cines. A pesar de esta flexibilización, todavía es obligatorio el uso del tapabocas.

Según The Guardian, un análisis de Eran Segal, biólogo computacional del Instituto de Ciencia Weizmann de Israel, informó que desde un pico de infecciones en enero, el país había visto caídas diarias del 96 % en los casos, del 90 % en los pacientes críticamente enfermos y del 85 % en las muertes. Según las estadísticas del Ministerio de Salud , las infecciones diarias se han desplomado a cientos, una disminución masiva desde enero, cuando hubo 10.000 infecciones confirmadas por día en un momento dado. El martes, el número total de casos activos fue aproximadamente la mitad de esa cifra.

Chile: exitoso, pero encerrado

Chile inició su vacunación el 2 de febrero. Desde entonces ha sido la envidia de todos los países de la región, pues ha sido el más rápido de Sudamérica. Más de un tercio de los 18 millones de habitantes del país han recibido al menos una inyección de la vacuna de Pfizer o Sinovac. Sin embargo, los casos se han disparado hasta el punto de abrumar al sistema de salud y las estrictas medidas de bloqueo han vuelto a su lugar.

Según un análisis de The Guardian, la impresionante velocidad de vacunación creó una falsa sensación de seguridad que llevó al país a flexibilizar las restricciones demasiado pronto, a pesar de los riesgos. El país reabrió sus fronteras en noviembre y en enero introdujo permisos para que los chilenos se fueran de vacaciones de verano. Sin controles estrictos sobre las personas que ingresan al país y sin un sistema eficiente de rastreo de contactos, muchos viajeros pudieron haber llegado con el virus, pero nunca fueron detectados ni aislados.

A pesar de esto, el gobierno del presidente chileno Sebastián Piñera actuó a tiempo y volvió a instaurar medidas de bioseguridad antes de que hubiera sido más tarde. Ya que el virus habría tenido más posibilidades de propagarse durante la reapertura de escuelas, restaurantes, centros comerciales, casinos, gimnasios e iglesias. Esta nueva ola de contagios en Chile es un llamado de atención para aumentar el umbral de población vacunada para superar la pandemia.

A pesar del aumento de casos y las nuevas medidas adoptadas para frenar los contagios, es una situación normal que está viviendo Chile y que en su momento pasó Israel. El país dirigido por Benjamín Netanyahu sufrió su peor aumento de infecciones durante la pandemia incluso después de que su campaña de vacunas estaba en marcha, con un cierre estricto. Muy similar a lo que está ocurriendo en Chile en este momento.