El 4 de septiembre, Chile volverá a las urnas para decidir si aprueba la nueva Constitución o no. Por ahora, pareciera que el voto negativo se consolida.
El 4 de septiembre, Chile volverá a las urnas para decidir si aprueba la nueva Constitución o no. Por ahora, pareciera que el voto negativo se consolida. | Foto: getty images

Chile

¿Por qué está fracasando la nueva constitución de Chile?

A cuatro meses de que la nueva Constitución de Chile tenga que ser refrendada en las urnas, el proceso para la carta magna parece ser más impopular que nunca. ¿Cuáles son las razones detrás de esto?

21 de mayo de 2022

El proceso constitucional en Chile ya tiene humo blanco, el borrador de la nueva carta magna del país austral fue revelado esta semana y, en medio de una gran polémica, se discute qué tan bueno puede llegar a ser para la población el cambio radical que supondrá el documento si llega a ser refrendado en septiembre.

La nueva Constitución chilena en su borrador se compone de 499 artículos en 160 páginas, se incluyen todas las nuevas normas que se discutieron durante meses en la Asamblea Constituyente. El proceso para la nueva carta magna se inició en 2019, cuando, en medio de manifestaciones masivas, se llegó a un acuerdo para un plebiscito en el que la población decidiera si quería un cambio de Constitución, el cual fue aprobado en 2020.

Con la llegada del izquierdista Gabriel Boric a la presidencia, parecía todo servido para que Chile diera un vuelco total. Pero los procesos han sido más que frustrados por la impopularidad, tanto del nuevo mandatario como de la nueva Constitución, y así lo muestran las encuestas.

Actualmente, al presidente lo aprueba el 39 por ciento de los chilenos, mientras que el proceso constituyente a día de hoy sería rechazado por el 46 por ciento, en comparación con el 38 que votaría la aprobación de la nueva carta magna el próximo 4 de septiembre.

En Imágenes : Protestas en Chile por aniversario contra el gobierno
Manifestantes participan en una protesta contra el gobierno de Chile, el 18 de octubre de 2021. Foto REUTERS / Ivan Alvarado | Foto: REUTERS

El caótico proceso tuvo cierta culminación esta semana, pero no por eso ha dejado de estar en medio de la polémica con la aprobación preliminar de varios artículos que han molestado a sectores más cercanos a la derecha en el país. Empezando por la decisión de darles más autonomía a poblaciones indígenas, argumentando que solo serviría para dividir el país.

En cuanto a lo laboral, destacan los artículos referentes al derecho a una “remuneración equitativa, justa y suficiente”, precisamente, el salario mínimo fue modificado esta semana, quedando en 380.000 pesos (1.800.000 pesos colombianos, aproximadamente). Además, el Estado deberá generar las condiciones para que se pueda conciliar el trabajo con la vida familiar.

Lo político también podría tener serios cambios en el país, ya que se aprobó que el Senado será reemplazado por la Cámara de las Regiones, la cual tendrá que revisar los proyectos de ley que le competan, aunque tendría menos poder que el mismo Senado. Asimismo, la reelección inmediata de presidente también podría quedar dentro de la Constitución, por lo que Gabriel Boric tendría la posibilidad de buscar un segundo mandato en 2026.

La desaprobación de Gabriel Boric llegó a 50 por ciento.
La desaprobación de Gabriel Boric llegó a 50 por ciento.

Otros cambios importantes serían de cara a la salud y a la educación, ya que la nueva Constitución exhorta al Estado a fortalecer el sistema público sanitario, dejando parcialmente de lado el sistema mixto. La educación pública también deberá ser mejorada y será de carácter laico, gratuito y con libertad de enseñanza para los profesores. En universidades estatales también se garantizará la gratuidad, así como parcialmente en algunas instituciones privadas.

La mala imagen del proceso constitucional y el borrador de la nueva carta magna llegó por los distintos escándalos, tensiones internas y amenazas verbales que hubo en la convención mientras se discutía cada uno de los artículos. Además, distintos expertos aseguran que si bien el Gobierno de Boric acogió la Constitución como una bandera, nunca se hizo una buena labor de comunicarla.