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¿Por qué Nayib Bukele abandonará su cargo como presidente de El Salvador durante seis meses?
Para su reemplazo, Bukele pidió al Congreso nombrar a Claudia Juana Rodríguez de Guevara para que ocupe el cargo a partir del 1 de diciembre hasta el 30 de mayo de 2024.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, obtuvo una licencia del Congreso para dejar formalmente su cargo en los últimos seis meses de su gobierno y dedicarse a la campaña para la reelección.
Aunque la Constitución lo prohíbe, el mandatario busca un nuevo mandato de cinco años en los comicios del 4 de febrero. Con 67 votos a favor y 12 en contra, el Legislativo aprobó la petición. De los 84 escaños, hubo cinco ausentes.
El vicepresidente Félix Ulloa también presentó y en la misma votación recibió el visto bueno del Congreso a su solicitud como compañero de fórmula de Bukele.
Pese a la prohibición estipulada en la carta magna, la Corte Suprema de Justicia determinó en 2021 que el mandatario sí puede participar en los comicios por segunda ocasión y que será el pueblo el que tome la decisión.
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Para su reemplazo, Bukele pidió al Congreso nombrar a Claudia Juana Rodríguez de Guevara para que ocupe el cargo, del 1 de diciembre hasta el 30 de mayo de 2024, cuando concluye el actual mandato presidencial. También recibió el respaldo del Pleno.
“Queda como designada por el presidente Nayib Armando Bukele Ortez, y aprobada por esta Asamblea Legislativa, la ciudadana Claudia Rodríguez de Guevara”, manifestó tras la votación el presidente del Congreso, el oficialista Ernesto Castro.
Rodríguez de Guerava fue gerente financiera de la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, bajo el alcalde Bukele (2012-2015), y será la primera presidenta del país.
Reelección viola la carta magna
Abogados constitucionalistas sostienen que su participación en las elecciones viola al menos cuatro artículos de la carta magna, incluyendo el 154, que dice que “el periodo presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones un día más”.
Aun así, el Tribunal Supremo Electoral de El Salvador avaló a inicios de noviembre que Bukele pudiera presentarse como candidato presidencial en los comicios de febrero de 2024 al considerar que cumple “los requisitos legales”.
La resolución de la Corte Suprema y la confirmación del Tribunal Supremo Electoral han sido criticadas por abogados, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil.
Argumentan que la sala judicial que habilitó a Bukele para la reelección fue elegida por el Congreso controlado por oficialismo del Partido Nuevas Ideas, violando el procedimiento que dicta la Constitución para elegirla.
Según las encuestas más recientes, el 70,8 % de la población aprueba su gestión, y el 97,7 % piensa que la violencia ha disminuido.
Muy por detrás de Bukele se situarían otros aspirantes a la Presidencia: Joel Sánchez, candidato de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), con el 4,3 % y Manuel Flores, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, con un 2,8 %.
Arena gobernó el país por 20 años, de 1999 a 2009, mientras que el FMLN lo hizo por diez años, de 2009 a 2019, cuando Bukele arrasó en las urnas en primera vuelta de votaciones.
Acto en futuro Estadio Nacional
Mientras los diputados debatían sobre la licencia, Bukele asistía al que sería su último acto oficial como presidente en funciones: la colocación de la primera piedra del futuro Estadio Nacional en la periferia de San Salvador, que será donado por China.
Su construcción demorará tres años y costará 100 millones de dólares, según el presidente. El estadio ocupará el espacio de la escuela militar, que será edificada en otro lugar.
El Presidente @nayibbukele junto al Embajador de la República Popular China, Zhang Yanhui, colocaron la primera piedra del nuevo Estadio Nacional de El Salvador. 🇸🇻🤝🏻🇨🇳 pic.twitter.com/PKugPDiFUT
— Casa Presidencial 🇸🇻 (@PresidenciaSV) December 1, 2023
Hace dos semanas, fue inaugurada una moderna biblioteca donada por China en el centro de la capital salvadoreña, que costó 54 millones de dólares, otra señal de la creciente presencia china en Centroamérica, lo que preocupa a Estados Unidos.
*Con información de Europa Press y AFP.