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¿Por qué Rusia ha tomado una posición neutral en la guerra librada entre Israel y Hamás?
Moscú no ha sido tan intenso, como Occidente, en rechazar los actos de Hamás en territorio hebreo.
El nuevo conflicto que ha tomado forma entre Israel y el grupo terrorista Hamás, en la Franja de Gaza y el sur de la nación hebrea, ha devuelto la atención a Oriente Medio luego de varios meses en donde las miradas se situaban en la ofensiva rusa hacia Ucrania, iniciada en febrero de 2022.
A pesar de la gravedad de los dos conflictos en simultánea, la guerra en Israel ha suscitado una mayor división internacional respecto a las alianzas que cada parte del conflicto posee, así como de las declaraciones de apoyo que reciben tanto Israel, como Hamás, siendo el primero respaldado por la mayoría de Occidente, junto a la Unión Europea y la Otan, mientras la milicia palestina cuenta con el acompañamiento de Irán, las comunidades musulmanas, los talibanes y el Hezbolá.
Aun así, existen varias naciones, en especial las árabes, que condenan a Israel como el principal responsable de la escalada de violencia, quienes además invitan a establecer diálogos de paz para finalmente establecer un estado palestino en Gaza y Cisjordania.
No obstante, Rusia, una de las potencias militares, ha realizado cautelosos comunicados ante esta guerra.
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¿Un interés particular?
Debido a la estrecha relación que Rusia ha tenido con Israel desde finales de la guerra fría, y asimismo con los árabes en las últimas décadas, las declaraciones han debido ser, desde el punto de vista diplomático, muy neutrales para evitar la posible crisis de relacionales binacionales entre ambos sectores del conflicto, citó la AP.
Por otro lado, teniendo a Siria y a Irán como aliados para hacerles frente a Estados Unidos y a Europa Occidental en su injerencia en Oriente Medio, Rusia ha debido equilibrar su discurso en contra de Hamás.
Esto, sin dejar de lado el apoyo de la causa palestina para establecer un estado árabe en Gaza y Cisjordania, ya que, además de preservar sus alianzas, Moscú podría ser visto como un gobierno mediador en el conflicto hebreo.
En medio de la escalada de violencia, el Gobierno ruso ha exhortado en reiteradas ocasiones a Israel y a Hamás a no atacar civiles, además de recomendar un mecanismo de rápida acción para poner fin a la guerra que está por completar una semana.
Esto enfatiza la puesta en marcha de un discurso moderado para no afectar las relaciones que presentan Jerusalén y Ramala con Moscú.
De hecho, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha aseverado que el Gobierno ruso debe optar por un “enfoque privilegiado” y extender sus habilidades diplomáticas hacia Israel y Palestina, lo que le permitiría a Rusia tomar partido en la mediación para lograr el fin del conflicto.
Por otro lado, esta acción diplomática de conciliación podría ocasionar que, en el futuro, las naciones occidentales puedan apoyar a Moscú en torno a la guerra que libra actualmente con Kiev, la cual, a pesar de ser condenada por la Unión Europea y la Otan, no ha podido terminar debido a intereses particulares y territoriales de ambos bandos.
Una agenda diplomática en expansión
Una de las naciones en las que Rusia tiene en el radar para aumentar sus alianzas diplomáticas en Oriente Medio es Arabia Saudí, país que a pesar de contar con ciertas discrepancias por la situación de la guerra en Siria y la cautelosa relación entre Riad y Teherán, entre rusos y saudíes han logrado ampliar su cooperación en otros temas, aprovechando la ligera tensión que se presentó hace algunos años entre las relaciones comerciales con Estados Unidos.
Por otro lado, las maniobras diplomáticas con algunas de las exrepúblicas soviéticas como Bielorrusia, Azerbaiyán y Kirguistán, además de la mediación en el conflicto en Nagorno Karabaj, han posicionado al gobierno de Putin como un pacificador en la región y ante el mundo.
Esto consagraría a la nación rusa con una imagen muy favorable para sumar apoyos en su guerra contra Ucrania y fortalecer su maquinaria diplomática en todos los continentes.