MUNDO
¿Por qué suspendieron la subasta de la llave de la celda de Nelson Mandela?
El ministro sudafricano de Artes y Cultura, Nathi Mthethwa, celebró la decisión.
La subasta de una de las llaves de la celda donde estuvo encarcelado en Sudáfrica el héroe antiapartheid Nelson Mandela, antes de convertirse en el primer presidente negro del país, fue suspendida, anunció el viernes la casa de remates.
La llave de esta celda de la cárcel de Robben Island, donde vivió Mandela durante 18 de sus 27 años de encarcelamiento por el régimen del apartheid, debía ser subastada el 28 de de enero por la casa Guernsey’s.
La subastadora anunció en su sitio internet el aplazamiento hasta nueva fecha de la venta donde se proponían, además de la llave, varios objetos relacionados con Mandela, “en espera de verificaciones” de parte de la Agencia del Patrimonio de Sudáfrica (SAHRA).
El ministro sudafricano de Artes y Cultura, Nathi Mthethwa, saludó la decisión de suspender la venta.
“La llave simboliza la historia dolorosa de Sudáfrica, pero representa también el triunfo del espíritu humano sobre el mal”, declaró en un comunicado.
“Esta llave es la prueba viva de la larga marcha de los sudafricanos hacia la libertad y pertenece al pueblo de Sudáfrica. Por lo tanto debe ser legítimamente devuelta al país”, afirmó.
También se subastaba un camisa emblemática de Mandela, unas gafas de sol y plumas protocolarias.
27 años en la cárcel
A sus 46 años, Mandela, que era activista de la etnia thembu, fue condenado a prisión perpetua como castigo a sus acciones en defensa de la igualdad y los derechos de la comunidad negra.
El 12 de junio de 1964, el Partido Nacional acusó a Mandela de alta traición y sabotaje al gobierno, junto a otros cientos de miembros de su partido Congreso Nacional Africano (CNA) que fueron condenados a penas similares, aunque algunos de ellos escaparon de la prisión y se sometieron al exilio para evitar la pena.
En principio, la batalla del CNA se basó en protestas y actos pacíficos contra el apartheid, pero la impotencia de no conseguir resultados por la vía del diálogo llevó a que, comandados por Mandela, los integrantes de este movimiento lanzaran un plan de sabotaje económico y protagonizaran algunos actos violentos apoyados en la Lanza de la Nación, un especie de guerrilla civil que se convirtió en el brazo armado de la organización.
“He luchado contra la dominación blanca y he combatido la dominación negra. He promovido el ideal de una sociedad democrática y libre en la cual todas las personas puedan vivir en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir, pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”, dijo Mandela mientras enfrentaba el juicio que lo condenaría a prisión durante un tercio de su vida.
Aunque hubo múltiples pedidos de la comunidad internacional para que se reconsiderara la condena de Mandela, solo hasta el 11 de febrero de 1990 el presidente Frederick de Klerk autorizó la liberación del ahora símbolo de la comunidad negra a nivel mundial.
Klerk estaba dispuesto a acabar con la segregación racial que por años separó a negros y blancos en las escuelas, los barrios y las actividades productivas. El presidente sostuvo una reunión con Mandela, previo a su salida de la cárcel, para discutir su situación política y la legalización de los partidos movimientos clandestinos que se habían unido a la lucha por democrática en Sudáfrica.
Pese a que el camino fue largo y sufrido, Nelson Mandela comenzó a reactivar su carrera política al poco tiempo de dejar la prisión. Con un largo viaje a través de África, intentó concientizar a los mandatarios de países como Zambia, Zimbabue, Libia y Argelia de que era momento de cambiar las políticas que iban en contra de los Derechos Humanos sin importar el color de piel.
Juan Pablo II, Margaret Thatcher y hasta Fidel Castro lo recibieron para escuchar su mensaje pacificador.
En 1994, luego de haber recibido el Premio Nobel de la Paz, de manera compartida con el presidente de su país Frederick de Klerk, el CNA postuló a Mandela como su candidato a las elecciones generales, en las cuales arrasó con el 62 % de los votos.
Sudáfrica, por primera vez, tuvo un presidente negro. Su mandato se centró en la reconciliación nacional, en la igualdad de derechos para todos los habitantes, en la erradicación de la pobreza y en la lucha con enfermedades tan graves como el sida.
En 2004, Mandela se retiró de la vida pública y solo tuvo pequeñas, pero importantes, apariciones como aquella que protagonizó en el Mundial de fútbol 2010.