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Pornhub: la historia del imperio de pornografía que podría colapsar
Las acusaciones por permitir videos de abuso sexual a menores en su sitio web hicieron que Visa y MasterCard enviaran una dura advertencia.
Durante la primera semana de diciembre, un artículo de opinión de “The New York Times” causó revuelo en el mundo del entretenimiento para adultos en Estados Unidos.
Aunque ya eran conocidas numerosas denuncias sobre casos de videos con menores de edad que estaban sin ningún control en Pornhub, la página de pornografía más visitada del mundo, la investigación publicaba entrevistas con 6 mujeres, incluida una colombiana, que denunciaban cómo videos que habían sido grabados cuando ellas tenían menos de 18 años en situaciones que podían llegar a incluir casos de abuso sexual, habían permanecido en la página sin su consentimiento.
Y como la compañía está radicada en Montreal, Nicholas Kristoff, el autor de la nota, se pregunta: ¿por qué Canadá deja que funcione una compañía que muestra videos de abusos por todo el mundo?
Las repercusiones, aunque no fueron inmediatas, se dieron. Esta semana, MasterCard y Visa, las dos compañías de tarjetas de crédito más grandes del mundo, aseguraron que no iban a permitir que sus plásticos fueran usados para pagar los servicios de Pornhub. Con eso, la página de pornografía más visitada del mundo –que recibe 120 millones de visitas diarias y 3.500 millones al mes, más que Amazon y Netflix– recibiría un fuerte golpe financiero.
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Uno de los principales afectados con esta decisión es Feras Antoon, uno de los cofundadores de Pornhub y el CEO de Mindgeek, la compañía que controla Pornhub y que está registrada en Luxemburgo.
Junto con otros tres compañeros de la universidad canadiense de Concordia –Stephane Manos, Ouissam Youssef y Matt Keezer– él fue uno de los creadores en 2007 de lo que sería un imperio de la pornografía. Todos ya se habían aliado para crear sitios pornográficos e incluso habían incursionado en la producción de videos para adultos.
El negocio fue redondo: “Youssef era el visionario de los negocios; Manos, el vendedor y el motivador, y Keezer, un experto del SEO”, le dijo Antoon a New York Magazine en 2011. “Keezer era el mejor del mundo en buscadores. ¿Quién puede posicionarse como número uno en los términos ‘porn’ y ‘sex’? Nosotros somos el primer resultado. ¿Sabes qué tan difícil es eso?”.
Eso, junto con la implementación de la lógica de YouTube para los videos de adultos, que se basaba en permitir a los usuarios subir videos, le permitió a Pornhub crecer rápidamente. Si en 2007 estos cuatro estudiantes universitarios habían comprado el dominio por poco menos de 3.000 dólares, según asegura el “Daily Mail”, en 2010 la compañía manejaba varias marcas de producción y distribución de contenido para adultos y ya costaba 140 millones de dólares, que pagó el millonario alemán Fabian Thylmann.
Pero todo siguió creciendo. En 2013, después de haber conseguido más de 360 millones de dólares de financiación, Thylmann le vendió una parte de vuelta a Antoon por 100 millones de dólares. Él, de los cuatro fundadores, es el único que permanece ligado a la marca Pornhub.
Pero, para él, ya no se trata de la pornografía, sino de la tecnología. En una entrevista con Vice en 2016, Antoon dijo que lo que le gustaba de vivir en Montreal era que la ciudad tenía mucho talento disponible para la tecnología. “Es un lugar muy atractivo para encontrar recursos tecnológicos”, dijo.
Tras el escándalo que despertó la publicación de The New York Times, Pornhub guardó silencio. Sin embargo, luego del anuncio de las compañías de tarjetas de crédito, la firma le dio una declaración a AFP en donde decía que iba a “tomar acciones para proteger a la comunidad”.
De acuerdo con AFP, el comunicado del sitio prometía que “en año nuevo” implementarían “un proceso de verificación para que cualquier usuario pudiera publicar contenido solo después de haber completado un protocolo de identificación” y que Pornhub tenía “tolerancia cero” con el contenido que mostraba abuso sexual con menores de edad.