ESTADOS UNIDOS
Posesión de Joe Biden: 12 miembros del Ejército fueron apartados de la ceremonia
Al parecer, algunos de ellos tenían supuestos lazos con extremistas, según informó el Pentágono.
Doce soldados de la Guardia Nacional de Estados Unidos fueron excluidos del dispositivo de seguridad de la investidura del presidente electo Joe Biden tras una investigación sobre eventuales lazos de miembros de las fuerzas armadas con extremistas, informó el martes el Pentágono.
De los 12 removidos, dos lo fueron por “comentarios o textos inapropiados”, les dijo a periodistas el comandante de la Guardia Nacional, el general Daniel Hokanson, quien se negó a especificar la naturaleza de los comentarios.
Las verificaciones de quienes vigilarán la ceremonia de juramentación del miércoles fueron una decisión tomada luego de la violenta invasión al Congreso dos semanas atrás. Las autoridades temen que se hayan infiltrado extremistas entre las fuerzas encargadas de la seguridad durante la asunción del líder demócrata.
Los dos soldados cuyos comentarios fueron considerados inapropiados estaban ya en Washington cuando fueron señalados ante el comandante de la Guardia Nacional; uno por un superior jerárquico y otro por una fuente anónima, dijo Hokanson. Ambos se fueron de la ciudad.
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La eliminación de los otros diez “no tuvo nada que ver con los incidentes en el Capitolio ni con la preocupación de mucha gente por el extremismo”, afirmó el portavoz del departamento de Defensa Jonathan Hoffman, sin dar detalles.
El FBI señaló por su parte el lunes que revisaría los antecedentes de los reservistas desplegados en la ceremonia.
“Queremos asegurarnos de que tendremos buenas personas en el seno del círculo”, que protegerán a Biden y su vicepresidenta Kamala Harris, adelantó el general William Walker, jefe de la Guardia Nacional en Washington.
Miles de efectivos de ese cuerpo ya han sido desplegados y llegarán ser un total de 25.000 al momento en que Biden preste juramento como el 46° presidente de Estados Unidos.
Entre las medidas se encuentran cierres de carreteras y de líneas de metro, controles de vehículos, camiones militares, vallas y bloques de cemento para cercar la Casa Blanca y el Capitolio, y más de 25.000 tropas.
El centro de Washington se ha convertido desde esta semana en una zona fortificada para evitar cualquier incidente antes o durante la investidura de Biden.
El violento asalto al Capitolio del 6 de enero, en el que murieron cinco personas, llevó a incrementar la seguridad en la capital estadounidense, especialmente del National Mall, el recinto que alberga los monumentos más emblemáticos de la ciudad y donde se suelen concentrar multitudes.
Ante esto, el equipo de Biden dijo estar preparado ante “cualquier escenario” que complique el evento de posesión. Además, aunque el proceso se repite igual cada cuatro u ocho años, en esta oportunidad hay dos condiciones que lo hacen más duro: el coronavirus y el distanciamiento que Trump ha tenido con el nuevo gobierno, a quien ha acusado una y otra vez de haberle robado las elecciones.
“No han permitido que las camionetas de mudanza de Biden comiencen a descargar hasta que el nuevo presidente haya juramentado. Algunas de las pertenencias de la familia han estado guardadas en una instalación de almacenamiento en Maryland desde el fin de semana. Luego, se supone que la residencia se transformará en algo parecido a su hogar para cuando lleguen más tarde en la tarde”, dice el diario.
Por primera vez en muchos años, los recién llegados no fueron invitados a reunirse con el personal de la residencia, ni a recorrerla como había sido usual en la Casa Blanca. La residencia, según relata el Times, tiene 16 habitaciones y seis baños y ahora será su hogar. Cuando Michelle Obama llegó a la Casa Blanca, Laura Bush la invitó dos veces.
*Con información de AFP