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Prensa peruana critica a gobiernos que apoyaron a Pedro Castillo, los llaman “la mala vecindad”; el colombiano sale mal librado
La destitución de Pedro Castillo como presidente de Perú no fue apoyada por varios países de la región.
La prensa de Perú mostró su voz de protesta en contra de los gobiernos que apoyaron a Pedro Castillo cuando fue destituido como presidente de ese país.
En el editorial del periódico El Comercio, uno de lo más influyentes del país, que se titula ‘La mala vecindad’, se dio a conocer el descontento de una parte de la sociedad peruana, que no vio con buenos ojos el apoyo de Colombia, Bolivia, Argentina y México a Castillo, luego de que fuera sacado del poder por el Congreso.
El presidente Gustavo Petro fue uno de los más criticados en este texto. “Entre todos los firmantes, sin embargo, ha sido Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien ha llevado la intromisión internacional y la desfachatez política a niveles inauditos”, se lee en una parte de la columna.
Incluso, lo tildaron de ser grosero ante la oposición política en Perú. “En sus redes sociales, el mandatario colombiano ha compartido ―de forma diaria― publicaciones profundamente divisivas y tergiversadas sobre lo que sucede en nuestro país. Irrespetuoso con las fuerzas del orden peruanas, grosero con los políticos opuestos a Castillo, maniqueo a cada comentario al paso, Petro ha traspasado rápidamente todos los límites que la diplomacia profesional y la sana vecindad recomiendan”, publicó El Comercio.
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El presidente Petro recordó que se sintió acorralado, como ahora lo hacen supuestamente con Pedro Castillo
En días pasados, en entrevista con SEMANA, el presidente Petro contó una anécdota que, según él, fue muy significativa. “Cuando conocí a Pedro Castillo, en Perú, entré al palacio. Allá le hacen a uno el recibimiento, el protocolo. Entonces, él entra al palacio y ahí tenemos una oportunidad, así como con usted, de hablar. Yo lo noté perturbado, era una persona nerviosa. Él me contó: ‘No, es que hace unas horas venían a allanar el palacio para coger presa a mi esposa y a mi hija’”, relató el presidente.
La escena lo llevó a pensar en qué sería estar en esa situación. “Una cosa es cuando vienen contra uno, yo lo he resistido, y otra cosa es cuando van atacando las partes débiles. ¿Quién desató eso? Pues la oligarquía peruana. Esa era su manera de acorralar al presidente. Cualquiera que sea la valoración que tengamos de ese presidente, que a mí no me corresponde hacerla, lo que vi fue a un presidente acorralado. Eso fue hace un mes y medio. Seguí el caso. ¿Cómo un Parlamento, muy poco popular por muchas razones, empieza a hacer una ofensiva para acorralar a un presidente para tumbarlo? Eso se llama un golpe parlamentario. Entonces, los criterios de la ofensiva son ver cómo cogen presa a la hija, cómo cogen presa a la esposa, y cómo lo desbaratan como persona”.
“A mí me han pasado momentos en los que a veces me siento arrinconado”, remató.
Esos momentos fueron conocidos por el país. Aseguró que se sintió así, por ejemplo, en la polémica de los embargos. “Había una ofensiva jurídica en mi contra y así me querían coger preso, en un momento en el que era vulnerable en la Fiscalía. Claro, ahí aparecieron los procesos y los porqués. Al mismo tiempo, había una ofensiva en varios órganos de control. La Procuraduría, acuérdese, sacándome de la Alcaldía. En los órganos de control había una andanada de embargos que llegaron a sumar 100 millones de dólares. Decían en redes: ‘Pues pague’. Sí, claro, ¡100 millones de dólares! Yo salvé la casa, que es la única propiedad que tengo, aún tiene deuda bancaria, porque era patrimonio familiar. Sino, se la llevan y me dejan sin nada, estaba embargado, no podía tener cuenta. Yo dije: ¿qué es lo que quieren? Pues que me vaya del país, que salga. No me han matado, pero me están arrinconando”, explicó.