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Preocupados por cifras de natalidad en el país, Japón presenta incentivos a parejas que tengan hijos
La baja tasa de natalidad de Japón y el envejecimiento de su población son un riesgo urgente para el país.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, recibió numerosas críticas después de que su partido sugiriera aliviar la deuda estudiantil bajo la condición de tener hijos, con el fin de intentar detener la caída de la natalidad en el país.
Sin importar el apoyo y las reacciones a las medidas, el primer ministro prometió un aumento de las prestaciones familiares y de los importes de las licencias parentales, subrayando que solo queda una “última oportunidad” para intentar detener el drástico declive de la población japonesa.
Sin embargo, Kishida ha prometido subir los salarios de los trabajadores jóvenes y de aumentar la asistencia económica para crear un entorno propicio que permita criar hijos sin preocupaciones, según ha informado la agencia de noticias japonesa Kyodo.
Casi un 30 % de los 125 millones de habitantes de Japón tienen 65 años o más, un récord mundial después de Mónaco. Y el número de nacimientos en el país cayó en 2022 por debajo de los 800.000, un nivel mínimo desde que comenzaron a realizarse estas estadísticas, en 1899.
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“Dentro de seis o siete años, será la última oportunidad para invertir la tendencia descendente de la natalidad”, advirtió Kishida en una conferencia de prensa sobre las nuevas medidas del Gobierno en este frente.
El jefe del ejecutivo había prometido “centrar la atención en políticas relativas a los niños y la infancia como un tema que no puede esperar y que no puede ser pospuesto”. “Japón está al límite de poder seguir funcionando como sociedad”, afirmó el primer ministro.
Mientras que el 85,1 % de las mujeres se dieron de baja por maternidad entre 2021 y marzo de 2022, solo un 13,97 % de los hombres lo hizo debido a su “preocupación de que tomarse un tiempo libre pueda incrementar la carga de trabajo de sus compañeros”.
“Quiero crear una sociedad en la que los jóvenes puedan casarse como quieran, y en la que todos los que lo deseen puedan tener hijos y criarlos sin estrés”, dijo el primer ministro japonés.
El Gobierno japonés también espera aumentar la tasa de uso de la licencia de paternidad al 50 % en 2025/26 y al 80 % en 2030, en comparación con el 14 % de 2021. Para ello, tiene la intención de ofrecer indemnizaciones a las empresas para fomentar la utilización de esta licencia, y aumentar los importes de la licencia parental si ambos padres la utilizan.
Kishida ha insistido en su voluntad de incrementar el gasto público, aunque sin especificar cómo va a financiar este presupuesto, por lo que algunos detractores han calificado este anuncio de “propaganda electoral”.
Cuando Japón anunció el incremento de su presupuesto militar, también expresó su disposición a aumentar los impuestos a las empresas, a la renta y al tabaco.
El gasto público japonés relacionado con el apoyo a la familia se mantuvo en el 2,01 % de su presupuesto en 2020, quedándose por detrás de otros países desarrollados como Suecia (3,46 %), Reino Unido (2,98 %) o Francia (2,81 %).
Si bien Japón puede significar uno de los casos más preocupantes, y que ha obligado ahora al anuncio de medidas por parte de su Gobierno, en la región hay otros países que también están experimentando los efectos del envejecimiento poblacional y la caída de las tasas de natalidad.
Uno de esos ejemplos es precisamente el de China, país caracterizado como uno de los más populosos del mundo, que en 2022, por primera vez en las últimas seis décadas, experimentó una reducción en su población.
De acuerdo con el diario Daily Mail, que recoge algunos datos sobre Japón, en 2022 la población general del país cayó, debido a que las muertes superaron a los nacimientos en 609.000 y las personas que se mudaron fuera del país superaron en número a las que se mudaron al país en 35.000.
*Con información de Europa Press y AFP.