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Presencia en Rusia: el debate que aún se cuestionan cientos de empresas occidentales

Cientos de empresas han abandonado el país después de las duras sanciones contra el país de Vladimir Putin, además de haber sido expuestos a boicots mediáticos.

Redacción Semana
5 de septiembre de 2023
Si se la perdió, la espera será larga: La próxima superluna azul será hasta 2037. Pero otra superluna regular está cerca, a finales de septiembre, y será la última del año.
Vista de Moscú | Foto: AP

¿Quedarse pese a las críticas internacionales o marcharse? Tras dieciocho meses de ofensiva en Ucrania, muchas empresas occidentales siguen evaluando los pros y los contras de su presencia en Rusia.

Coste financiero

La Universidad estadounidense de Yale calcula que alrededor de cien empresas de las siete economías más avanzadas (G7) siguen operando en Rusia. Sin embargo, “seguimos observando una tendencia a la baja de las actividades de las empresas occidentales en territorio ruso”, indica a la AFP Julien Vercueil, economista especializado en Rusia.

Una de las últimas en salirse del territorio fue la cadena de comida rápida Domino’s Pizza el 21 de agosto. Ante un “contexto cada vez más difícil”, la compañía estadounidense anunció el cierre de 142 establecimientos en todo el país.

“La guerra crea condiciones desfavorables para las empresas extranjeras en Rusia, sea cual sea su decisión”, resalta Vercueil. Según el Financial Times, que examinó las cuentas anuales de 600 multinacionales europeas, estas perdieron al menos 100.000 millones de euros (108.000 millones de dólares) “tras la venta, el cierre o la reducción de sus actividades en Rusia”.

Los sectores que más perdieron fueron las petroleras, como la británica BP, una de las primeras en retirarse totalmente de Rusia el 27 de febrero de 2022, con un coste estimado de más de 22.000 millones de euros (23.000 millones de dólares).

Moscú extremó sus medidas de seguridad ante la marcha del grupo Wagner a esa ciudad.
Moscú. | Foto: Getty Images

Mala imagen y boicot

Quedarse, sin embargo, implica exponerse a importantes consecuencias en cuanto a la reputación de la empresa, apunta el economista Vercueil. “Los ucranianos y, particularmente, (su presidente) Volodímir Zelenski se esfuerzan por señalar que estas empresas están financiando la guerra rusa a través de los beneficios que realizan en territorio ruso”, añade el experto.

El experto critica que además de seguir impulsando la economía rusa, estos grandes grupos hacen el juego del presidente ruso Vladimir Putin al tranquilizar a los consumidores por su presencia.

Las decisiones de permanecer en Rusia desataron movimientos de boicot en los países aliados de Ucrania. El estadounidense Mondelez, por ejemplo, vio sus productos bloqueados en numerosas empresas e instituciones de las naciones escandinavas.

Rusia África
El presidente ruso, Vladimir Putin, asiste a un desayuno de trabajo con líderes de organizaciones regionales africanas al margen de la Cumbre Rusia-África en San Petersburgo, Rusia, el jueves 27 de julio de 2023. (Valery Sharifulin/Tass Host Photo Agency Pool foto vía AP) | Foto: AP

Incertidumbre

Para las empresas, seguir ejerciendo en Rusia es también exponerse a un marco jurídico incierto. “Quedarse cuando el entorno jurídico se caracteriza ahora abiertamente por la arbitrariedad y la depredación estatal en detrimento de los intereses extranjeros es peligroso”, afirma Vercueil.

Oficialmente, sin embargo, las sociedades se quedan en manos de sus propietarios extranjeros. El Estado ruso tomó por ejemplo este verano unilateralmente el control de los activos de Danone y Carlsberg en el país.

El marco legislativo favorece a veces a las empresas. A finales de agosto, las autoridades rusas suprimieron el requisito que obligaba a las compañías extranjeras a pedir una autorización para transferir los dividendos de sus filiales rusas a su empresa matriz.

Parlamento ruso.
Bandera rusa en el edificio del Parlamento en Moscú sobre el fondo del cielo azul. iStock/Getty Images Plus. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Bajo la lupa

Desde que empezó la guerra en Ucrania y frente a las “cortinas de humo” y las campañas de marketing, cada vez hay más portales que rastrean las actividades de las empresas internacionales que todavía operan en Rusia.

“Bajo la presión” de compañías que se consideran acusadas equivocadamente de contribuir a financiar la economía rusa, Jeffrey Sonnenfeld, profesor de Gestión en la universidad estadounidense de Yale, lanzó en la primavera de 2022 uno de los primeros listados de ese tipo.

“Abogados astutos y consultores en relaciones públicas intentaron crear una cortina de humo” sobre las actividades rusas de algunas empresas, declara Sonnenfeld a la AFP. “Así que hemos creado un sistema de notación” para evaluar su grado de implicación, explica: como en el sistema educativo estadounidense, a las empresas se las califica de A a F.

Apoyándose en una red de unos 50 investigadores repartidos por todo el mundo, el recuento de la Universidad de Yale es hoy en día un referente por su exhaustividad y sus actualizaciones diarias.

Con información de AFP.