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Presidente de Panamá intentó apaciguar las protestas, pero los ciudadanos no dan su brazo a torcer
Cortizo anunció una prohibición a nuevas concesiones de minería metálica, sin mencionar una palabra del polémico contrato con First Quantum Minerals.
Por quinto día consecutivo, los panameños salieron a las calles para pedirle al Gobierno nacional que pararan la explotación minera de una compañía canadiense a la que se le autorizó un nuevo contrato que, según los locales, estaría afectando gravemente los recursos naturales de la región.
Con el objetivo de apaciguar a la ciudadanía, este viernes 27 de octubre, el presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, anunció una prohibición a nuevas concesiones de minería metálica, pero mantuvo el contrato con una compañía canadiense que desató las multitudinarias protestas.
El gobierno decidió emitir un decreto que “declare la prohibición de otorgamiento de nuevas concesiones de minerales metálicos en todo el territorio nacional”, anunció Cortizo en un mensaje al país por televisión, sin mencionar una palabra del polémico contrato con First Quantum Minerals.
Informo al país que hoy convoqué al #ConsejoDeGabinete, el cual aprobó la Resolución de Gabinete que autoriza al Ministro de Comercio para que, mediante Decreto Ejecutivo, declare la prohibición del otorgamiento de nuevas concesiones de minerales metálicos en todo el país.
— Nito Cortizo (@NitoCortizo) October 27, 2023
“Serán rechazadas de plano todas las solicitudes de minería metálica nuevas y también aquellas que están actualmente en trámite”, agregó el presidente, indicando que “esta prohibición será efectiva a partir del día de hoy”.
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Cortizo, quien firmó el decreto frente a la cámara, dijo que tomó esta decisión “atendiendo las distintas posiciones de la sociedad con relación al tema de la minería”, pero su anuncio no apaciguó los ánimos en una protesta de miles de personas que se realizó este viernes en el centro financiero de la capital.
Manifestaciones y disturbios
Miles de panameños marcharon de nuevo para exigir la derogación del contrato con la compañía canadiense, que explota la mina de cobre más grande de Centroamérica en el Caribe del país.
La multitud se congregó en la tarde en la Avenida Balboa, la costanera que bordea la capital, y avanzó por la calle 50 hacia el distrito financiero, observaron periodistas de la AFP.
“Tú que estás mirando, sí, también te están robando”, coreaban los manifestantes bajo una leve llovizna, mientras hacían sonar cacerolas y ondeaban banderas tricolores panameñas.
“El gobierno no ha estado escuchándonos, ha utilizado todos los medios para reprimir, para suprimir información”, declaró a la AFP Felipe Chon, activista de Sal de las redes, una de las organizaciones convocantes a la protesta.
“La mina ha sido un mal negocio para la nación, por el daño ecológico que han hecho”, le indicó a la AFP Alfredo Fonseca, quien trabaja en el sector de aviación.
Al inicio participaban principalmente trabajadores convocados por el poderoso sindicato de la construcción, pero se fueron sumando maestros, ambientalistas, estudiantes, médicos, religiosos, transportistas y empleados de otros sectores.
Durante toda la semana ha habido bloqueos de calles en la capital y en otras ciudades, incluida la carretera Interamericana que comunica al país con el resto de Centroamérica. Las clases estuvieron suspendidas toda la semana. En algunas zonas se han registrados disturbios, choques entre policías que lanzan gases lacrimógenos y jóvenes que les tiran piedras y otros objetos.
La protesta arreció el pasado viernes luego de que Cortizo sancionara la ley que establece el contrato minero, aprobada pocas horas antes por el Congreso.
Los manifestantes exigen la derogación de esa ley que selló el acuerdo firmado este año entre la minera y el gobierno, negociado después de que la Corte Suprema declarara inconstitucional en 2017 el contrato de explotación original.
El gobierno defiende el contrato argumentando que contempla aportes mínimos anuales de la minera al Estado por 375 millones de dólares, diez veces el monto del acuerdo inicial.
El contrato le permite a la minera operar en Panamá por 20 años, prorrogables a otros 20. Desde febrero de 2019, la mina a cielo abierto, situada en la costa del Caribe, produce unas 300.000 toneladas de concentrado de cobre al año.
*Con información de AFP.