Drogas
¿Promesas de humo? La legalización de la marihuana no ha podido bajar el consumo ni el control de los carteles de droga en el mundo
El mundo está cada vez más abierto a la legalización total de la marihuana, teniendo los mayores argumentos en la reducción del consumo y el fin del negocio ilegal. Pero la realidad parece ser otra.
Desde que Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar completamente la marihuana en todos sus usos en 2013, son cada vez más los países que se suman a una regulación del cannabis con varios argumentos como quitarles el negocio a los carteles de drogas o ayudar a disminuir el consumo. Pero con los años pareciera que todas las promesas están desvaneciéndose en el aire.
Los usos de la marihuana son variados, por ejemplo, en medicina, ya que los componentes de la planta tienen propiedades terapéuticas y se usa para tratar diversas condiciones médicas, como el dolor crónico, náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia, trastornos de sueño, glaucoma, epilepsia, entre otros.
En general, los países que han aprobado el uso medicinal lo han hecho sin tanto debate. La polémica surge cuando se habla de consumo recreativo. Este producto ha estado en medio de la tormenta por años al ser el más normalizado de las sustancias de uso ilegal, pero que, al igual que otras, tiene efectos negativos para la salud como la posible dependencia, efectos cognitivos, daños a la memoria o problemas respiratorios.
Lo que demuestran los años es que la legalización de la marihuana poco ha servido para disminuir el uso de dicha sustancia en los países que han cambiado sus leyes para hacer realidad el consumo recreativo. En el caso neerlandés, que es mundialmente conocido por sus leyes sobre la droga, un informe del Instituto Nacional de Investigación sobre Drogas de los Países Bajos encontró que la legalización parcial del cannabis en ese país no tuvo un impacto significativo en las tasas de uso.
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En Estados Unidos la situación es bastante similar en los estados que legalizaron la marihuana, donde incluso, según Jama Pediatrics, en algunas partes del país, el consumo en jóvenes aumentó después de las políticas para permitir el uso recreativo, como en Washington. Mientras que en Colorado no hubo disminución después del cambio de ley.
También, el estudio realizado por el National Institute of Drug Abuse dio una preocupante cifra en Estados Unidos, pues para 2021 se rompió el número de jóvenes adultos que consumían marihuana u otras drogas alucinógenas. Según los hallazgos, el 43 por ciento de las personas entre 19 y 22 años afirmó haber consumido alguna sustancia en más de 20 ocasiones por mes, niveles jamás vistos desde la creación de la encuesta, en 1988.
En el caso latinoamericano, Uruguay dio muestras de que la legalización, además de no disminuir el consumo, el uso de marihuana en el total de los uruguayos pasó del 9,14 por ciento al año de la legalización (2013) al 14,6 por ciento en 2018, según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística de Uruguay.
Las Naciones Unidas también muestran su preocupación por la incapacidad que ha tenido la legalización de las drogas para disminuir el consumo. En un informe revelado por la entidad en marzo de 2023, afirma que si bien no se puede afirmar que el uso de marihuana ha aumentado en general en las zonas donde se ha despenalizado, tampoco se han logrado los objetivos que se planteaban al promulgar dichas leyes para disminuir el problema de drogadicción en los países.
“Vemos con preocupación la trivialización con respecto al uso no médico del cannabis, la tendencia a su legalización, principalmente en Latinoamérica y parte de Europa”, dijo César Arce Ríos, vicepresidente segundo de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU.
El mismo informe de la ONU afirma que, a pesar de la legalización, la marihuana ilegal sigue reinando en los países que han aprobado las distintas leyes de regulación. Según los datos disponibles, representa el 40 por ciento de toda la sustancia en Canadá, casi el 50 por ciento en Uruguay y el 75 por ciento en California. Por lo que las mismas Naciones Unidas afirman su frustración por una política que, a todas luces, no está dando los resultados esperados, ni siquiera para sus más acérrimos defensores.