ANÁLISIS

Qué buscan y qué arriesgan Trump y Putin en su primer encuentro como presidentes de EE. UU. y Rusia

La reunión de este viernes entre los mandatarios ocurre en un momento delicado para la relación bilateral. Tienen bastante para hablar, o para perder.

Alianza BBC
6 de julio de 2017
Este viernes será la primera reunión cara a cara del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su par estadounidense, Donald Trump. | Foto: AFP

Las dudas rodean el encuentro previsto para este viernes entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia, incluido un detalle básico: no está claro si Donald Trump y Vladimir Putin se han visto las caras antes.

Sabemos sí que se trata de la primera vez que ambos se reunirán como jefes de Estado, pero Trump ha sido contradictorio al referirse en el pasado a su relación con Putin.

Entre 2013 y 2015, dijo en al menos dos entrevistas con medios de su país que había conocido a Putin "una vez", pero luego lo negó, sobre todo desde su campaña para las elecciones del año pasado.

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Sin embargo, la mayor incógnita es cómo transcurrirá esta cita mano a mano entre dos de los hombres más poderosos del mundo, en el marco de la cumbre del Grupo de los 20 en Hamburgo, Alemania.

La supuesta intervención de Rusia en las elecciones de Estados Unidos para favorecer a Trump pone tensión a la reunión entre los mandatarios. Foto: AFP.

Ambos mandatarios intercambiaron elogios en el pasado, pero ahora se ven en medio de problemas bilaterales, investigaciones en EE.UU. sobre si Rusia coludió con la campaña de Trump para ayudarlo en las elecciones de 2016 y críticas que Trump lanzó contra Moscú este jueves en Polonia.

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"El mundo va a estar mirando si es un encuentro jovial (…) o adusto, con el presidente Trump o el presidente Putin siendo muy enérgicos en sus demandas", dice William Pomeranz, director adjunto del instituto Kennan de estudios rusos avanzados en el Centro Woodrow Wilson de Washington.

"Claramente hay riesgos" para ambos, advierte Pomeranz en declaraciones a BBC Mundo.

Riesgos para Putin

La esperada reunión entre Trump y Putin carece de una agenda específica, según se ha informado oficialmente, lo que incrementa las dudas sobre su desarrollo y desenlace.

Trump jugó una carta fuerte este jueves en Varsovia, escala previa de su viaje a Hamburgo, al instar a Rusia "a poner fin a sus actividades desestabilizadoras en Ucrania y en otros lugares, y a su apoyo a regímenes hostiles, incluidos Siria e Irán, y en su lugar se una la comunidad de naciones responsables en (su) lucha contra enemigos comunes y la defensa de la civilización".

Además señaló explícitamente su compromiso con el Artículo 5 del tratado de la OTAN, que establece que un ataque a uno de los miembros de la alianza atlántica será asumido como un ataque contra todos, algo que había evitado hacer en su primer viaje a Europa en mayo.

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Es difícil que alguno de estos comentarios, así como el anuncio de Trump de que Polonia acordó comprar a EE.UU. el sistema Patriot de defensa de misiles, agraden a Putin.

Y esto, aunque más que un nuevo enfoque de EE.UU. hacia Rusia sea tan solo una jugada de Trump para mostrar firmeza antes de verse con Putin, exhibe el peligro que enfrenta el presidente ruso en ese encuentro.

"Putin ya entra a esta reunión preocupado sobre a dónde va el presidente Trump o si es alguien confiable", dice Pomeranz.

"Lo que (Putin) tiene que mostrar a su país, para consumo interno, es que Rusia es una potencia global y percibida como equivalente por Estados Unidos. Entonces el riesgo sería que no consiga dar esa impresión durante la reunión", explica.

Riesgos para Trump

Sin embargo, los expertos creen que Trump corre tantos o más riesgos que Putin al reunirse con un líder como frío, determinado y calculador, que tiene la experiencia de haber conocido a tres presidentes de EE.UU. antes que a él.

"Lo que (Putin) tiene que mostrar a su país es que Rusia es una potencia global y percibida como equivalente por Estados Unidos", dice Pomeranz. Foto:AFP

Trump apenas se estrena en este tipo de encuentros y como presidente ha mostrado una tendencia constante a salirse del libreto oficial, lo que causa inquietud en su país.

"Por lo que he oído, no está claro si el presidente Trump se ha preparado (para la reunión) tan cuidadosamente como el presidente Putin", señala Howard Stoffer, que trabajó 25 años en el servicio exterior de EE.UU., integró el comité antiterrorismo del Consejo de Seguridad de la ONU y actualmente es profesor de seguridad nacional en la Universidad de New Haven.

"Hay un gran peligro de que (Trump) revele cosas que no debería, o se ponga de acuerdo en cosas que no fueron examinadas cuidadosamente por los militares, diplomáticos o los servicios de inteligencia", dice Stoffer a BBC Mundo.

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Él y otros recuerdan la controversia sobre si Trump reveló secretos de inteligencia en un encuentro que tuvo en mayo en la Casa Blanca con el canciller y el embajador de Rusia.

Las imágenes de un Trump sonriente que surgieron de aquel encuentro llamaron la atención y le costaron críticas en medio de la polémica por la interferencia que Rusia tuvo en las elecciones estadounidenses.

Este jueves, pese a endurecer el tono hacia Rusia, Trump evitó decir claramente si ese país realizó la interferencia electoral que le atribuyen los servicios de inteligencia de EE.UU.

"Nadie sabe realmente", dijo, lo que aumenta la incertidumbre sobre si reclamará a Putin por esto.

Los expertos creen que si Trump se muestra amigable con Putin, podría ser visto en su país como demasiado blando cuando el Congreso le reclama firmeza y analiza establecer sanciones contra Rusia.

Y si mantiene el tono duro, corre el riesgo de alienar a un presidente clave para encarar varios problemas globales.

Lo que buscan

Trump dejó clara desde la campaña electoral su voluntad de cambiar la estrategia de aislamiento de Rusia que siguió su antecesor Barack Obama y, en cambio, buscar acuerdos con Putin en asuntos como la lucha contra Estado Islámico.

El encuentro entre ambos ocurre apenas tres días después que Corea del Norte probara un misil balístico intercontinental, lo que fue visto como un desafío directo a Trump y su capacidad de aumentar la presión internacional contra ese país.

"EE.UU. y Rusia precisan cooperar en ciertos problemas del mundo, de lo contrario la situación se volverá peor: Corea del Norte, Siria, Irán y contraterrorismo", enumera Stoffer.

A su vez, el Kremlin ha anticipado que Putin pedirá a Trump que devuelva dos propiedades rusas en territorio de EE.UU. que fueron confiscadas por el gobierno de Obama como respuesta a la presunta interferencia electoral de Moscú.

Pero, mirando el contexto en que ocurrirá la reunión entre ambos mandatarios, los analistas descartan que Trump pueda comprometerse a aliviar sanciones a Rusia o que surja algún pacto bilateral trascendente.

"Hay un espacio limitado para que ambas partes traten de conocerse", afirma Stoffer. "Puede haber acuerdos cuidadosamente calibrados en áreas limitadas, pero, dada la situación de los dos países, no habrá acuerdos amplios".