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¿Qué opina María Isabel? ¿Dónde está Kate Middleton?
Es la pregunta de moda. Después de una operación en enero, no volvió a aparecer en actos oficiales. Se habla de una separación por la supuesta infidelidad del príncipe Guillermo. Esta es la apasionante historia.
A las 6 y 10 minutos de la mañana, ¿qué estará opinando hoy martes 19 de marzo, María Isabel? Pues la opinión gira en torno a la pregunta del momento: ¿dónde está Kate Middleton? La pregunta sigue sin resolverse, porque ayer fue publicado un vídeo, enviado por el Palacio de Buckingham, que la muestra haciendo compras con su esposo, pero no se sabe cuándo fueron filmadas esas imágenes ni por qué, si la princesa puede ir de compras y hasta cargar las bolsas, está alejada de todo protocolo oficial desde enero, cuando tuvo una intervención quirúrgica de estómago, cuya verdadera naturaleza sigue sin rebelarse.
Y acaba de pasar el photogate, que se trató de una fotografía, publicada con motivo del Día de la Madre, de Kate abrazada con sus hijos, que resultó retocada, según se dijo en un comunicado, por ella misma, poniendo en duda su completa autenticidad. Como siempre con las familias reales, los rumores están disparados. Uno muy fuerte rodea una posible separación. La razón sería la supuesta infidelidad del príncipe Guillermo, que es el heredero con Lady Rose Hanbury, precisamente cuando Kate esperaba a su tercer hijo.
Lady Rose Hanbury, quien fuera muy amiga de Kate en su niñez, pero de quien hoy estaría bastante distanciada. Su marido, es o era, por lo menos, el séptimo marqués de Cholmondeley, David Rocksavage. Y aquí se complica la cosa, porque dicen que supuestamente el marqués vive en Francia con el fotógrafo gay que le sacó a la millonaria dueña de L’Oréal, la inmensa cadena de maquillaje femenino, Madame Liliane Bettencourt, una fortuna.
En su vida, ya anciana, irrumpió un buen día François-Marie Banier, que era 25 años menor que ella y llegaba a escogerle su ropa, incluso el color de su lápiz labial y al que colmó ella de millonarios regalos en dinero y en obras de art,e por un valor que se calcula en 1.460 millones de dólares. Ello se unió al escándalo de los últimos años de Bettencourt por evasión de impuestos.
Pues resulta que Lady Sarah y el marqués tienen una hija, Iris, cuya paternidad debido a la homosexualidad y a la coincidencia en tiempo con el supuesto romance de Guillermo y Lady Sarah, se le ha adjudicado al príncipe Guillermo, porque incluso la niña se parece enormemente a la princesa Charlotte, hija de William y Kate Middleton.
Y eso que parecía que lo de la monarquía británica contrariamente a la española, se había enderezado cuando se murió la reina Isabel, llena de honores y llena de sabiduría y de respeto, y fue reemplazada por Carlos, que empezó a hacerlo muy bien, la verdad sea dicha, y su esposa Camila, quien al principio era odiada por el pueblo inglés, pero hoy es bastante querida y también lo está haciendo muy bien.
Pues todo parecía que se estaba desenredando, como digo, pero ahora viene la desaparición de Kate, que algunos han llegado a atribuir –repito– a una separación por las infidelidades de su marido que se habrían reanudado con Lady Sarah. Si no reaparece en las próximas horas la princesa Kate, todo tipo de rumores, desgraciadamente, irán creciendo.
Lea la primera opinión de María Isabel Rueda de hoy martes 19 de marzo:
¿Qué opina María Isabel? Una Constituyente innecesaria
El presidente Petro ya no sabe qué agenda imponerle al país, para cambiarle el tema de sus escándalos y de la ineficiencia del Gobierno. Ahora inventa una asamblea constituyente, que se podría tomar cerca de dos años. ¿Entre las disculpas? Que es que le cambian a sus cónsules y que a María José Pizarro no la quieren dejar de vicepresidenta del senado. ¿Cuántas veces juró que en su Gobierno no habría Constituyente?
A las 6 en punto de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel, hoy martes 19 de marzo, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la propuesta, cómo no, del presidente acerca de convocar a una asamblea constituyente.
Lo que indica que lo que le resta de ejercicio a este gobierno de Gustavo Petro lo dedicará a hacer campaña, que, según trinó ayer, ya comenzó a esta asamblea, que él y los suyos entraron de frente a calificar de ‘constituyente’ y no de ‘constitucional’, como fue el caso de la asamblea de 1990.
Que en un comienzo fue convocada como constitucional con un temario limitado y un tiempo después pasó a ser constituyente por un fallo de la Corte Suprema, lo que implicó la gigantesca diferencia de que la primera, como digo, tenía un temario limitado, mientras la segunda fue declarada omnímoda y omnipotente, como fue el proceso que condujo a la Constitución Política del 91, que hoy nos rige.
En la reveladora entrevista que el presidente le dio a Andrés Mompotes, director de El Tiempo el día lunes, da una serie de justificaciones bastante gaseosas para explicar su convocatoria a la constituyente. Corrige de esta forma lo dicho el día anterior, que sugería que era para hacer la reformas que democráticamente, hay que decirlo, como es su deber, sigue estudiando y tramitando el Congreso. A algunas dirá que sí, a otras dirá que no.
En esta entrevista, el presidente se abstiene el presionar al Congreso, pero menciona, entre muchos, dos extraños motivos para la convocatoria de la constituyente: que es que le tumban a sus cónsules y que no le permiten a María José Pizarro fungir como vicepresidenta de la mesa directiva del Senado.
¿Son por ejemplo, esos dos motivos, los cónsules y María José Pizarro, lo suficientemente sustanciosos como para convocar a una constituyente y lo que esto implica en costos y en desgaste para un país? Desde luego que no y se le calculan alrededor de dos años, a las siguientes etapas que tendrá que surtir el gobierno, pues presentar ante el Congreso la ley que convoca al pueblo a votar, si quiere o no una constituyente.
La aplicación de dicha convocatoria, que requerirá la participación de una tercera parte del censo electoral, que deberá elegir después a los constituyentes, estos reunirse en asamblea, expedir un nuevo articulado después de discutirlo durante un tiempo que no sabemos cuál será, que no podrá eludir el control constitucional de la Corte, siendo asamblea constituyente y no constitucional, para estudiar sobre todo posibles vicios de forma.
Ese proceso de ninguna manera se tomará menos de 17 meses, como se tomó el de la Constitución del 91, y podría tomarse hasta dos años, le calculan unos, desde que el Gobierno presente al Congreso la ley que la convoca, que no está, desde luego, redactada, como es costumbre en este gobierno improvisado.
Y desde ahora se vislumbra que si se cruza con las elecciones presidenciales, pueda ser utilizada por el presidente para prolongarse el período, mientras se completa el trámite y prolongar el período a los Comunes o exFarc, a quienes se les vence su periodo gratiniano en el 26 y pocos votos tienen para repetir.
¿Y, por qué no, prorrogarle el periodo a todo el Congreso?, que con esa perspectiva podrá sentirse más atraído a colaborar, lo cual hoy, a palo seco, no parece que funcionaría. Pero lo que al presidente Petro se le puede creer es nada. Ayer, Blu Radio, por ejemplo, documentó y publicó pruebas de nueve veces que el presidente prácticamente juró que no propondría una constituyente y que no le preguntaran más eso porque estaba desesperado.
Es decir, pues es bastante mentiroso, y si dice que no la utilizará para reelegirse, lo prudente es creer por ahora que puede que sí, temor que persiguió al presidente Petro desde que era candidato, antes de su elección. Es una constituyente absolutamente innecesaria, han opinado desde propios de los círculos presidenciales, hasta ajenos a ellos. Pero eso a Petro no lo conmueve, rápidamente tiene que cambiarle de agenda al país, porque ya los escándalos de su gobierno se lo están carcomiendo.