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¿Qué pasó con Emanuela Orlandi?, el misterio que El Vaticano nunca pudo responder
Luego de 40 años y tres papas, el Vaticano reabre uno de los casos que más ha conmocionado a Italia en su historia reciente: la desaparición de una joven en el que se creía el lugar más seguro del mundo.
Han pasado casi cuatro décadas, pero Pietro Orlandi aún recuerda con un dolor, que no consigue describir bien, la tarde del 22 de junio de 1983, cuando su hermana Emanuela le pidió que la acompañara a la clase de música ese día.
Sin saber todavía muy bien por qué, Pietro dijo no. A lo mejor, cree ahora, no lo animaba sentir el agobio del verano italiano que castiga con un sol aplastante las calles en esa época del año. Pero, si algo pudiera cambiar en su vida, dice con voz afligida, sería justamente eso: haberse parado del sofá para caminar junto a ella hasta la escuela donde practicaba flauta y piano.
Eso habría torcido el destino, está seguro Pietro, de Emanuela Orlandi, de solo 15 años, que ese día desapareció sin dejar rastro alguno. La penúltima de cinco hermanos de una familia residente en Ciudad del Vaticano, donde el padre se ganaba la vida como funcionario público en la prefectura de la casa pontificia.
No fue una desaparición cualquiera. Su caso se ha convertido, con el paso de los años, en una de las intrigas más inquietantes de la historia reciente de Italia, alrededor de la cual se han tejido todo tipo de hipótesis: desde que fue abusada por sacerdotes, como parte de la trama de abusos sexuales a menores en los que ha estado inmersa la Iglesia, hasta que se trató de un secuestro de la mafia o de una víctima más de trata de personas.
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Y pese a que ya se había archivado en 2020, las autoridades de justicia de la Santa Sede decidieron este año reabrir el caso. Y con ello, para los Orlandi, reabrir también las heridas de una larga ausencia y la sospecha de que “la verdad está en las manos del Vaticano. En todo este tiempo siempre hemos creído que el Vaticano sabe lo que le sucedió a Emanuela; Juan Pablo II, que estaba en su papado cuando sucedió todo y fue el primero en hablar de secuestro, se llevó el secreto a la tumba”, le asegura Pietro a SEMANA, desde Italia.
Incluso relata cuando el entonces papa fue hasta el hogar de los Orlandi y les dijo que lo sucedido con Emanuela se relacionaría con “terrorismo internacional. ¿Por qué nos dijo eso, si no era porque estaba seguro de esa información?”.
Aunque el anuncio de la reapertura de la investigación lo recibe con moderación, cree que al fin se trata de “una investigación que realmente escudriñará los documentos que desde el comienzo ha tenido en su poder el Vaticano. Quieren repasar todos los hechos desde el principio, comenzar de cero, que es el pedido que como familia hemos venido haciendo”.
En ese sentido, asegura que le escribió al papa Francisco recientemente para informarle de que los Orlandi han recopilado nuevos documentos “que nos gustaría fueran tenidos en cuenta en la investigación”.
De cualquier manera, Pietro y los suyos prefieren tomar ese anuncio con prudencia. Y eso obedece, dice, a que durante todo este tiempo la familia ha quedado devastada tras cada nuevo atisbo de esperanza que surgía en una llamada en la que les pedían dinero por una aparente liberación o cuando el Vaticano accedió a que se excavaran dos lugares distintos dentro de su territorio.
“Pero luego de la esperanza quedábamos de nuevo en ceros, con la misma angustia de no saber qué fue lo que realmente ocurrió”, asegura.
Para Pietro, que no descarta que la visión más progresista de Francisco haya influido en la reapertura del caso, todas las piezas para reconstruir la desaparición de Emanuela y dar con los responsables siempre han estado sobre la mesa. “Solo nos queda aguardar un milagro”.