Estados Unidos
¿Qué tan confiable es ChatGPT? Posible respuesta sale a la luz en caso judicial contra Avianca
El abogado de una prestigiosa firma de Nueva York armó su argumento ante una corte con la ayuda del chatbot que causa sensación en todo el mundo y esto fue lo que pasó.
Mientras que unos se complacen con las maravillas que es capaz de hacer la inteligencia artificial, otros se enfrascan en sesudas discusiones sobre si esta herramienta terminará dominando al mundo o si los seres humanos terminarán por ser irrelevantes frente a sus capacidades.
En la discusión ha surgido un nuevo actor en los últimos meses, ChatGPT, el chatbot de Microsoft que se volvió la aparente solución a los que se ven sin tiempo o sin muchas ganas de hacer determinados trabajos.
Cargado con millones de datos, es capaz de sostener una conversación coherente y, mejor aún, escribir toda suerte de textos, desde poemas hasta guiones de cine, si se le solicita.
De lo que no había mucha noticia es que los abogados también estuvieran haciendo acopio de la innovación tecnológica de moda para algo tan delicado como elaborar una ponencia que puede determinar la vida de un cliente.
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Como lo cuenta The New York Times, eso fue exactamente lo que pasó con Steven A. Schwartz, de la firma Levidow, Levidow & Oberman de Nueva York, a quien Roberto Mata contrató para que lo ayudara a ganar un caso contra Avianca.
Mata interpuso la querella porque en un vuelo entre El Salvador y Estados Unidos, en 2019, el camarero golpeó con el carrito de bebidas su rodilla y eso le causó perjuicios a su salud.
El demandante la estaba viendo difícil porque los abogados de la aerolínea, de entrada, alegaban que el pleito ya había prescrito y, por tanto, el juez debía desestimarlo.
Así, la primera tarea de Schwartz era demostrar exactamente lo contrario.
Cuando llegó el momento de argumentar, el letrado protagonizó una escena digna de serie judicial en la que los televidentes están acostumbrados a ver a los litigantes sacando a colación casos que han marcado jurisprudencia años atrás.
Eso fue exactamente lo que hizo Schwartz: expuso toda una batería de antecedentes que servían, en su concepto, para validar como justas las pretensiones de su cliente.
Por las diez páginas del argumento desfilaban casos relevantes como Martinez versus Delta Air Lines, Zicherman versus Korean Air Lines y Varghese versus China Southern Airlines.
El resultado, después de semejante verborrea, no fue que el juez no hubiese quedado convencido, sino que todos aquellos juicios jamás ocurrieron. En otras palabras, el chat se los había inventado.
Así lo descubrieron los abogados de Avianca, quienes procedieron a comprobar la veracidad de cada caso puesto como ejemplo por su contraparte.
El propio juez dijo que había hecho sus propias averiguaciones, con los mismos resultados. En consecuencia, Schwartz ahora tuvo que enfrentarse a otra penosa audiencia en la que confesó que acudió al chat para elaborar la ponencia, pero que la herramienta no había resultado confiable, por lo que se disculpó.
De todas maneras, se tomó su tiempo para explicar que no se limitó a copiar y pegar, sino sino que le preguntó al chat si los casos eran ciertos y que este le había respondido que sí.
Lo que no hizo fue verificar en los archivos judiciales con sus propios ojos, con las lamentables consecuencias. El juez fijó para comienzos de junio una nueva audiencia.