ESTADOS UNIDOS
¿Quién es Amy Coney Barrett, la jueza que está a unos pasos de ser magistrada de la Corte Suprema de EE.UU.?
En los últimos días han tenido lugar en el Senado una serie de audiencias en las que se ha debatido y cuestionado la confirmación de Barrett como togada del alto tribunal. Las posiciones entre demócratas y republicanos no podrían estar más divididas.
Hoy será el último día de la serie de audiencias que se han realizado para estudiar la polémica postulación de la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. El Comité Judicial del Senado desde el lunes ha debatido la conveniencia de la confirmación de Barret como magistrada del alto Tribunal. La jueza remplazaría a la fallecida Ruth Bader Ginsburg que por años fue reconocida por sus posturas liberales y progresistas.
Como era de esperarse la discusión ha estado polarizada radicalmente entre la posición del Partido Demócrata y el Republicano. El primero sostiene que escoger a una togada a un poco menos de 20 días de las elecciones presidenciales es una jugada ilegítima del partido en el poder. Además, se ha enfocado en argumentar porque la llegada al más alto órgano de la justicia de una jueza abiertamente religiosa y de orientación conservadora sería perjudicial para el país. Por su parte, los parlamentarios republicanos han defendido la carrera de Barrett y señalado la importancia histórica de que una mujer tradicional y conservadora ocupe el puesto.
El martes y el miércoles las audiencias consistieron en una serie de preguntas que realizaron los diferentes senadores de cada partido a la jueza. Los parlamentarios demócratas le preguntaron insistentemente por su posición frente al Obamacare, una ley que extendió el cubrimiento en salud a millones de estadounidenses durante el periodo de Barack Obama y que Donald Trump, desde su llegada a la presidencia, ha intentado tumbar. La discusión ha tomado especial importancia debido a que en noviembre se espera que en la Corte Suprema de Justicia se decida sobre un recurso en contra de la ley, que podría terminar en su derogación. Los demócratas temen que el voto de Barrett, de ser confirmada magistrada, apoye las intenciones del gobierno actual.
La jueza respondió a los cuestionamientos diciendo que “no tenía ninguna hostilidad o agenda definida con respecto al Obamacare”. También apostó por respuestas similares, que poco la comprometieron, frente a otros asuntos espinosos como el aborto, el cambio climático y el papel de la Corte en evitar el abuso de poder por parte del presidente.
Barrett dijo que no tenía “ningún compromiso” con la Casa Blanca o el Senado sobre la forma en que trataría los diferentes asuntos durante el ejercicio de sus funciones. También, en varias ocasiones se negó a dar un juicio sobre casos hipotéticos. Además, dijo que su fe católica no interferiría en sus decisiones, como lo han sugerido algunos legisladores demócratas.
El Senado de Estados Unidos es dominado por una mayoría republicana por lo que se espera que la jueza Barrett sea confirmada a pesar del rechazo demócrata. Posiblemente la decisión definitiva se conozca hasta el 22 de octubre, el plazo máximo que podrían exigir los parlamentarios que no apoyan el nombramiento para realizar la votación final. De ser confirmada, el alto tribunal quedaría dominado por una mayoría conservadora, seis magistrados conservadores y tres liberales. Sin olvidar que dichos cargos son vitalicios, por lo cual la composición de la Corte se mantendría de esa manera por largo tiempo.
¿Quién es Amy Coney Barrett?
La jueza de 48 años es católica practicante y madre de siete hijos, incluidos dos adoptados de Haití y un pequeño con síndrome de Down. Creció en Nueva Orleans y, más tarde, se convirtió en una de las mejores estudiantes de la escuela de derecho de Notre Dame en Indiana, institución en la que enseñó durante 15 años.
Al comienzo de su carrera como abogada, trabajó como secretaria del renombrado juez conservador de la Corte Suprema Antonin Scalia y adoptó su filosofía “originalista”, que entiende la Constitución tal como estaba destinada a ser leída en el momento de su redacción en contraposición a la interpretación más progresista. Esta ha sido una de sus banderas.
En 2017, Trump la nominó para ser jueza de la Corte Federal de Apelaciones de Chicago, cargo que ejerce desde entonces. Además, un año más tarde, el presidente la consideró por primera vez como una posible magistrada de la Corte Suprema de Justicia tras el retiro del juez Anthony Kennedy. Sin embargo, en esa ocasión, el cargo lo tomó Brett Kavanaugh.
Barrett es crítica del aborto y sus contradictores señalan que, durante su periodo como jueza de la Corte de Apelaciones, ha defendido el derecho al porte de armas, tomado decisiones desfavorables para migrantes y expresado su posición en contra del Obamacare.
También sus creencias religiosas han sido blanco de críticas. Uno de los episodios más señalados por sus opositores es una conferencia, impartida en Notre Dame, en la que Barrett se presenta a sí misma como un “tipo diferente de abogada”, y considera que una “carrera legal no es más que un medio para un fin, y ese fin es la construcción del reino de Dios”.
En el 2017, en la audiencia de confirmación de su cargo llevada a cabo en el Senado, la veterana demócrata Dianne Feinstein atacó a Barrett con una frase dilapidaria que aún hoy se recuerda. “El dogma vive ruidosamente dentro de ti”, le dijo a la jueza, en medio de críticas por sus posturas conservadoras. El episodio ha sido denunciado por los republicanos como expresión de la falta de tolerancia religiosa de los demócratas en el Senado.
Para entonces, Amy Coney Barrett respondió de la misma manera que lo ha hecho en las audiencias de los últimos días. Afirma que es capaz de distinguir entre su fe y sus deberes como jueza. Mientras tanto, los parlamentarios a su favor la califican como una mujer “brillante” e “impresionante”.
*Con información de AFP