Mundo
¿Quién es el narcotraficante colombiano vinculado a carteles mexicanos?
En medio de un tribunal realizado en Brooklyn, Harold Poveda testificó ante un juez sobre los vínculos con carteles de narcotráfico. Lo curioso del juicio fue que al momento de detallar sus activos, empezó a llorar.
Recientemente se hizo viral el momento en el que un narcotraficante colombiano rompió en llanto al recordar en medio de un juicio su lujosa vivienda. ¿De quién se trató? Nada más y nada menos que de Harold Poveda, alias El Conejo.
Harold Mauricio Poveda Ortega, más conocido como El Conejo, es uno de los mayores proveedores de cocaína del Cartel de los Beltrán Leyva en México. El momento cuando lloró por el bien que poseía, se presentó durante el juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, en el cual testificó y reveló información clave sobre los vínculos entre los narcos colombianos y mexicanos.
El colombiano trabajaba de manera independiente, pero era la conexión entre el Cartel del Norte del Valle de Colombia con el Cartel de Sinaloa en México. Este último era el que negociaba la compra y entrega de cargamentos, introduciendo mensualmente a suelo norteamericano dos toneladas de cocaína, la cual que era trasladada por la organización de los Beltrán Leyva a los Estados Unidos.
El narcotraficante colombiano empleaba lanchas y submarinos para transportar las sustancias ilícitas por el océano Pacífico, donde se dirigía hasta Chiapas y Guerrero. Según lo informado por las autoridades, él arribó a México en la década de los 90 con la intención de cruzar al país vecino de manera ilegal, pero tras unos años en el país, prefirió hacer parte del negocio de compra venta de drogas en las discotecas de Ciudad de México. Ese trabajo ilícito le permitió conocer a Arturo Beltrán Leyva, alias El Barbas.
Con el paso del tiempo, Poveda se ganó la confianza de Beltrán, lo cual hizo que se convirtiera en el principal colaborador de su organización al responsabilizarse del ingreso de más de 20 toneladas por año. En medio del juicio mencionado anteriormente, el colombiano le sostuvo al jurado que Beltrán se enojó con él luego de haberse ganado 15 millones de dólares por un cargamento que ingresó a Acapulco. Fue tanto el descontento que indicó que quien era de su confianza lo mandó matar.
Adicionalmente, Poveda afirmó que buscó a Ismael ‘El Mayo’ Zambada, el otro líder del Cartel de Sinaloa, para que lo protegiera de Beltrán y del Cartel del Pacífico, dado que ambos estaban solicitando su muerte. El colombiano fue protegido por Jesús Zambada García, alias El Rey Zambada.
Según sostuvo el implicado en el tribunal, Zambada cumplió al cuidarlo y ayudarla a salir del país. El narcotraficante relató que regresó a Colombia gracias a que él lo llevó al Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), donde fue resguardado por agentes policíacos que le proporcionaron los trámites necesarios. No obstante, tiempo después, Poveda volvió a México con la ayuda de alias El Mayo, hermano de Zambada, quien contribuyó a que el colombiano y Beltrán limaran asperezas para volver a ser cercanos.
Durante el juicio, el fiscal estadounidense le mostró a Poveda una foto de Beltrán y le preguntó si lo conocía, a lo que el colombiano respondió de manera afirmativa y agregó que debido a su cercanía entre ambos, comenzó a llamarlo “tío Arturo”, del cual aseguró que en una ocasión lo escuchó decir que había “secuestrado” a Genaro García Luna. Por otro lado, el tribunal también confirmó que alias El Conejo ofreció un pago de 500 mil dólares a dos comandantes de la Policía Federal para que liberaran a miembros de su familia, quienes estaban arrestados tras un operativo en su domicilio ubicado en el Desierto de los Leones, en Ciudad de México.
En su intervención, Poveda entregó detalles de la mediación que tuvo entre capos de Colombia y México para la circulación de estupefacientes. El momento de las lágrimas se desató cuando en la audiencia se proyectaron imágenes de ‘La mansión de la fantasía’, nombre que el suramericano le dio a su vivienda y que se caracterizaba, aparte de los lujos, por contener una serie de especies exóticas. Rompió en llanto al recordar las cosas y lo vivido allí.