Ebrahim Raisi, nuevo presidente de Irán
Ebrahim Raisi, nuevo presidente de Irán | Foto: Wikipedia

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Quién es el nuevo presidente iraní y qué puede implicar su elección

En unas polémicas elecciones, Irán escogió un nuevo presidente. Se trata del segundo cargo más importante de esa nación.

20 de junio de 2021

Este viernes se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Irán. Los resultados parciales dan como ganador al ultraconservador Ebrahim Raisi, quien con más del 60% de los votos evitó tener que ir a una segunda vuelta.

Raisi, quien fungía como el máximo juez de la nación del Medio Oriente, se impuso a otros tres candidatos en unos comicios en los que varios aspirantes a la presidencia no pudieron participar y en donde la abstención electoral superó el 50 %, una cifra mucho mayor que el 27 % que se presentó en las últimas elecciones del 2017.

Esta poca participación electoral se debe a que miles de iraníes consideraron que las elecciones no estaban siendo imparciales y democráticas, por lo cual decidieron boicotearlas con su inasistencia a las urnas. La molestia llegó cuando los ciudadanos empezaron a percibir que las elecciones estaban siendo cerradas y con tendencia a favorecer a Raisi, pues de 600 aspirantes que se inscribieron a las elecciones solo 12 fueron aprobados por los 12 juristas y teólogos del Consejo de Guardianes, un órgano no electo que decide sobre idoneidad de los candidatos. Para hacer más crítica la situación, de los 12 candidatos, tres se retiraron antes del día de la votación.

El nuevo presidente iraní, que se convierte en el segundo funcionario de mayor rango en el país después del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, se ha caracterizado por sus opiniones ultraconservadoras y ha sido denunciado de ser autor de crímenes de lesa humanidad. De hecho Amnistía Internacional pidió que se le investigara pues presuntamente fue miembro de la llamada “Comisión de la Muerte”, a la que se le atribuyen crímenes de desaparición forzosa y ejecuciones extrajudiciales de miles de prisioneros opositores en 1988.

“El hecho de que Ebrahim Raisi haya ascendido a la presidencia en vez de ser investigado por crímenes contra la humanidad como asesinato, desaparición forzosa y tortura, es un desalentador recordatorio de que la impunidad reina supremamente en Irán”, aseguró la organización en un comunicado. “Seguimos pidiendo que Ebrahim Raisi sea investigado por su implicación en crímenes pasados y presentes contra el derecho internacional”, añadió.

Raisi, quien nunca se ha pronunciado sobre estas denuncias, es un clérigo de 60 años que durante gran parte de su carrera se desempeñó como fiscal y que en la campaña se mostró como la solución a la corrupción con mano fuerte. En el 2017 ya había sido candidato, pero fue derrotado por Rouhani, de manera que en el 2019 fue nombrado como la máxima autoridad judicial del país.

Con su triunfo, se cree que Irán tendrá un gobierno islámico mucho más conservadora que podría limitar las libertades individuales, restringir algunas actividades sociales, limitar el ingreso al mercado laboral de las mujeres e incluso afectar la libertad de expresión y de prensa.

Sobre el panorama internacional, el temor es que el nuevo gobierno pueda afectar las negociaciones para un acuerdo nuclear con Estados Unidos, pues los líderes radicales de este sector político se muestran bastante reservados frente al país norteamericano. Sin embargo, tanto Raisi como algunos de sus copartidarios han enviado señales de que les interesa continuar las negociaciones indirectas con Estados Unidos y de esta manera superar algunas de las sanciones económicas que la potencia les ha impuesto en los últimos años y que los ha llevado a una mayor crisis económica.

Sobre la victoria de Raisi se pronunció el jefe del Comité de Defensa y Asuntos Exteriores del Parlamento israelí y exjefe del servicio de Inteligencia exterior, Ram Ben Barak, quien en su cuenta de Twitter aseguró que esta elección era “una prueba concluyente de la decisión del líder supremo Alí Jamenei de radicalizar la conducta de Irán en las políticas exterior, nuclear y terrorista”.