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Quién es Olaf Scholz, el favorito para reemplazar a Ángela Merkel
El socialdemócrata de 63 años, sin gran carisma, venció en los debates previos, presentándose como un gestor tranquilo y experimentado, cualidades esenciales para los alemanes.
El favorito de las elecciones legislativas de Alemania, el socialdemócrata Olaf Scholz, defendió el lunes su acción de lucha contra el blanqueo de dinero ante los diputados, que lo convocaron a pocos días de los comicios sobre un incómodo caso que salpica al ministerio de Finanzas que él dirige.
En la recta final de la campaña, el candidato del partido socialdemócrata SPD debió justificar ante la comisión de Finanzas del Bundestag por qué funcionarios de su ministerio no transmitieron a la justicia información sobre una operación de presunto blanqueo de dinero. Scholz aseguró que su ministerio había “mejorado continuamente” estos años la lucha contra la criminalidad financiera, y enumeró los esfuerzos llevados a cabo.
Pero ningún ministro “puede resolver (los problemas) con un chasquido de dedos” afirmó ante los parlamentarios. Los diputados esperaban la declaración del ministro por videoconferencia, por su apretada agenda de campaña, pero Scholz sorprendió a la treintena de miembros de la comisión y se presentó en persona.
La comparecencia coincide con la recta final de la campaña para las elecciones legislativas del domingo, en las que Scholz figura como favorito con un 25% de intención de voto en los sondeos. Le siguen los conservadores de la CDU/CSU de Angela Merkel, ahora bajo el liderazgo del impopular Armin Laschet, con algo más del 20%, y el partido ecologista de los Verdes (15%), encabezado por Annalena Baerbock.
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El gesto presencial de Scholz no aplacó los ánimos de los diputados. Tanto la oposición como sus socios de gobierno de la CDU/CSU lo acusaron de fracasar en la lucha contra el blanqueo. El diputado liberal del FDP, Florian Toncar, lo señaló como responsable de “un espacio carente de derecho en la lucha contra el crimen organizado”.
Representante socialdemócrata en la comisión, Jens Zimmermann acusó a sus adversarios políticos de hacer de este caso un “espantapájaros” para dañar al favorito en los sondeos.
Pagos a África
El punto de partida de esta investigación, en 2020, fue la “declaración de actividades sospechosas por parte de un banco (...) respecto a pagos con destino a África por un monto superior al millón de euros”, unos 1,17 millones de dólares. La Oficina Central de Investigación de Transacciones Financieras (UIF), dependiente del ministerio de Finanzas, no transmitió este informe a las autoridades judiciales, lo que impidió “cesar estos pagos”, según la fiscalía.
Esta transacción “tenía como telón de fondo el tráfico de armas y drogas, así como la financiación del terrorismo”, señaló el banco en su informe. La fiscalía pidió recientemente registrar los ministerios de Finanzas y Justicia para “verificar si y, de ser necesario, en qué medida la dirección y los responsables de los ministerios (...) estuvieron involucrados en las decisiones de la UIF”.
Inmediatamente, la oposición parlamentaria (los Verdes, los liberales y la izquierda radical) convocó a Scholz para que diera explicaciones.
Scholz insinúa un complot
Molesto por los registros en plena campaña electoral, Scholz criticó las formas de los investigadores e insinuó ser víctima de un complot político. Ante la amenaza de una derrota histórica, los conservadores de la CDU también quieren sacar rédito al asunto para atacar a su todavía socio de coalición.
“Cuando una fiscalía registra un ministerio, la reacción adecuada es decir ‘vamos a ayudar a la justicia’, y no denunciar complots de manera ‘populista’”, dijo el candidato conservador, Armin Laschet. El ministerio de Scholz ya fue criticado el año pasado por descuidar su vigilancia en la quiebra de la sociedad Wirecard, el mayor escándalo financiero desde la guerra en este país.
Esta empresa de pagos en línea reconoció en junio de 2020 que 1.900 millones de euros (2.200 millones de dólares) registrados en sus cuentas no existían. Entonces Scholz también se enfrentó a preguntas incisivas de los diputados durante una comisión especial de investigación.
Ese caso llevó al ejecutivo a presentar a principios de año una reforma para dotar de más poderes al Bafin, el órgano alemán de regulación financiera.