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Reapareció la supuesta novia de Putin y sorprendió con un ‘inusual’ discurso, ¿qué dijo?
Según Insider, la relación que presuntamente tendría el mandatario ruso con Kabaeva rodea los 15 años.
Alina Kabaeva, de 39 años, es el nombre de quien ha sido señalada como la supuesta novia del presidente ruso, Vladimir Putin, durante varios años. A pesar de que medios internacionales informan que ambos han negado alguna relación, un vínculo ‘clandestino’ de por lo menos 15 años es situado por portales como Insider.
Recientemente, esta mujer, quien ahora se desempeña como presidenta en la junta directiva de National Media Group ofreció un discurso, a propósito del aniversario de esa agrupación. Kabaeva ha estado en ese cargo desde 2014, antes de pertenecer al Parlamento y, previamente, había dedicado su vida a la gimnasia.
Putin's rumored mistress Alina Kabaeva finally made it to the U.S. sanctions list. https://t.co/V8ejGaBCT3 pic.twitter.com/XmJwwBu1pp
— Julia Davis (@JuliaDavisNews) August 2, 2022
“Es como un arma de guerra”
“Nuestra gente necesita este éxito porque el trabajo de información hoy, en las condiciones en las que vivimos y luchamos por nuestro país, es como un arma de guerra (...). Es tan importante como el rifle de asalto Kalashnikov y los corresponsales de guerra lo saben. Trabajemos”, fueron sus palabras, de acuerdo con lo recopilado por diarios como La Nación.
Según Newsweek, la rusa se trasladó a la capital cuando era joven y fue reconocida, en su momento, por su desempeño y el número de condecoraciones ganadas en la historia de ese país, entre las que se destacan 14 en competiciones globales. Esa revista de noticias amplió que en 1998, a la edad de 15 años, obtuvo la victoria en el Campeonato de Europa (en Portugal).
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Putin's alleged lover, Alina Kabaeva, said that Russian media is a weapon of war, equal in importance to Kalashnikov rifle. pic.twitter.com/A5ZNrhN5rf
— Anton Gerashchenko (@Gerashchenko_en) February 6, 2023
El mensaje de Alina Kabaeva se produjo a pocas semanas de que se complete un año desde que se agudizaron las hostilidades entre Rusia y Ucrania y cuando la palabra “guerra” ha ocupado un primer plano. A la fecha, ninguna de las partes ha anunciado un intento por ‘ceder’ y establecer una mesa de negociaciones; al contrario, las advertencias mutuas siguen presentes.
Zelenski pide más armamento
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reiterado desde los últimos meses su solicitud de más armamento a la comunidad internacional; sin embargo, recientemente exhortó a los países que han prometido “ayuda” para que agilicen la entrega de la misma. Este miércoles, el mandatario se encuentra en Londres donde ya se reunió con el primer ministro Rishi Sunak.
El mandatario “subrayó la importancia de que Ucrania reciba las armas necesarias de los aliados para detener la ofensiva rusa y liberar todos los territorios ucranianos temporalmente ocupados”, señaló la Presidencia en un comunicado, según informó AFP. Después de Estados Unidos, este es el segundo viaje al extranjero desde el comienzo de la invasión.
Por su parte, y tal como hizo en su momento Boris Johnson, el actual primer ministro reiteró ante el Parlamento el apoyo británico al pueblo ucraniano. “Seguiremos apoyando a Ucrania para garantizar una victoria militar decisiva en el campo de batalla este año”. Entre tanto, Zelenski afirmó que el diálogo con Reino Unido era “muy importante para la seguridad en nuestro país y por supuesto la seguridad en el mundo”.
Para Putin Rusia está “amenazada”
El gobierno del presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo la primera semana de febrero que el país usaría todo “su potencial” para defenderse ante cualquier territorio que represente una amenaza. También comparó, según señaló AFP, la asistencia alemana a Kiev con la ofensiva nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Desde Europa se acordó, con el aval de Berlín, desplegar a Ucrania tanques Leopard 2, de fabricación germana. “Es increíble, pero estamos de nuevo amenazados por tanques alemanes”, dijo Putin, en el marco del aniversario 80 de la victoria soviética en labatalla de Stalingrado, actual Volgogrado.
Putin puso en marcha lo que calificó como una “operación especial” al asegurar que las autoridades de Kiev eran “neonazis” y que estaban llevando a cabo un “genocidio” contra las poblaciones de habla rusa del este de la nación.