EUROPA

¿Resistirá el Reino Unido?

El 29 de marzo se iniciarán formalmente las negociaciones para que Reino Unido deje la Unión Europea. Sin embargo, los dos años de trámite del ‘brexit’ pueden convertirse en una pesadilla para los británicos.

25 de marzo de 2017
| Foto: Fotomontaje SEMANA / Fotos: AFP

La primera ministra británica, Theresa May, anunció que el 29 de marzo activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que empieza formalmente los trámites para que Reino Unido (RU) se retire de la Unión Europea. Sin embargo, aunque los líderes euroescépticos les pintaron a los votantes un país próspero, libre de las excesivas regulaciones que impone Bruselas y de las enormes contribuciones a la Unión Europea, hoy la realidad los desmiente. Los precios suben, la libra esterlina cae, los bancos y las aerolíneas se están marchando, mientras los escoceses y norirlandeses quieren abandonar el barco. ¿Qué le depara el brexit a Reino Unido?

1. Y ahora, ¿qué?

May dijo que las negociaciones para la salida de la Unión Europea durarán dos años. Esto es lo que sigue en los próximos 24 meses (fechas aproximadas).

Activación del artículo 50: 29 de marzo.

Respuesta de la Unión Europea: 1 de abril.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, propondrá un borrador de los principios que orientarán la negociación. Es la antesala para la reunión extraordinaria de la cumbre europea.

Acuerdos sobre principios: mayo de 2017, después de las elecciones en Francia. El Consejo de Asuntos Generales de la Unión deberá discutir y aprobar los principios orientadores por mayoría calificada. Los expertos señalan que este tramo es crucial, pues Reino Unido debe seducir a sus aliados para suavizar la posición de la Unión Europea.

Negociaciones: junio o julio de 2017. Representantes de RU y la UE discutirán los derechos de los ciudadanos, y la plata que Reino Unido debe pagar por salir de la Unión.

Tratado comercial: diciembre de 2017. Se definirá la nueva relación comercial de Reino Unido con la Unión Europea, uno de los temas más importantes para ambas partes.

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Aprobación del nuevo pacto: (junio de 2018-marzo de 2019). Las instituciones europeas y los Parlamentos nacionales y regionales deben ratificar el nuevo trato. Reino Unido depende de la buena voluntad de las administraciones locales para no sufrir un caos burocrático.

2. Menos comercio

La UE es el principal socio comercial de RU, por lo que May estará en aprietos si no logra concretar nuevas alianzas que reemplacen a su aliado más poderoso. Además, según cálculos de The Guardian, si Reino Unido se retira del mercado común europeo sin concretar un tratado comercial favorable, los británicos deberán pagar 7.600 millones de dólares en aranceles para poder exportar sus productos a países de la Unión. Por otro lado, según un estudio del Centro de Desempeño Económico de la London School of Economics, el brexit implica menos comercio, lo que reducirá los estándares de vida de los británicos.

3.  La ‘venganza’ de la Unión

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, anunció que la factura de su retiro de la Unión Europea no saldrá barata. En efecto, Reino Unido tendrá que pagar cerca de 57.000 millones de euros durante los próximos seis años para cumplir sus obligaciones con los programas y proyectos que firmó como miembro de la Unión. Aunque hay quienes se niegan a pagar un solo centavo una vez que se concrete su salida, si RU no cumple sus obligaciones tributarias, el pleito podría llegar ante la Corte Internacional de Justicia. Con todo, al resto de países europeos no les tiembla la mano para dejarles claro a RU y a otros posibles desertores que abandonar la Unión es mucho peor que quedarse y pagar sus cuotas.

4. Los nuevos sin patria

Al millón y medio de británicos que residen en países de la Unión Europea, y a los 2 millones de ciudadanos de la Unión Europea que viven en RU les esperan dos años de incertidumbre, pues su estatus legal no estará claro, sino cuando terminen los trámites del brexit. Por un lado, la Convención de Viena de 1969 indica que la terminación de un pacto entre países no afecta las obligaciones y estatus legal adquiridos durante el tratado, lo que significa que los británicos expatriados y los residentes de la Unión Europea en Reino Unido estarían a salvo. No obstante, May se rehúsa a confirmar que se garantizarán los derechos de europeos que viven en su país, pues considera que hacerlo afecta su margen de maniobra en las negociaciones.

5.  La City pierde peso

Como es probable que los bancos pierdan el derecho a ofrecer sus servicios libremente en la Unión Europea desde Londres, muchos anunciaron que trasladarán parte de sus operaciones a otras ciudades. En efecto, Xavier Rolet, jefe de la Bolsa de Londres, advirtió que cerca de 230.000 empleos del sector financiero pueden desaparecer a causa del brexit. Y eso no es todo, pues el valor de la libra esterlina cayó dramáticamente después del referendo de junio del año pasado. Además, en febrero de este año la inflación superó los 2 puntos porcentuales por primera vez desde noviembre de 2013, lo que en plata blanca significa un aumento en los precios de las vacaciones de los británicos, la gasolina, los alimentos, los automóviles y los aparatos tecnológicos.

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6. Reino dividido

Con el brexit se han despertado las fuerzas nacionalistas de los países que conforman Reino Unido, especialmente porque Escocia e Irlanda del Norte votaron por permanecer en la Unión Europea. Así, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, llamó a un segundo referendo de independencia, camino que siguió el partido nacionalista de Irlanda del Norte, Sinn Féin, que pidió que se realice un referendo para reunificar a su país con la República de Irlanda.

7. Los eslabones más débiles

Aunque se pronostica que el brexit le hará zancadilla a todos los sectores de la economía, la investigación y la agricultura son los rubros más afectados. En efecto, 1.000 proyectos de investigación en 78 universidades británicas funcionan con dineros de la Unión Europea y cerca del 15 por ciento de los académicos en Reino Unido vienen de otros países del Viejo Continente. Además, se calcula que 15.000 estudiantes británicos perderían la posibilidad de participar en el programa Erasmus, que les otorga préstamos para un año de estudio o trabajo en otro país europeo. Mientras tanto, los agricultores están en riesgo de perder los subsidios por 2.700 millones de euros que reciben en el marco de la política de agricultura común de la Unión Europea.

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8. Hegemonía amenazada

Los británicos quedarán por fuera del sistema colectivo de defensa, de inteligencia y antiterrorismo de la Unión Europea. Además, el brexit también le quitará protagonismo a Reino Unido en la Otan, pues se reportó que Francia está haciendo lobby para quedarse con el puesto de comandante diputado supremo aliado en esa organización, puesto que RU lo ostenta desde 1951. Por si fuera poco, si el referendo de independencia en Escocia prospera, estaría en graves problemas pues sus armas nucleares están en suelo escocés.