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Represión en Nicaragua: gobierno de Daniel Ortega cancela 100 organizaciones religiosas, ya van 2.600 este año

De las organizaciones canceladas, solo dos son extranjeras, mientras que las otras 98 son nacionales.

4 de noviembre de 2022
Nicaragua
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, habla a sus seguidores junto a su esposa y la vicepresidenta Rosario Murillo, en Managua, Nicaragua, el miércoles 29 de agosto de 2018. (AP Foto/Alfredo Zuniga) | Foto: AP

Las autoridades de Nicaragua anunciaron este viernes la cancelación de 100 organizaciones, en su mayoría de carácter religioso y evangélico, con lo que ya son más de 2.600 las entidades suspendidas en lo que va de este año.

De las organizaciones canceladas, solo dos son extranjeras (la Asociación Filial Roblealto, de Costa Rica, y el Ministerio Misionero Misión de los Setenta, de Estados Unidos) mientras que las otras 98 son nacionales, destacando, además de las que tienen carácter religioso, las de carácter social, como la Asociación de Niños Abandonados de Nicaragua.

Otras de las entidades que se encuentran en la lista son, según ha informado el diario ‘La Prensa’, la Asociación de Teólogos Cristianos, la Asociación Iglesia Misionera Belén, así como la Fundación Europea de Solidaridad entre Pueblos o la Asociación Granadina de Músicos, Cantantes, Compositores, Arreglistas y Similares, entre otras.

La Ley General de Regulación y Control de Organismos sin Fines de Lucro deja en manos del Ejecutivo de Daniel Ortega tomar medidas no solo contra las organizaciones extranjeras, sino también contra las nacionales, a través del Ministerio de Gobernación y sin necesidad de un trámite parlamentario.

Daniel Ortega y Rosario Murillo la han emprendido contra la Iglesia católica, pues es el único lugar en el que aún se hace resistencia a su gobierno.
Daniel Ortega y Rosario Murillo la han emprendido contra la Iglesia católica, pues es el único lugar en el que aún se hace resistencia a su gobierno. | Foto: AFP

Tanto la oposición como la comunidad internacional, incluida la ONU, han cuestionado esta campaña contra las ONG, que se enmarca dentro de una ola de represión que se inició tras las protestas de 2018 y se reforzó en los meses previos a las elecciones de 2021.

Periodismo, un peligro en Nicaragua

El periodista nicaragüense en el exilio Néstor Arce ha sido tajante afirmó a finales de octubre que dedicarse actualmente a su profesión en Nicaragua es “un trabajo de alto riesgo”, pues “la dictadura” del presidente, Daniel Ortega, y su esposa Rosario Murillo, puede meterte preso y “quizás” incluso matarte.

“Ahora trabajar de periodista en Nicaragua es un trabajo de alto riesgo”, dijo Arce a Europa Press durante su participación estos días en Madrid en un evento de Reporteros Sin Fronteras (SIP), recordando el caso de Angel Gahona, muerto mientras cubría las protestas de 2018.

Galardonado junto a doce compañeros con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo de este año por su trabajo en el medio digital Divergentes, Arce es un periodista de los 180 que han tenido que salir de Nicaragua desde que en 2007 la situación de los medios de comunicación y sus trabajadores comenzara a deteriorarse.

Un repartidor muestra La Prensa, el único periódico impreso de Nicaragua, que ya no emitirá una edición impresa quejándose de que la administración del presidente Daniel Ortega estaba reteniendo el papel que utiliza para publicar, en Managua, Nicaragua, el 12 de agosto de 2021. La portada dice : "La dictadura retiene nuestro papel, pero no puede ocultar la verdad". REUTERS / Maynor Valenzuela
Un repartidor muestra La Prensa, el único periódico impreso de Nicaragua, que ya no emitirá una edición impresa quejándose de que la administración del presidente Daniel Ortega estaba reteniendo el papel que utiliza para publicar, en Managua, Nicaragua, el 12 de agosto de 2021. La portada dice : "La dictadura retiene nuestro papel, pero no puede ocultar la verdad". REUTERS / Maynor Valenzuela | Foto: REUTERS

Desde 2007, la deriva autoritaria que viene padeciendo Nicaragua ha sido parte de un plan orquestado por Ortega para “enquistarse en el poder” y “tratar el país como una finca”, cuenta Arce. Murillo, quien ejerce como vicepresidenta, “tiene una obsesión por el control, no quiere que nada se le escape de sus manos”.

“Siguen saliendo periodistas del país cada día porque no pueden ejercer. Son perseguidos, sus familiares son amenazados, los medios están siendo clausurados, censurados. Sin embargo, cuando deciden irse al exilio, la mayoría también opta por seguir informando de lo que pasa dentro”, contó Arce.

En ese sentido, reconoció la dificultad de seguir informando una vez se deja el país, por ello quiso poner de relieve las fuentes y los pocos “periodistas valientes” que quedan dentro y “han decidido jugársela de manera clandestina”.

El “periodismo de catacumba” que ayudó a derrocar al dictador Anastasio Somoza en la década de los 70 está sirviendo, cuenta Arce, “para enfrentar al sandinismo, esa paradójica revolución que ahora reprime y persigue a los periodistas”.

*Con información de Europa Press.