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Residentes de Mykolaiv, Ucrania, buscan retomar sus actividades tras último bombardeo

El alcalde de la ciudad aprendió a disparar, viste con chaleco antibalas y arma de fuego en la oficina.

2 de abril de 2022
En esta imagen del viernes 11 de marzo de 2022, tanques del ejército ruso avanzan por las calles a las afueras de Mariúpol, Ucrania. Foto: AP/Evgeniy Maloletka.
En esta imagen del viernes 11 de marzo de 2022, tanques del ejército ruso avanzan por las calles a las afueras de Mariúpol, Ucrania. Foto: AP/Evgeniy Maloletka. Imagen de referencia. | Foto: Foto: AP/Evgeniy Maloletka.

Tras la guerra vivida en medio de la ciudad Mykolaiv, Ucrania, con los bombardeos y enfrentamientos entre el ejército nacional y las tropas rusas, esta zona del país se encuentra desolada, con edificios destruidos y cientos de civiles muertos, muchos de los cuales ni siquiera se han encontrado los cadáveres desde el último bombardeo.

Es de recordar que, el más reciente ataque ruso en esta ciudad en el sur de Ucrania fue el 29 de marzo, cuando al menos siete personas murieron y 22 resultaron heridas en un bombardeo, en el que también habría resultado afectado un edificio administrativo. Se especificó que en el momento del ataque había entre 50 y 100 personas en el interior del edificio, que habría recibido el impacto de un misil de las Fuerzas Armadas rusas. Además, poco después se registró un incendio en la zona.

Ahora, los residentes de esta parte de Ucrania estarían tratando de retomar las actividades rutinarias que hacían antes del bombardeo, buscando volver a la calma, mientras los rescatistas continúan con las operaciones de búsqueda, así como con la remoción de escombros.

El alcalde de Mykolaiv, Oleksandr Senkevich, afirmó para CNN que su pueblo, tanto cómo él ya esperaban la guerra desde hace algunos años, por lo que él decidió aprender a disparar y compró elementos de protección para enfrentar a los soldados invasores en el momento en que llegaran, por lo que desde hace varios meses anda en la oficina con chaleco antibalas y un arma de fuego.

Es de resaltar que, el bombardeo fue uno de los detonantes en esta parte del país que ya venía librando semanas de terror durante las cuales el ejército ruso intentó, sin éxito, arrasar la ciudad. Esta localidad es uno de los puntos estratégicos en el conflicto, ya que Mikolaiv es un punto clave en el camino a Odesa, que es el mayor puerto de Ucrania.

En Mikolaiv, miles de residentes, mucho de ellos niños, abandonan la ciudad en autobuses amarillos hacia escapar hacia el oeste, pero otras personas se quedan y comienzan albergar la esperanza de volver a una vida que se asemeje a la normalidad.

“El tiempo está maravilloso”, dijo el gobernador regional, Vitali Kim, en un video en las redes sociales, que desde el inicio de la guerra utiliza con asiduidad. “Y sin bombardeos lo sería más aún”, señaló, haciendo referencia a los difíciles momentos que han vivido por la avanzada rusa.

Sofia, de 13 años, está en cama en el sótano de un hospital de la localidad ucraniana de Mikolaiv, lugar que se ha convertido en el refugio de cientos de personas, entre ellas varios niños, quienes escapan de los ataques rusos, pero la adolescente que todavía tiene esquirlas en el cráneo, conserva su sonrisa y sigue soñando con tocar guitarra y ser pintora.

Fue uno de estos bombardeos, el 5 de marzo en una localidad cercana a Mikolaiv que dejó a Sofia herida y recluida en el sótano de un hospital pediátrico, un lugar que sueña con dejar pronto. “Recibió metralla en la cabeza, alguna de la cual no ha podido ser retirada”, contó su madre, Ludmila, junto a su hija que sostiene un oso de peluche.

“Ahora puedo mover mis brazos y piernas un poco, todavía no puedo levantarme sin la ayuda de mi madre y espero poder salir pronto”, contó la adolescente que tiene vendadas las manos y la cabeza.

“Ya se ha sometido a varias operaciones, pero sigue teniendo trozos. Su vida ya no está en peligro, pero esto podría perjudicar su salud, por lo que estamos preparados para operarla de nuevo”, señaló Irina Tkachenko, la jefa médica del hospital.

“Convertimos nuestro sótano en un refugio, dividido en secciones para la neurocirugía, la cirugía, la traumatología y la neonatología”, contó.

Otra señal de que hay un respiro, es que el gobernador relajó las restricciones para la venta de alcohol permitiendo el expendio los fines de semana, pero advirtió que podrían volver las restricciones si hay excesos.

*Con información de AFP