EUROPA
Reuniones en casa solo con dos invitados: la estrategia de Merkel contra el coronavirus
En los primeros meses de la pandemia, Alemania destacó por su manejo exitoso de la emergencia y Suecia se negó a encerrar a su población. Ahora los dos países han optado por endurecer las medidas.
En medio de la segunda ola de contagios que golpea a Europa, Alemania y Suecia optan por endurecer las medidas de bioseguridad con el fin de detener las cadenas de contagios. Esta vez el blanco de las medidas son las reuniones sociales que, según expertos, son los espacios de más alto riesgo.
La canciller alemana, Angela Merkel, anunció el lunes que había propuesto a los gobernadores de los 16 estados federales, en un encuentro en Berlín, que se redujeran el número de personas permitidas en reuniones sociales.
Actualmente, Alemania admite que se reúnan 10 personas de dos casas diferentes. La mandataria propuso que desde ahora las personas de una casa se puedan ver con máximo dos personas de otro hogar. Asimismo, planteó el uso obligatorio del tapabocas en los colegios y la disminución del tamaño de las clases. Y, además, la semana pasada no descartó que la cuarentena parcial que vive el país se extienda a diciembre.
Sin embargo, los estados federales se negaron a adoptar las medidas de manera inmediata. Pidieron al Gobierno central esperar los resultados de la cuarentena parcial que impusieron el 2 de noviembre para luego evaluar la posibilidad de mayores restricciones. Merkel y los gobernadores estatales planean reunirse otra vez el 23 de noviembre.
Actualmente, están cerrados los bares, gimnasios, cines y restaurantes, pero los colegios y comercios permanecen abiertos.
El Instituto Robert Koch, encargado del seguimiento del virus en el país, reportó en su informe del 17 de noviembre que registraron en las últimas 24 horas más de 14.400 casos positivos y 267 nuevas muertes. También señaló que en la última semana en promedio han detectado 141 casos entre cada 100.000 personas y que actualmente 3.517 pacientes están hospitalizados en unidades de cuidados intensivos.
La curva de contagios registrada desde inicios de la pandemia evidencia que la segunda ola está golpeando con mayor fuerza al país. A ello se suma la preocupación por los próximos meses de invierno que podrían facilitar la propagación del virus debido a las bajas temperaturas y la permanencia en espacios cerrados.
Por su parte, el gobierno sueco anunció también el lunes que estarán prohibidos desde el 24 de noviembre los eventos públicos con más de ocho personas. Esto aplica a actividades como conciertos y eventos deportivos, y quienes incumplan la orden podrán ser multados o pagar penas en prisión de hasta seis meses.
La nueva ley no cobija reuniones sociales en colegios, lugares de trabajo o reuniones privadas. No obstante, el primer ministro, Stefan Löfven, llamó a la ciudadanía a aplicar las mismas medidas a todo tipo de situaciones.
“No podemos regular todas las reuniones sociales (…) pero no debería haber reuniones con más de ocho personas aun si son situaciones no incluidas en la ley”, afirmó. También pidió a los suecos que no fueran a los gimnasios, librerías, restaurantes y que no hicieran fiestas.
Suecia fue uno de los pocos países en Europa que durante la primera ola de contagios a principios de año se negó a aplicar cuarentenas estrictas a sus ciudadanos. El Gobierno optó por solamente recomendar algunas medidas de bioseguridad y dejarlas a discreción de los ciudadanos. Inicialmente, esto conllevó altas tasas de contagio y de mortalidad. Según el diario The New York Times, los análisis comparativos de Suecia y otros países europeos demuestran que la tasa de letalidad en el país durante el pico de la pandemia en marzo y abril fue mayor y más prolongada que la de sus vecinos.
Sin embargo, para octubre, en Suecia habían disminuido radicalmente los contagios, mientras en Europa las cifras aumentaban. La vida en el país transcurría con alguna normalidad y algunos expertos científicos como el epidemiólogo Anders Tegnell, uno de los encargados de la respuesta a la pandemia, afirmaba que “Suecia ha pasado de ser uno de los países de Europa con la mayor propagación a uno de los que tienen el menor número de casos”.
La situación ha cambiado en las últimas semanas. El 10 de noviembre el Instituto de Salud Pública del país reportó 4.562 nuevos casos en 24 horas y el 5 de noviembre 4.744, la cifra más alta hasta el momento. Esto obligó al Gobierno a tomar medidas que en el pasado había evitado. La semana pasada anunció la prohibición de vender bebidas alcohólicas en bares, restaurantes y pubs después de las 10 p. m. Además, veinte regiones ya enfrentaban medidas más restrictivas y a su población se le recomendaba evitar contacto con personas con las que no viven.
Al respecto, el primer ministro afirmó: “Estas son medidas intrusivas que no tienen paralelo en tiempos modernos (…) No nos tomamos a la ligera limitar los derechos de las personas, pero vemos que es necesario”.
¿Qué tan probable es contagiarse en una reunión social?
Los expertos han señalado que en las reuniones sociales, especialmente cuando están presentes varias personas, ocurren los mayores contagios.
Por ejemplo, en España el 45 % de los 123 brotes de coronavirus activos a mediados de julio tenía su origen en el ámbito familiar, según el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Y para septiembre, los brotes del ámbito social concentraron un 32,4 % de los casos y un 32,6 % de los focos. Todos estaban asociados al ocio nocturno, las reuniones familiares y de amigos.
La ciencia ya ha probado que el riesgo de contagio es mucho más alto en espacios cerrados que abiertos. Y va aumentando en proporción al tiempo que una persona pase en dicho lugar y el tono en el que hable. Por eso, en lugar de acudir a reuniones en persona durante la pandemia, lo mejor y más seguro es hacerlas en forma virtual y continuar así conectados.