REALEZA
Reviven conversación subida de tono entre rey Carlos III y su actual esposa Camilla
Conocido como el “Camillagate”, medios de Inglaterra revelaron una conversación íntima entre el rey y su esposa.
La coronación de Carlos como rey de Inglaterra es una de las noticias que le ha dado la vuelta al mundo tras el fallecimiento de la reina Isabel II que cerró el ciclo de la monarquía más larga que ha tenido el Reino Unido en su historia.
Ahora, con la llegada de Carlos III al trono, se han recordado algunos de los momentos más polémicos de la historia de la monarquía, como su tórrido matrimonio con Diana de Gales que si bien muchos pensaron era un cuento de hadas terminó siendo una pesadilla que marcó a la familia real.
Aunque Carlos y Diana se casaron en 1981, el amor de la vida del rey no era ella, es más, siempre se dijo que se había casado por despecho, tras saber que Camilla, su expareja, había contraído nupcias con el oficial de caballería Andrew Parker Bowles.
Pero la fuerza de su amor pudo más que sus relaciones y, en 1986, Camilla y Carlos se volvieron a unir, en medio de un escándalo de infidelidad a sus respectivas parejas.
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Si bien la casa real nunca dio una respuesta oficial del romance, una conversación telefónica que se dio a conocer en 1993, siete años después, reveló el romance furtivo que llevaban en medio de sus matrimonios.
Los medios ingleses enloquecieron con la historia y filtraron la conversación de forma textual; de hecho, el audio fue reproducido por una emisora radial que aumentó su sintonía mientras toda Inglaterra se ponía al tanto de la historia.
“No puedo soportar un domingo por la noche sin ti (…) No puedo comenzar la semana sin ti”, le decía Camilla y el ahora rey le respondía: “¿Y qué pasa conmigo? El problema es que te necesito toda la semana, todo el tiempo. ¡Dios mío! ¡Si pudiera vivir metido en tus pantalones sería mucho más fácil!”.
Y la conversación subía aún más de tono: “¿En qué te vas a convertir? ¿En unas bragas? Vaya, ¿así que te vas a convertir en unas bragas?”, respondió Camilla entre risas, a lo que Carlos agregó: “Dios no lo quiera; en un tampón. ¡Eso estaría bueno!”.
Se dijeron varias cosas más sobre su encuentro, sobre estar juntos en la intimidad y se despidieron con un “te amo”.
La historia no solo dejó impactados a quienes la escucharon, sino también a Lady Di; algunos decían que ella había filtrado el audio a la prensa, pero ella siempre lo negó.
De hecho, en una entrevista dada por Kem Wharfe, exguardaespaldas de la princesa y publicada en el libro Guarding Diana: Protecting the Princess Around the World afirmó que para ella fue una sorpresa.
“Ella me dijo que había quedado realmente conmocionada por algunos de los comentarios, en particular la referencia del tampón del príncipe. ‘Simplemente, está enfermo’, dijo repetidas veces”, dijo el hombre.
El amor de Camilla y Carlos probó ser verdadero y a pesar de las críticas y comentarios que se hicieron, llevan más de dos décadas juntos y ahora son la cabeza de la monarquía inglesa.
Hoy nadie duda de la popularidad de Camila. Es, junto con la princesa Ana, uno de los más activos miembros de la realeza. Y no solo eso. Pese a que se oponían a que se le llamará reina, los hijos de Diana, William y Harry, han aprendido a quererla. Todo eso contrasta con lo que hoy se ha podido conocer de Diana, una mujer inestable, rebelde, con problemas emocionales, que siempre supo que no llegaría a ser reina. Camila no es la única que ha llegado a esta familia en medio de la controversia.
El príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, fue criticado por sus orígenes alemanes y Wallis Simpson, por quien el rey Eduardo abdicó al trono por ser norteamericana y divorciada. A ellos, sin embargo, la familia real les concedió el título de duques de Windsor, pero los despojó de que fueran llamados “su alteza”, una humillación que nunca superaron.
Todo parece indicar que cuando Camila sea reina consorte en pocos días la llamarán “su alteza real”, a pesar del escepticismo que la rodeó por haber sido la amante de Carlos. Esta mujer tranquila, mesurada y alegre, cuya personalidad contrasta con la inestable y conflictiva Diana, es quien le ha brindado estabilidad y felicidad al futuro rey. Es una historia de amor que, a pesar de sus tropiezos e imperfecciones, tuvo un final feliz.