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Rodolfo Sancho: el papá al que se le destruyó la vida y hoy no puede ni ir a ver a su hijo. “La criatura no tiene culpa, así que a trabajar y a cuidarlo”
La paternidad le llegó al afamado protagonista apenas a los 19 años. “La vida me cambió. Yo era muy golfo. Era un desastre y la paternidad me vino estupendamente”.
“Querido Rodolfo, en la vida hay que asumir las responsabilidades. La criatura no tiene culpa de nada, así que a trabajar y a cuidar al niño”. Esto es lo que le habría dicho su padre, el gran Sancho Gracia, al saber que un nieto venía en camino. La frase la recordó El Mundo para contar los orígenes de ese amor entrañable que Rodolfo Sancho sentía por su hijo Daniel.
Era un amor infinito. A pesar de haberlo tenido joven, el actor volcó su ida para cuidarlo. “La vida me cambió. Yo era muy golfo. Era un desastre y la paternidad me vino estupendamente”, recuerda el diario que dijo en una entrevista cuando aún no había comenzado el calvario.
“A los 20, yo ya era padre y me cambió. Porque cuando lo más importante de tu vida dejas de ser tú, el egoísmo desaparece por completo y cambias. Te haces responsable de golpe. Eres otro... Los hijos enamoran. Te enamoras de ellos y luego te manipulan toda la vida”, agregó al medio LOC.
En otra entrevista, contó detalles de esa relación. “Yo he saboreado mucho a mi hijo más de lo que se pueda pensar. La madurez da una cosa y la juventud otra. Yo he sido padre joven y siempre lo aconsejo. Ya no solo por la fuerza, sino porque estás más cercano en el tiempo”, dijo.
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Hoy, el actor está roto en mil pedazos, como han dejado saber sus personas más allegadas. La portavoz de la familia, Carmen Balfagón, explicó la triste razón por la cual el actor no ha ido a Tailandia. “Tiene que rearmarse psicológicamente”, dijo.
Daniel había crecido en medio del amor y el privilegio. Por eso, en su familia nadie se explica qué pasó. Hace poco, cuando se estrenó una película de terror en la que el interpreta a un personaje que se llama también Daniel, como su hijo, Sancho soltó una frase que los medios españoles ven como una premonición. “Lo importante cuando estás viendo una película de terror es que creas que eso te podría pasar a ti, que el espectador pueda sentirse identificado con los personajes... Lo que más miedo me da de este género es la pérdida del control de la mente de uno mismo”.
Rodolfo Sancho, de 48 años, es muy conocido por ser uno de los protagonistas de la serie de televisión El ministerio del tiempo, en la que un departamento secreto del gobierno español viaja en el tiempo para tratar de corregir la historia, y de Silvia Bronchalo, también actriz.
El abuelo de Daniel y padre de Rodolfo era el actor español Sancho Gracia, fallecido en 2012, y muy conocido también por una serie de televisión, Curro Jiménez, en la que interpretaba a este bandolero andaluz del siglo XIX, especialista en amargarle la vida a los demás.
La historia de venganza, sexo, dinero y muerte de Daniel Sancho
Un turbulento desamor está detrás de la maquiavélica trama del cruel asesinato del médico Edwin Arrieta en Tailandia. Poco a poco, los detalles que se han revelado han ido llenando los vacíos de una historia truculenta llena de venganza, dinero y sexo que llevó a Daniel Sancho, un joven español que parecía tenerlo todo en la vida, a cometer el pasado dos de agosto el más abominable de los crímenes. Arrieta, un exitoso y querido cirujano plástico oriundo de Lorica (Córdoba), había llenado por meses las ambiciones y deseos del chef español.
Juntos habían viajado por paradisiacos lugares, llenos de rumba y euforia, como la idílica isla de Ibiza, en medio de ciertos lujos. Esta semana se conoció, además, que el médico depositaba 25.000 euros mensuales en una cuenta que él podía usar a sus anchas desde España.
También se sabe que el colombiano le había ofrecido al joven de 29 años ayudarlo a montar su propio restaurante y ya le había dado 10.000 euros para eso. Los caminos de ambos se habían encontrado en Instagram, el año pasado, pero venían de orillas muy distintas.
Los dos habían llegado a la isla de Koh Pha Ngan, en Tailandia, a disfrutar de las famosas fiestas de Luna Llena. Pero lo que iba a ser un tiempo de alegría habría terminado en una enorme pelea. Muy pronto, en el viaje, Sancho le habría dejado saber al médico que sus planes a futuro no lo incluían. “Iba a casarse con otra persona en Indonesia”, narró Sucheep Chadakarn, director de Policía de la isla, que ha liderado la investigación y presentado sus resultados. El mismo Daniel, al confesar el crimen, se había despachado contra el médico. “Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula.
Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, le dijo a la agencia EFE en una conversación tras el crimen. Las palabras del chef muestran que tuvieron una relación tormentosa. “Él estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio…
Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, aseguró. La prensa tailandesa afirmó que Sancho habría dicho que se sentía extorsionado por Arrieta, quien, supuestamente, lo amenazó con revelar fotos íntimas si lo dejaba. Se ha dicho que los dos hombres no habrían sido nunca pareja, sino que practicaban yachting, que, en palabras simples, significa sexo por dinero entre hombres heterosexuales y hombres gay.
Esos habrían sido los encuentros que quedaron registrados, y Sancho le habría explicado a su mamá, la también actriz Silvia Bronchalo, que había decidido asesinar a Arrieta para evitar la tormenta que viviría la familia si esas imágenes se hacían públicas. Tras una semana de análisis forenses, la Policía también entregó los detalles del crimen en una rueda de prensa hace unos pocos días.
“Hubo un solo perpetrador y se han encontrado dos cuchillos y una sierra”, aseguró la Policía en su rueda de prensa. Se llegó a esta conclusión, pues el registro de ADN que se le hizo a Arrieta solo muestra trazos de Sancho. Lo que sucedió dentro de la habitación es escalofriante. Sancho habría golpeado al médico contra el fregadero y luego le propinó una puñalada. Una vez muerto, habría tardado en desmembrar el cuerpo tres horas. Lo partió en 14 pedazos.
“Daniel tiró todas las cosas de Edwin, menos el dinero”, agregó uno de los oficiales que contó que encontraron 80.000 dólares y una cadena de oro. La Policía asegura que esa noche del crimen, el chef se quedó limpiando la habitación. Y al otro día, simplemente salió como si nada y denunció la supuesta desaparición de su amigo.
Todo indica que Sancho tenía planeado ejecutar este crimen. “La investigación demostró que Daniel Sancho se había preparado a conciencia. Compró artículos para hacer que el cuerpo desapareciera”, dijo el teniente general de policía Surapong Thanomjit. En todo este entramado ha llamado sobre todo la atención la desfachatez de Sancho.
El español nunca mostró preocupación por lo que había hecho y se paseó orondo por la isla. Un ciudadano bielorruso que se hospedaba en la villa contigua contó lo que vio en esos días, al famoso Programa de verano. Jamás habría pensado que su vecino de hotel era un criminal. “Estaba saltando en la piscina, hablando con alguien... Estaba como contento”. Asegura que ese día, en que ya había sucedido el crimen, Sancho se veía feliz hablando con otras dos turistas que aparentemente acababa de conocer y que invitó a comer al restaurante.
La Policía, ante la narración de los hechos, le hizo pruebas de alcoholemia y drogas, pero ambas salieron negativas. El chef tampoco ha parecido inmutarse con las consecuencias del crimen. En la cárcel se ha dicho que está tranquilo, come bien y duerme bien. Su familia, por el contrario, se ha roto en mil pedazos. Su mamá fue la primera en visitarlo en su celda. La mujer llegó en taxi acompaña de funcionarios de la Embajada de España.
“Nadie está preparado para recibir una noticia así. No nos prepara nadie para esto… Daniel está bastante mejor, está tranquilo, lo están tratando muy bien, y bueno, solo esperar que se resuelva todo con mucha tranquilidad”. La portavoz de la familia, Carmen Balfagón, explicó la triste razón por la cual el actor no ha ido a Tailandia.
“Tiene que rearmarse psicológicamente”, dijo. La mujer, sin embargo, tiene una esperanza. “Sabemos que Tailandia nunca ha ejecutado la pena de muerte a una persona que no sea tailandesa, a un extranjero. Vamos a intentar que Daniel no sea la excepción a la regla, vamos a confiar y a ver qué pasa”, dijo.
La habitación del horror
Un periodista de Telecinco entró al lugar del crimen, una villa que cuesta 200 dólares la noche. El hotel dejó ingresar a los reporteros, que mostraron con detalle el sitio: un cuarto, un baño, una pequeña sala y un jacuzzi al frente. Todo está tal cual lo dejó Sancho, incluso con unos pocos platos en el fregadero. El español jamás quitó el letrero de no molestar de la puerta, para que no entraran a hacer aseo. La persona que atendía el hotel ese día contó que recibió al español y nunca notó nada raro en él. Pero, eso sí, aseguró que duda que el lugar vuelva a alquilarse por lo que pasó allí.
Aterradora e inhumana
Los relatos sobre la cárcel de Koh Samui hielan la sangre. Según el medio ‘Koh Phagan Tales’, se trata de un lugar de reclusión con una rutina estricta y castigos severos. A las 6:00 a. m. suena el himno nacional de Tailandia, a las 8:00 a. m. sirven el desayuno que, según los encarcelados, es un arroz desagradable y caldo maloliente. A las 11:45, el almuerzo suele ser arroz y huesos de pollo y a las 4:00 p. m. regresan a las celdas.
Los presos no cuentan con una tercera comida. Por ahora, Sancho permanece en la enfermería, por miedo a que pueda hacerse daño. Se sabe que el español podrá ser trasladado en los próximos meses. Se habla de dos destinos: la cárcel provincial de Surat Thani o la temible Bang Kwang.
La cena que no existió
Tras la captura de Daniel Sancho, un hecho generó una enorme polémica. El joven llamó a una periodista del famoso Programa de verano y le aseguró que había sido tratado como un rey por la Policía de ese país, que incluso lo llevó a comer al mejor restaurante del lugar. El matinal de Telecinco envió a sus reporteros al supuesto hotel en donde habían departido y encontró que la información no era cierta.
“Daniel Sancho no estuvo cenando en ese restaurante con 20 policías. Eso es falso. Nos lo dijeron todos los camareros y las recepcionistas”. El chef había ido a desayunar unos días antes y pasó el día en las playas del hotel. En ese momento, se cree que ya había asesinado al médico colombiano y la Policía ya había encontrado sus restos.
“El asesinato fue un escape”
Nadie se explica cómo un joven que tenía todo en la vida termina cometiendo un crimen tan abominable. El diario ABC habló con el escritor del libro True crime: la fascinación del mal, Vicente Garrido. A él le llama la atención del caso que el autor confeso no tuviera historial criminal ni vínculos previos con actividades antisociales o desordenadas.
Asimismo, concluye que el foco radica en la relación entre Daniel Sancho y Edwin Arrieta, según el experto. Se desprende de la información actual que Sancho se sentía coaccionado por la víctima, considerando la relación como injusta y perjudicial. “En ciertas situaciones, algunas personas creen que un acto así resuelve por completo un problema, lo que resulta tentador. Si tienen la motivación y la oportunidad, lo llevan a cabo”.
La piedad del rey
El rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, uno de los reyes más ricos y extravagantes del mundo, se considera un “semidiós con trazas de animales mitológicos”.
Todos los 28 de julio, en conmemoración de su cumpleaños, el peculiar monarca cambia la pena de muerte por cadena perpetua para numerosos reclusos sentenciados a la inyección letal. De hecho, hace tres años, sucedió con otro español, Artur Segarra, acusado de matar y desmembrar a un compatriota. .