ROMANCE GUERRILLERO
DETRAS DE LA TOMA DE LA RESIDENCIA DEL EMBAJADOR JAPONES EN LIMA HAY UNA HISTORIA DE AMOR Y MUCHAS MUEJRES.
Corría 1988 y Nancy Gilvonio Conde llevaba varios años trabajando y estudiando en Lima cuando supo que sus dos hermanos mayores, guerrilleros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (Mrta), habían sido capturados en San Martín, en el noreste del Perú. Inmediatamente regresó a su nativa Tarapoto para cuidar delresto de su familia, pero poco tiempo después fue incapaz de resistir la atracción de sumarse al grupo subversivo, impulsada por el amor de otro guerrillero que había conocido en su casa: Néstor Cerpa Cartolini (comandante Evaristo), el segundo al mando del Mrta. Pasó el tiempo, Nancy se convirtió en una avezada guerrillera y su unión con Cerpa produjo dos hijos, que entregó a familiares para su crianza.El grupo siguió su campaña contra el Estado peruano pero las cosas comenzaron a ir mal. El Mrta tenía dos enemigos enormes: la línea dura del nuevo presidente Alberto Fujimori y la guerra contra Sendero Luminoso, motivada tanto por razones ideológicas como por el control del área del Alto Huallaga, centro vital del narcotráfico peruano.
El líder máximo, Víctor Polay Campos, fue capturado en 1992 por segunda vez, y con él unos 400 correligionarios terminaron en las duras cárceles peruanas. Para el año siguiente, entre los miembros restantes del grupo era claro que sólo quedaba intentar algo dramático para buscar la liberación de los prisioneros y con ello lograr la resurrección del grupo. Pero, a finales de 1993, lo que iba mal empeoró y las autoridades desbarataron un plan para tomarse el Congreso e intentar negociar la liberación de los guerrilleros a cambio de los parlamentarios. Allí cayeron la norteamericana Lori Berenson (ver recuadro) y la propia Nancy Gilvonio Conde.
La historia de amor de Cerpa Cartolini y su mujer presa captó la atención de la revista Newsweek, que le dedicó la carátula de su última edición. Según el artículo, la toma de la residencia del embajador japonés en Lima habría sido motivada tanto por la lucha armada como por el interés del líder guerrillero de liberar a su mujer. La publicación cita a un analista peruano que sostiene que "Cerpa ya no está motivado por ideología alguna, es simplemente una historia de amor" y cuenta que los hijos de la pareja viven en París al cuidado de la madre de él.
Opiniones encontradas
No es extraño que una historia como esa haya fascinado de inmediato a la opinión pública internacional, que ve en ella la materialización del mito del amor y la violencia. Y por eso no es raro que la revista caracteriza a la pareja como unos Bonnie and Clyde latinos. Sin embargo periodistas peruanos consultados por SEMANA dijeron que, aunque la historia es real, no es tan claro que el amor tenga tanto que ver en el asunto. El analista Mirko Lauer dijo al respecto que "se trata de una de esas teorías que son indemostrables e irrefutables por la sencilla razón de que si bien la señora Gilvonio es la mujer de Cerpa Cartolini, con quien tiene varios hijos, también lo es que ella es una importante dirigente guerrillera. Así que a nadie debería sorprender que ella esté en la lista de los presos que el Mrta quiere canjear por sus rehenes". Lauer cree, sobre todo, que es difícil pensar que una organización como el Mrta estaría dispuesta a planear una toma de semejante envergadura por una motivación tan personal como el amor de una mujer.
Sin embargo Lauer recuerda que hay un detalle que, para algunos, indica hasta qué punto los actos de Cerpa podrían tener un componente sentimental: cuando liberó a las mujeres rehenes, poco después de la toma, hizo un conmovido y apasionado discurso contra las condiciones en que viven las mujeres presas por subversivas en las cárceles peruanas. "Pero no mencionó para nada a Nancy, y por eso el discurso no alcanza para comprobar que la motivación sentimental existe y es tan importante", concluye Lauer.
Por otra parte, como señala Juan de la Fuente, periodista del diario limeño La República, la operación de la residencia japonesa parece ser sólo un reemplazo de la del Congreso, la misma en la que cayó Nancy Gilvonio. "Es evidente que Cerpa quiere mucho a su mujer, pues al fin y al cabo tienen hijos, y que su familia tiene mucha importancia, pues ellos están al cuidado de su madre en París. Pero también lo es que él piensa que la rearticulación del Mrta, hoy severamente diezmado, pasa por la liberación de nada menos que 400 guerrilleros". Y los antecedentes le apoyan. Cerpa querría repetir la hazaña de mediados de 1990 cuando toda la cúpula del Mrta, incluido Víctor Polay Campos, estaba presa en el penal de Canto Grande, cerca de Lima, y logró fugarse gracias a un túnel construido con tanta precisión que salió directamente debajo de una celda convenida de antemano. Esa acción fue diseñada y llevada a cabo por el propio Cerpa.Guerrilla femeninaLo que sí parece fuera de discusión es que la importancia de la mujer en el Mrta se sale de lo común. Una de las líderes del movimiento en la clandestinidad reveló al periódico británico The Independent on Sunday que "El MRTA siempre ha tratado de desarrollar el papel de la mujer, de darle un lugar en la lucha, y a diferencia de Sendero (Luminoso), aquí se les estimula que sean feministas, que decidan qué hacer con ellas y su cuerpo". Y en cuanto a su papel en la organización dijo que "el movimiento depende de sus mujeres. No sólo las tiene con excelentes calidades intelectuales en el liderazgo, sino para el combate. En este aspecto prefiere muchachas del campo. Son personas que crecieron en la extrema pobreza, y por eso no tienen nada que perder. Son entusiastas y decididas, entrenan más duro, no tienen nada que perder y son puras de corazón. Aprenden a vivir rápido y hacen cosas que pocos harían".Y para la muestra, por lo menos tres mujeres jóvenes hacen parte del comando que tiene tomada la residencia del embajador japonés en Lima. Los rehenes que han sido dejados en libertad cuentan que tienen a lo sumo 17 años y fueron las que más dispararon a la hora de la toma para demostrar que lo suyo iba en serio. Usando máscaras antigás para contrarrestar los ataques de la Policía, fueron ellas quienes lanzaron a los invitados al piso, amenazándolos con sus fusiles coreanos AKM y con sus cuchillos de montaña. En sus chaquetas de campaña llevaban, según dijeron después, más de 40 kilos de dinamita.
El profesor universitario Carlos Aquino Rodríguez, uno de los rehenes liberados, cuenta que las jóvenes guerrilleras hablan muy poco y se dirigen entre sí por los números que llevan en sus pañoletas. "Ellas permanecen sentadas en los sillones, con sus armas en el regazo, en la puerta del salón del segundo piso que yo compartía con otros 27 rehenes". Y su juventud se evidenciaba cuando dejaban ver su afición por las telenovelas. "Su favorita era 'María la del Barrio', una historia de pobres a ricos de una niña mexicana linda pero miserable. Conocían a todos los personajes, los buenos y los malos. Aparentemente habían pasado tres meses en una casa mientras se preparaban para el golpe de la embajada, y mientras tanto se habían acostumbrado a seguir la historia. Pero lo que más les gustaba era un comercial de los helados Donofrio. Cuando aparecía, no podían evitar cantar y llevar el ritmo con la música. Es evidente que luego de luchar con las tropas del gobierno en la selva, esta operación debía parecerles unas vacaciones". Otro rehén liberado contó que "los hombres estaban mucho más nerviosos que las niñas. Ellas mantenían una calma pasmosa y eran extremadamente disciplinadas y dormían por turnos en las escaleras en una posición muy incómoda. Una vez me contaron que estaban preparadas para resistir tres meses".
El analista Lauer está de acuerdo en que el asunto de la residencia del embajador japonés en Lima tiene todavía mucha tela de dónde cortar. Cuánto dure la toma guerrillera es una incógnita, pero lo que parece seguro es que las mujeres del Mrta siguen asumiendo un papel preponderante. No importa que una de las máximas líderes femeninas del grupo guerrillero, Lucero Cumpa, esté en prisión, y Cecilia Oviedo, alias 'La tía', la principal ideóloga, esté exiliada en México. Por lo menos una de ellas, Nancy Gilvonio, debe estar pensando, en una celda de la gélida prisión antiterrorista de Yanamayo, en su amor sangriento, en ese marido guerrillero por cuyo amor se lanzó a la violencia.
Una gringa en los Andes
La presencia de mujeres en el Mrta ya no sorprende. Por eso nadie se extrañó en la rueda de presos de noviembre de 1995 cuando apareció una mujer menuda y blanca. La sorpresa vino cuando gritó con acento en defensa de sus acciones. Porque la guerrillera provenía de Nueva York. Su nombre: Lori Berenson.
Lori, de 27 años, está entre quienes el Mrta quiere liberar con la toma. Es hija de Mark Berenson, profesor de Estadística en el Baruch College de Nueva York, y su esposa Rhoda, profesora del Nassau Community College, de Long Island. Lori ingresó al Massachussetts Institute of Technology (MIT) pero, según un compañero, "nunca se sintió a gusto". En cambio se interesó por la antropología y viajó a El Salvador.Ese viaje le cambió la vida. La sensibilidad que había demostrado desde niña hizo que la pobreza que vio la impresionara. Dejó el MIT, se casó con un salvadoreño y se estableció en Nicaragua como traductora y activista de derechos humanos.Pero luego de su divorcio pasó al Perú, donde la esperaba su destino. Según las autoridades, viajó a Ecuador para conocer a Cerpa Cartolini y se enroló en el Mrta. Capturada tras el intento de apoderarse del Congreso, está en la durísima prisión de Yanamayo, condenada a cadena perpetua por 'traición a la patria'. Aunque sus padres han organizado una campaña e incluso tienen una página en la Internet, ella se opone y se niega a recibir tratamiento especial. Entre otras cosas, la toma de la residencia de Lima hizo perder las esperanzas de una salida negociada para su situación en el Perú.