MUNDO
Ruptura del cono del volcán de La Palma incrementa la salida de lava y amenaza a poblaciones
El presidente de Canarias alertó que la lava podría afectar a un mayor número de viviendas y de zonas agrícolas.
La alerta continúa en la isla española de La Palma por la erupción del volcán Cumbre Vieja. En las últimas horas se registró la ruptura del cono del volcán, lo que incrementó la salida de lava, según reportaron medios locales.
El presidente del Gobierno de la región de Canarias, Ángel Víctor Torres, admitió este lunes que no se sabe en qué momento se encuentra actualmente el volcán. De todos modos, Torres señaló que no parece que esté cerca del final de la erupción. En este sentido, manifestó que la ruptura del cono en la noche del domingo provocó la salida de “mucha lava” líquida al exterior y que se desliza sobre la anterior.
El gobernante local aseguró que hay que seguir su trayectoria porque “puede haber regresiones” y afectar, si se ensancha esa lava, a un mayor número de viviendas y de zonas agrícolas, por ello ha indicado que “lo ideal” es que la lava llegue al mar de “manera pacífica” y acabar con esta “devastación” en La Palma.
El presidente canario afirmó que “la pena es tremenda”, y lo que queda es “la resistencia”. Así mismo, reconoció la nobleza, solidaridad y valentía del pueblo de La Palma, para el que espera que las ayudas anunciadas lleguen “cuanto antes”.
Los habitantes se resisten a abandonar la isla
No hay regulación que vaya a impedir a los damnificados de la erupción del Cumbre Vieja seguir viviendo cerca del volcán de la isla española de La Palma, que ya piensa en la reconstrucción.
La Palma no tiene un volcán fijo tipo el del Etna italiano o el Monte Fuji japonés, por lo que establecer un radio de exclusión en torno a un cono “no serviría de mucho, los volcanes no repiten en el mismo cono, salen desde donde quieren”, dijo este lunes a la AFP Manuel Perera, arquitecto y concejal de Urbanismo del ayuntamiento de Los Llanos de Aridane.
La capital del Valle de Aridane, en el suroeste de la isla, es la zona más afectada por la erupción del Cumbre Vieja, que este lunes entró en su decimosexto día, dejando tras de sí unas 1000 construcciones destruidas -no todas ellas viviendas-, pero ninguna víctima.
La isla sufrió otras dos erupciones en los últimos 100 años, la del San Juan (1949) y la del Teneguía (1971), que causaron poquísimos daños, entre otras cosas porque la densidad de población no era la misma.
“La única regulación” relativa a la construcción que tenga que ver con los volcanes, dijo Perera, es que la colada de lava se considera “un espacio natural”.
Lo que las autoridades tienen claro, y la AFP constató en todas sus entrevistas, es que los damnificados no quieren moverse.
“Hay unidades poblacionales completas que han desaparecido, y muchos vecinos, por arraigo, quieren quedarse en el entorno”, dijo al Diario de Avisos canario de este lunes el presidente del gobierno regional, Ángel Víctor Torres.
“Se está preparando un decreto ley para para poder calificar urbanizables esos suelos y reconstruir de manera ordenada los espacios que han sido devastados”, añadió.
Las islas Canarias, el archipiélago español en el Atlántico, frente a las costas de África, han vivido grandes transformaciones tras una erupción volcánica, como la que ahora vivirá La Palma, próxima protagonista del ciclo destrucción-construcción asociado a estas catástrofes.
“Es lo que ocurre con las Canarias y no terminan de entender muchos continentales. No son islas con peligro volcánico, sino islas volcánicas”, escribió el periodista Alfonso González Jerez en el diario canario El Día del domingo.
“No se sobrevive a pesar de los volcanes: son los volcanes los que han creado Canarias”, sentenció el cronista.
No es científicamente posible predecir cuando concluirá la erupción -algunos expertos hablaban de varias semanas, basándose en experiencias previas. Además, la lava podría tardar de 6 a 9 meses en enfriarse, dijo este lunes el consejero de Infraestructuras del gobierno de Canarias, Borja Perdomo, citando a expertos.
El concejal Perera explicó que hay gente que le pide que se pueda reconstruir en la misma colada del Cumbre Vieja.
“Sería como irnos a Marte”, estimó Perera. “Es el peor sitio de toda la isla para poder construir, porque pasarán meses o años hasta que ese terreno pierda la temperatura”.
Además, la colada, que cubre ya unas 400 hectáreas, “es un sitio irregular con pendientes importantes, con desniveles, con terreno difícil de trabajar”.
*Con información de Europa Press y AFP.