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Rusia entra en fase de recesión persistente, según economista jefe del FMI
Europa no se librará del ‘shock’ energético provocado por la invasión de Ucrania.
Rusia es el único país del G20 en recesión este año y seguirá por el mismo camino en 2023 e incluso después, dijo el martes el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en una entrevista con la AFP.
Pero Europa no se librará del ‘shock’ energético provocado por la invasión de Ucrania, que golpea duramente a las principales economías del continente, sobre todo a Alemania e Italia, altamente dependientes del gas.
Acerca de si Rusia continuará la tendencia a medio plazo, siendo el único país del G20 en recesión este año, el experto resaltó que prevén una recesión para 2022, “ciertamente menos pronunciada que la prevista inicialmente, pero que continuará en 2023. Y si miramos más allá, creemos que la tendencia continuará a la baja, no hay una recuperación a la vista para la economía rusa”.
“Sin embargo, ha resistido relativamente mejor este año, por dos razones. En primer lugar, los precios de la energía, que han tenido un efecto impulsor de la economía, y este es un factor muy importante. Entonces, esta economía resiste gracias a una combinación del apoyo presupuestario brindado y el hecho de que el sector bancario se mantiene a flote, lo cual permite estabilizar la demanda interna. Pero el shock aún persiste”, agregó.
Sobre si Alemania e Italia deben limitar el impacto sobre la recesión que se avecina en 2023, Gourinchas explicó que: “Ambos países se enfrentan a vientos contrarios fuertes. La energía desempeña un papel importante en la revisión de nuestras previsiones en la medida en que estos dos países son muy dependientes del gas, que se ha encarecido mucho”.
La consecuencia es que hay mucho miedo, en hogares y empresas, sobre todo en sectores muy dependientes de la energía. En este sentido, una respuesta presupuestaria puede adaptarse para ayudar a los hogares más vulnerables y a los sectores críticos.
“Pero debemos asegurarnos de que no refuerce esta crisis estimulando la demanda, por ejemplo, con un precio tope que limitaría el costo para los consumidores”, dijo.
Esto específicamente porque el Banco Central Europeo está tratando de reducir la inflación, lo que pasa por una caída de la demanda, por lo que el apoyo presupuestario no debería ir en la dirección opuesta. Pero es un ejercicio difícil para los gobiernos.
Mientras que sobre Francia, advirtió que allí: “Hubo un crecimiento más alto que el de algunos países europeos en 2022, pero prevemos una desaceleración en 2023, a un crecimiento del 0,7 %. Tiene las mismas causas que en otras partes de Europa, el país se ve afectado por los precios de la energía (...) También está ligado a la ralentización del crecimiento de sus socios, ya que Alemania e Italia son socios comerciales muy importantes. Por último, el endurecimiento de las condiciones financieras también tiene un efecto”.
“Partimos de una situación en la que el mercado laboral es bastante robusto, con un nivel de desempleo históricamente relativamente bajo (...), por lo que todavía no estamos en recesión. Pero es frágil, choques adicionales pueden hacer descarrilar la trayectoria”, contó.
“También hay que recordar que la crisis energética será persistente, no afecta solo a este invierno. La reorientación energética (...) llevará tiempo, no es seguro que estos problemas se resuelvan en un año”, puntualizó.