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Rusia, nueva potencia mediadora gracias a Trump

La decisión del presidente estadounidense de trasladar la embajada a Jerusalén solo ha fortalecido el deseo de Rusia de mostrar más poder y convertirse en mediador internacional.

18 de mayo de 2018
| Foto: AFP

El traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén solo ha confirmado su intención de facto de reconocer a Jerusalén como la capital de un estado judío. Paradójicamente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está empeorando la situación respaldando el terrorismo del Estado israelí dentro del territorio palestino y su opresión contra ese pueblo.

Washington ahora está involucrado de manera transparente en la política brutal de Israel en lugar de jugar a las escondidas. Con un tono típico de audacia e insolencia, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, instó a otras naciones a reubicar sus embajadas de Tel Aviv a Jerusalén. La decisión de Trump recibió reacciones de muchos países, que argumentaron que tal medida solo agravaría la situación en la región, particularmente la condición de los palestinos que viven bajo la ocupación israelí.

Rusia fue uno de los primeros países en expresar su desaprobación al traslado de la Embajada de Estados Unidos citando violaciones del derecho internacional.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que la decisión había paralizado el acuerdo palestino-israelí y agregó que contribuyó a que el proceso llegara a un punto muerto. El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Rybkov, calificó la situación como un hecho “trágico” y criticó duramente que “tomar tales decisiones era incorrecto”.

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El portavoz presidencial Dmitry Peskov advirtió que la medida estaba “causando profundas preocupaciones” y señaló que, desde el principio, Moscú había expresado su preocupación sobre las medidas de Estados Unidos que podrían aumentar las tensiones en Medio Oriente. El vicecanciller de Rusia, Bogdanov, también describió la reubicación de la embajada como “miope”.

Entonces ¿cuáles son las principales razones para esta grave preocupación por parte de Rusia con respecto a la decisión de Estados Unidos sobre Jerusalén y su interés por buscar una solución inmediata al conflicto entre Israel y Palestina?

Relación entre Rusia e Israel

Rusia tiene relaciones históricas con Oriente Medio, otorgando una importancia particular a numerosos monasterios y lugares de peregrinación que son muy importantes para los cristianos ortodoxos. Los judíos rusos han emigrado a Israel y se sabe que son uno de los grupos de diáspora judíos postsoviéticos más fuertes.

El Patriarca Cirilo señaló que las relaciones entre el Gobierno palestino y la Iglesia Ortodoxa Rusa eran vitales debido a la gran cantidad de peregrinos ortodoxos cristianos que visitan Palestina.

Aunque las relaciones entre Rusia e Israel tienen raíces profundas y son variadas, también se las considera desbalanceadas y complejas debido a los enlaces diplomáticos interestatales multifacéticos.

La comunidad ruso hablante ha sido muy dominante en las políticas israelíes y sin duda jugará un papel esencial en las relaciones entre Rusia e Israel. Después del colapso de la Unión Soviética, Rusia ha buscado fortalecer sus posiciones e influencia en el ámbito internacional, particularmente, en Oriente Medio. Para alcanzar esta meta, Rusia tenía que optar por un enfoque objetivo con respecto al conflicto israelí-palestino y convertirse en un aliado estratégico de Estados Unidos en la búsqueda de una solución al conflicto.

Dentro de este marco, en 2002, fue establecido el Cuarteto de Madrid, también llamado Cuarteto de Oriente Medio (conformado por la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos, y Naciones Unidas) con el de consolidar los esfuerzos para lograr una solución pacífica del conflicto árabe-israelí.

Se ha formado un diálogo político activo entre Rusia e Israel para realizar consultas políticas periódicas y se han intercambiado delegaciones en varios niveles. El enfoque estratégico de “equidistancia” se convirtió en la estrategia principal de Rusia en lo que respecta a sus relaciones con Israel.

En los últimos años, la situación en Siria se ha convertido en uno de los temas más críticos de la agenda política de los diálogos entre Rusia e Israel. Los dos países tienen diferentes posturas en este conflicto.

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Moscú es uno de los iniciadores del acuerdo político y un negociador entre el régimen sirio y las fuerzas de la oposición. Al ser un aliado cercano de Bashar al-Asad por un lado y de Israel, por otro, Rusia busca asegurarse de que todo cerca de su frontera sur sea tranquilo y seguro.

Rusia apoyó al Ejército sirio en su lucha contra Daesh. Incluso después de la derrota de Daesh, Vladimir Putin ha seguido ayudando a las fuerzas del Gobierno sirio en la batalla contra otros grupos militares. Israel no apoya a ninguna de las partes en el conflicto y no participa en las conversaciones de paz sobre Siria.

Al mismo tiempo, la Fuerza Aérea israelí invade regularmente territorio sirio contra militantes armados del grupo chiita libanés Hezbolá, que también está involucrado en operaciones militares con Al-Asad y está fuertemente respaldado por Irán.

Hasta ahora, Rusia e Israel han tratado de evitar que aumente la tensión en las relaciones bilaterales en el contexto de la guerra en Siria. Moscú se ha enfrentado constantemente al mismo dilema sobre cómo promover una asociación estratégica, intereses comerciales y una inter-estabilidad política sin dañar los intereses de seguridad de la otra parte.

Rusia quiere tener una voz en la región

Rusia ha actuado de manera inclusiva y asertiva en la fase extranjera, en parte, porque la audiencia local de Putin respalda este tipo de enfoque. El Occidente y Rusia están experimentando su crisis diplomática más intensa desde la Guerra Fría: una expulsión masiva de diplomáticos y la imposición de sanciones en su contra sólo ha logrado maximizar la política de aislamiento del país.

Sin embargo, Rusia también se ha visto en una situación difícil con la decisión de la administración de Trump de trasladar la embajada a Jerusalén.

Israel también es el único país en el “mundo occidental” con el que Rusia mantiene relaciones relativamente buenas. El 9 de mayo, el Día de Victoria (una de las fechas más importantes en el calendario ruso), Netanyahu fue elegido como el invitado VIP de Putin para el desfile militar anual en Moscú, convirtiéndolo en el primer líder occidental que ha aceptado la invitación.

Este fue un recordatorio simbólico y poderoso de cómo Israel y Rusia han construido lazos estratégicos y han desarrollado un entendimiento geopolítico mutuo.

Rusia también quiere asumir un papel más grande en la solución del conflicto palestino-israelí. El rol de liderazgo que tenía Estados Unidos en los diálogos de paz ya no es aceptable para Palestina, cosa que tendrá un impacto negativo para el Cuarteto de Oriente Medio. Esta es una oportunidad única para que el Kremlin se posicione como un nuevo mediador y negociador de poder en la región.

Este lunes, Lavrov destacó que Rusia había ofrecido una plataforma para el diálogo directo entre Israel y Palestina en múltiples ocasiones, oferta que aún estaba vigente. Nabil Shaath, asesor del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, dijo en una entrevista para el diario ruso Kommersant, que Palestina consideraría la opción de ver a Rusia como un mediador para unir sus posturas con otros países.

Putin quiere participar en esta tensión energética y desequilibrada desatada por la decisión de Trump de trasladar la embajada a Jerusalén, medida que solo ha fortalecido el deseo que tiene Rusia de mostrar más poder como un mediador reconocido que será aceptado por Irán, Corea del Norte y China.

Todo esto muestra una imagen clara de que Rusia usa cada vez más todos los métodos para ganar nuevamente el dominio sobre la región, particularmente en Estados Unidos.

El objetivo principal de Rusia es debilitar la influencia occidental en Oriente Medio y sus diversos conflictos. Ya sea a través de una propaganda sofisticada o una guerra diplomática, Rusia quiere sus propias reglas en el juego, con Putin luchando para debilitar la posición del principal pilar estratégico de Israel.

Vía Agencia Anadolu