Mundo
Sacerdote fue condenado por abuso sexual a monjas, les decía que “sanaría” sus heridas “de amor” para llegar a Dios
El juicio contra el religioso empezó en marzo de 2022, y en este participó la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM).
La justicia argentina condenó a 12 años de cárcel a Manuel Fernando Pascual, un sacerdote de 68 años, acusado de múltiples abusos sexuales contra religiosas entre 2012 y 2016. Uno de los fiscales había insistido en una pena de 15 años tras las rejas para quien también era el confesor y guía espiritual de las víctimas.
El Ministerio Público Fiscal informó que los fundamentos de la condena no se conocerán antes del 27 de marzo de 2023. Sin embargo, el veredicto responsabilizó a Pascual por los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal perpetrado de manera continuada”.
Según el organismo judicial, el cura agredió a dos religiosas de la Congregación de San José valiéndose de su posición de poder. En ese sentido, su posición en la iglesia, sumado a la intimidación y manipulación, fueron los factores que habría empleado para la comisión de los delitos.
Años de abusos sexuales
La Fiscalía alegó que esas conductas tuvieron lugar en varias ocasiones durante encuentros espirituales como conversatorios, charlas confesionales y hasta en el desarrollo de sacramentos. Uno de los casos se registró entre 2012 y 2016, mientras que el segundo entre 2014 y 2016.
El sacerdote Católico Manuel Fernando Pascual fue condenado a 12 años de cárcel por violar a 2 monjas durante 4 años, con abusos sexuales gravemente ultrajantes, con episodios de tocamientos y sexo oral. La imputación está agravada por el rol en la Congregación San José. pic.twitter.com/FH0WfdyYLW
— Ignacio González Prieto (@igonzalezprieto) December 27, 2022
Una de las excusas que supuestamente empleaba Pascual era que sus intenciones no buscaban nada más que “sanarlas” por sus heridas “de amor” y, que para ello, las víctimas debían acceder a ciertas peticiones sexuales, así como “dejarse querer” por él. Algunos ‘retiros espirituales’ se realizaron en “La Ermita”, un campo de su propiedad en Capitán Sarmiento.
Las monjas aseguraron en su denuncia que Pascual las “confesaba y las absolvía de sus pecados” durante los momentos en que accedían a desnudos. También lo señalaron de “rezar” en medio de los abusos sexuales, una práctica que se habría prolongado por varios años.
Uno de los fiscales aseguró que “como su confesor y guía espiritual, primero obtenía su plena confianza y entrega para luego con el tiempo manipularlas para ‘aceptar su amor como algo sagrado’, o forzar el contacto para no echarlas y avanzar en las maniobras y prácticas abusivas”, según recogió el Ministerio Público en su página oficial.
Decenas de testimonios
Como parte de la condena, se escucharon a decenas de otras religiosas, quienes aseguraron haber sufrido el abuso de aquella persona a la que entregaron su confianza. En las diferentes audiencias se encontraron patrones similares, algunos de los cuales datan de actos en los años ochenta. En su mayoría, las víctimas son religiosas (algunas que continúan en ejercicio y otras cuyo agobio las llevó a dejar los hábitos).
El fiscal Madrea pidió que el sacerdote Manuel Fernando Pascual sea condenado a 15 años de prisión por abusos sexuales sufridos por dos religiosas. Además, requirió que sea nuevamente detenido, ya que actualmente está en prisión domiciliaria. https://t.co/VBpstbw3nT pic.twitter.com/u6beE0ARya
— Funes Beto 🇦🇷 (@funesbeto) November 16, 2022
sin embargo, no fue suficiente porque sin avances en el tiempo las causas terminaron por archivarse. En ello contribuyó una solicitud hecha por la defensa del acusado.
Tanto aquellas víctimas como las de otros años pudieron presentar sus testimonios en el juicio actual. En este enfatizaron cómo, aparte de los abusos, fueron blanco de manipulación a su conciencia.
En el marco del juicio, la Fiscalía hizo hincapié en cómo los relatos “mostraban un abordaje idéntico, en más de un sentido, y a pesar de no conocerse entre sí ni coincidir en el tiempo durante más de 25 años”. Las víctimas describieron los hechos con coincidencia en varios puntos; por ejemplo, la justificación del sacerdote de que actuaba para “sanarlas”.