MUNDO
¿Se avecina una guerra comercial entre China y la UE?
Tras el anuncio de los aranceles punitivos de la UE sobre los autos eléctricos chinos, Pekín amenaza con tomar represalias. Berlín aboga por mercados abiertos.
El automóvil es un invento alemán. Cuando Carl Benz registró en 1886 su “vehículo con motor de gasolina” en la oficina de patentes, ya sabía que sería un negocio internacional, ya que el primer cliente de la Daimler-Motoren-Gesellschaft (predecesora de Mercedes Benz) fue Mulai al-Hassan I, sultán de Marruecos. El primer automóvil en China lo recibió la emperatriz viuda Cixi por su 67 cumpleaños, en 1901.
No se podía prever que, unos 120 años después, la industria automotriz china se convertiría en la competencia más dura de los alemanes, especialmente porque ambas partes mantuvieron una estrecha colaboración durante décadas. En China, Volkswagen fue la primera empresa extranjera que, desde 1983, produjo vehículos en un emprendimiento conjunto en Shanghái. Los Santana y Jetta dominaron las calles de las metrópolis chinas durante décadas. Incluso hoy, los fabricantes de autos alemanes de lujo logran enormes ingresos en el mercado chino, asegurando empleos en su país de origen.
Críticas desde Berlín
Sin embargo, tres días después de las elecciones europeas, la Comisión Europea anunció aranceles de hasta el 38,1 por ciento sobre los coches eléctricos provenientes de China, a pesar de la resistencia del Gobierno alemán y de los fabricantes europeos. La Comisión justificó la medida con distorsiones de la competencia , debido a las altas subvenciones estatales chinas. Previamente, Estados Unidos aumentó los aranceles sobre los vehículos eléctricos al 100 por ciento.
Hildegard Müller, presidenta de la Asociación alemana de la Industria Automotriz (VDA), critica: “Otro paso más lejos de la cooperación global.” Oliver Zipse, jefe de BMW, opina: “La Comisión Europea está perjudicando a las empresas e intereses europeos.” La Cámara de Industria y Comercio Alemana (DIHK) advierte que la medida podría conducir a mayores conflictos comerciales. Y el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, quien está a punto de viajar a China, apuesta por las negociaciones y advierte sobre una “carrera arancelaria.”
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Transformación verde “en peligro”
La respuesta desde Pekín no tardó en llegar. El mismo miércoles por la noche, el Ministerio de Comercio de Pekín reafirmó que implementará todas las medidas necesarias para proteger los intereses de los fabricantes de automóviles chinos. Según un portavoz, la decisión de la Comisión Europea carece de toda base legal y fáctica.
“Necesitamos a China para resolver los problemas globales”, dice, por su parte, Müller, de la VDA. “Esto es particularmente cierto para enfrentar con éxito la crisis climática. China juega un papel crucial para una transformación exitosa hacia la electromovilidad y la digitalización. Un conflicto comercial también pondría en peligro esta transformación.”
“Pekín no impondrá aranceles a los productos de la UE que aún necesita”, dice Jakob Gunter, experto del Instituto de China MERICS en Berlín. “Esto incluye maquinaria, bienes industriales de alta calidad, productos químicos, tecnología médica y otros bienes. Tampoco debería apuntar a los grandes fabricantes de automóviles europeos que invierten masivamente en China, crean empleos, pagan impuestos y contribuyen al crecimiento. En cambio, los productos agrícolas, alimentarios y de bebidas, que los consumidores chinos pueden prescindir o que los productores chinos pueden fabricar en cantidad suficiente, como la carne de cerdo, podrían estar en el punto de mira.”
Buenas razones para aranceles punitivos
Se considera seguro que Pekín ha subvencionado masivamente, según el experto económico de DW, Lars Halter. “Sin embargo, no se pueden dar cifras exactas sobre el monto de la subvención”.
“Es indiscutible que los fabricantes chinos disfrutan de ventajas competitivas injustas debido a masivas subvenciones estatales”, dijo también Marcel Fratzscher, jefe del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) en la televisión alemana ARD. Los economistas han observado durante años que China, mediante el fomento selectivo de ciertos sectores industriales, crea grandes excedentes de capacidad y, por lo tanto, los precios en el mercado mundial bajan. Esto distorsiona la competencia. En 2023, China se convirtió por primera vez en el campeón mundial de exportación de automóviles, superando a Japón y Alemania.
*De la DW