Reino Unido
“Se siente que la Navidad se canceló”: colombiana en Reino Unido tras conocerse nueva cepa de covid-19
La ciudadana ha vivido toda la pandemia en el primer país en aplicar la vacuna de Pfizer contra la covid-19 y que ahora enfrenta las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno para contener los contagios.
Daniela Cortés, una bogotana de 25 años, vive desde hace más de un año en Londres, capital de Gran Bretaña. En ese país estudió una maestría en periodismo internacional que terminó en septiembre en la modalidad semipresencial y, ahora, después de haber vivido toda la pandemia en ese país, vivir la emoción de estar en la primera nación occidental en aprobar la vacuna contra la covid-19, afronta, como miles de ciudadanos, el peligro de la nueva cepa del coronavirus que fue descubierta en los últimos días.
Durante las últimas semanas, en Reino Unido hubo cambios drásticos en la vida de los ciudadanos que esperaban volver a la normalidad o al menos vivir una Navidad en familia. “En las últimas tres semanas hemos cambiado tres veces el tipo de restricciones que hemos tenido. Veníamos de una promesa de que, si hacíamos cuarentena en noviembre, íbamos a poder celebrar las fiestas de la manera más normal posible, pero los contagios han aumentado, especialmente en Londres”, explicó Cortés, quien actualmente es coordinadora de prensa del sindicato de migrantes que trabajan en el sector de limpieza, CAIWU.
El sábado, la población recibió la notificación de parte de Boris Johnson, primer ministro, y de Matt Hancock, ministro de Salud, de que en pleno mes navideño, volverían las restricciones más estrictas de la llamada fase 4. “Parece que esta propagación está alimentada por una nueva variante del virus”, que se transmite “mucho más fácilmente”, declaró el primer ministro en una rueda de prensa. “Nada indica que sea más mortífero o que cause una forma más severa de la enfermedad” o que reduzca la eficacia de las vacunas, matizó.
“Básicamente se cancela la Navidad, porque no puedes reunirte con nadie que no viva en tu casa. Si antes estaba permitido que tres hogares se reunieran o máximo ocho personas, ahora no se puede hacer absolutamente nada”, señaló la colombiana, quien explicó que la situación es difícil porque es casi imposible ver a otras personas o viajar a otros países y ciudades. “La percepción general es que es muy caótico ese cambio de reglas y de indicaciones; hay un punto en que ya no sabemos cómo funciona”.
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De hecho, para Daniela la percepción general de las personas se resume en la palabra “decepción”, ya que en Londres viven personas de distintas latitudes y jóvenes que no están con sus seres queridos. En su caso, esperaba encontrarse, por lo menos, con otros extranjeros para pasar juntos las fiestas.
“Es decepcionante, teníamos las expectativas de que diciembre iba a ser normal, porque noviembre fue de encierro otra vez, pero claramente hay algo que está sucediendo con el virus y hay gente muy irresponsable. Hay gente que ni siquiera utiliza el tapabocas, hay un movimiento antimáscaras supremamente fuerte”, añadió.
Sobre la nueva cepa, dijo que la incertidumbre también se trata de la vacuna, porque la ciudadanía está angustiada frente a la idea de que esta no sirva para combatirla. Sin embargo, los expertos han dicho en que, por ahora, no debería afectar la efectividad del inmunizador. “Todos esos no saber, son decepcionantes”. A propósito, explicó que ha habido una gran desconfianza frente a la vacuna y que, si bien la vacunación masiva trajo esperanza, con la nueva cepa volvieron las dudas.
“¿Toca volver a hacer estudios? ¿Toca verificar con esta nueva cepa si la vacuna sirve? Es desmoralizante (...) La gente en general está muy descontenta con las medidas del Gobierno, que creo que está intentando hacer todo lo que no hizo en un principio”, opinó, añadiendo que la percepción general es que las medidas se toman a última hora.
Afortunadamente, dijo que no conoce a nadie que se haya contagiado con la nueva cepa, pero que su jefa que es médica –porque además es niñera de medio tiempo–, que hay casos de niños y jóvenes adultos, entre los 25 y 35 años, que han llegado a las unidades de cuidados intensivos.