Ucrania
Secuelas de la guerra: según Ucrania, producción de granos se contrajo en 40 % durante 2022
La situación también presenta una mejoría en los últimos meses gracias a la posibilidad de reiniciar las exportaciones, lo que da luces para una reactivación del sector.
La guerra en Ucrania completa 10 meses desde el inicio de la ocupación rusa a este país, en un hecho que ha centrado los ojos del mundo y que se consolidó como uno de los acontecimientos que marcó la vida de los habitantes del planeta durante todo el año 2022, debido a los impactos que esta situación tiene en todo el mundo.
Precisamente, uno de los factores determinantes para el mundo derivado de la guerra en Ucrania es la afectación a la seguridad alimentaria, teniendo en cuenta el alto porcentaje de países que importa o consume alimentos producidos en ese país, siendo aceites, granos, trigo y otros los más importantes, además de los insumos agroindustriales que exporta.
En ese sentido, este viernes las autoridades ucranianas revelaron que, como consecuencia de la guerra que se libra en su territorio, se vio reducida la producción de granos en cerca de un 40 %, en comparación con el año anterior.
Esta elevada cifra también toma una gran relevancia en tanto en el año 2021 Ucrania había alcanzado una producción histórica con cerca de 106 millones de toneladas de alimento cosechadas, las cuales, para 2022, se verían reducidas a una producción que apenas podría llegar a las 65 millones de toneladas, según lo expresado por expertos locales a medios internacionales.
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Sobre el particular, Sergiy Ivashchenko, directivo de Asociación Nacional de Agricultores de Ucrania, reafirmó que la principal causa para la ingente caída de la producción en su país es la guerra, la cual derivó no solo en la reducción de la mano de obra, sino también en la contracción de los territorios sembrados, así como la caída del rendimiento.
De acuerdo con medios internacionales, Ucrania era considerado el cuarto productor mundial de alimentos como el maíz y el tercer exportador mundial de trigo gracias a la fertilidad de sus tierras negras.
No obstante, la alteración del orden social por cuenta de la guerra y el efecto migratorio que ello tuvo sobre la población trabajadora y las capacidades por ende mermadas en el sector productivo representaron una caída en la industria alimenticia.
Dentro de los factores que contribuyeron a la caída de la producción, uno de los primeros fue el referido a la escasez de combustibles, según detallan los expertos, lo cual significó una reducción en las posibilidades de siembra, situación que después fue complementada por el bloqueo en los puertos, lo cual significó un ingente parón en las actividades de exportacion de cereales, haciendo que los ingresos y la posibilidad de reinvertir también se vieran detenidos.
Los expertos estiman que producto de las hostilidades también en los sectores rurales, y la reducción de la infraestructura disponible, la superficie de los campos sembrados se redujera en una cuarta parte, generando un déficit frente a los históricos.
En ese sentido, los expertos adujeron que mientras en años anteriores la superficie cultivada era de cerca de 25 millones de hectáreas, para 2022 esta se vio mermada a solo 19 millones, lo cual también derivó del problema o imposibilidad del uso de fertilizantes.
Si bien con la recuperación de algunos territorios y la retirada del Ejército de parte de los campos, la proporción de sembrados de cereales llega al 90 %, el impacto que tuvo el sector durante el año es irreparable, y solo se han logrado cosechar cerca de 46 millones de toneladas de cereales, cifra que no contempla la posibilidad de reducir aún más la brecha, pues resta por cultivar el 30 % del maíz sembrado.
Si bien el bloqueo a las exportaciones tuvo un fuerte impacto, estas se encuentran en proceso de reactivación gracias a algunos acuerdos alcanzados en el mes de agosto, con el respaldo de Turquía y Estados Unidos.
*Con información de la AFP.