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Según científicos, la humanidad no está preparada para afrontar desastres naturales, ¿por qué?
El llamado es a que los gobiernos refuercen las infraestructuras de los países antes que tener que reconstruirlas debido a algún acontecimiento natural.
Terremotos, inundaciones o huracanes. La preparación de los países es insuficiente para hacer frente al creciente número de desastres naturales, limitándose a reaccionar más que a prevenir, lamenta un informe publicado el martes que pide repensar la gestión de estos riesgos.
En 2015, la comunidad internacional adoptó el Marco de Sendai, una serie de objetivos para reducir el número de víctimas y daños para 2030, mediante la inversión en prevención y la preparación para desastres, como terremotos o catástrofes climáticas azuzadas por el calentamiento global. Pero “es muy improbable” que los objetivos se cumplan, estima el informe del International Science Council que cuenta con decenas de organizaciones científicas.
Desde 1990, se han registrado más de 10.700 desastres (sismos, erupciones volcánicas, sequías, inundaciones, temperaturas extremas, huracanes, incendios forestales, deslaves) que han afectado a más de 6.000 millones de personas en el mundo, según datos de la Oficina de la ONU para la Reducción de Desastres. Las inundaciones y los huracanes, agravados por el cambio climático, suponen el 42% del total de los desastres y más del 50% de la población afectada.
“La magnitud y el impacto de los desastres en las vidas, los medios de subsistencia y los ecosistemas van en aumento, lo que supone un revés para los avances en materia de desarrollo conseguidos con tanto esfuerzo en muchas partes del mundo”, alerta el informe.
Y a la luz de desastres como los sismos que golpearon recientemente a Turquía y Siria, Peter Gluckman, presidente del ISC, pide en un comunicado que las inversiones se centren sobre todo en la “planificación a largo plazo y la prevención, reforzando los códigos de construcción o estableciendo sistemas de alerta” temprana.
“Tenemos que reforzar las infraestructuras, las comunidades y los sistemas, en vez de reconstruirlos después”, dice por su parte Mami Mizutori, representante especial de la ONU para la reducción de desastres. Pero solo el 5,2% de la ayuda a países en desarrollo para hacer frente a los desastres entre 2011 y 2022 se destinó a reducir los riesgos. El resto fue a parar a las operaciones de socorro y la reconstrucción.
Más de la mitad de los países ni siquiera tiene un sistema “adecuado” para evaluar los riesgos. El ISC insta a que se generalicen los sistemas de alerta temprana, pues, asegura, prevenir un huracán con 24 horas de antelación podría reducir los daños en un 30%.
Según un informe publicado en enero por la Asamblea General de la ONU, que en mayo realizará un debate de alto nivel sobre este asunto, no se van a lograr los objetivos de Sendai. El número de personas afectadas cada año por los desastres aumenta, al igual que los daños directos, que llegaron a 330.000 millones de dólares anuales de media en el periodo 2015-2021.
Tragedia en Brasil
El número de fallecidos por las lluvias récord que azotaron el sureste de Brasil se elevó a 65, informaron el pasado domingo las autoridades tras el hallazgo de otro cadáver una semana después del temporal. “Hasta el momento se confirmaron 65 muertos”, de los cuales ya fueron identificados “21 hombres, 17 mujeres y 19 niños”, informó por la noche en un comunicado el gobierno del estado de São Paulo, que por la mañana había reportado 64 fallecidos.
Sao Sebastiao, un destino turístico de playa a unos 200 km de la ciudad de São Paulo, recibió más de 680 milímetros de lluvia en 24 horas el fin de semana pasado, más del doble de lo esperado para todo el mes y el mayor volumen acumulado en un día en la historia de Brasil, según las autoridades.
Tras el hallazgo de otro cuerpo sin vida la tarde del domingo, las autoridades concluyeron la búsqueda de desaparecidos en la región más afectada por el temporal, el barrio Vila do Sahy, según publicó el canal de noticias GloboNews citando fuentes de la Defensa Civil.
El gobierno de São Paulo, que durante la semana llegó a reportar una treintena de desaparecidos, no respondió las preguntas de la AFP sobre si proseguía la búsqueda en otros lugares. Más 2.400 personas seguían desplazadas de sus hogares, según el último balance oficial. El Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden) alertó a la población de Sao Sebastiao sobre la posibilidad de que ocurran “deslizamientos residuales” en las próximas horas debido a “chaparrones aislados” previstos en la región para el lunes.
Con información de AFP.