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“Seis horas de caos”: así vivió Donald Trump las protestas en el Capitolio
Un informe de “The Washington Post” reveló lo que sucedió tras las bambalinas del poder ese nefasto 6 de enero que marcó para siempre la democracia de los Estados Unidos.
El diario The Washington Post reveló en los últimos días los detalles, hasta ahora ocultos, de lo que sucedió en la Casa Blanca en medio de las violentas protestas del miércoles pasado. Hace unos días, un reporte de este medio denunció cómo el FBI conocía de antemano la ferocidad con que llegarían a Washington los manifestantes y los planes que tenían frente al Capitolio. Según el medio, no se hizo nada para evitarlo.
Otro reporte del mismo Washington Post relató otros hechos desconocidos. El periódico hizo un completo reportaje sobre esas seis horas en las que Trump vio el caos desplegarse a tan solo un par de cuadras. Hasta ahora, nada de eso se conocía.
Según el Washington Post, mientras los manifestantes inundaban la entrada al Capitolio, Trump permaneció quieto en la seguridad de la Casa Blanca, observando todo a través de la televisión. El diario relata que el presidente ignoró los reclamos de sus consejeros, que advertían de posibles muertes. De acuerdo con la senadora Lindsey O. Graham, el presidente veía a los manifestantes como sus aliados, y solo seis horas después les pidió que se “fueran a sus casas en paz.”
Lo que demostraron esas seis horas de parálisis en la Casa Blanca fue un presidente que, a pesar de haber prometido ser protector de la policía uniformada y un presidente de ley y orden, permaneció quieto mientras la policía del Capitolio fue pisoteada e incluso asesinada. Para el diario, el presidente abdicó la mayoría de sus responsabilidades como jefe de Estado.
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El reportaje sobre el ataque al Capitolio el seis de enero es el resultado de entrevistas a quince asesores, miembros del Congreso y muchos confidentes de Trump, quienes compartieron detalles de ese día, con la condición de anonimato.
Este miércoles, muchos sabían que algo pasaría. Trump había llamado a sus simpatizantes y miles habían viajado desde otros Estados al “Save America March” dedicado a apoyar los reclamos de Trump de que la elección le había sido robada. Varios miembros de la familia de Trump le habían instado a los manifestantes a ser beligerantes. Uno de ellos fue Eric Trump, quien utilizó expresiones como “mostrar pelea,” “pararse” y “marchar hoy en el Capitolio.”
A las 2:24 de ese mismo día, Trump escribió un tuit dirigido al vicepresidente en el que se leía:
“Mike Pence no tuvo el coraje de hacer lo que se debería haber hecho para proteger nuestro país y nuestra Constitución, dando a los estados la oportunidad de certificar un conjunto de hechos corregidos, no los fraudulentos o inexactos que se les pidió que certificaran previamente. ¡Estados Unidos exige la verdad!”.
Oficiales ya habían comenzado a discutir una declaración del presidente, explicó el diario, cuando los manifestantes habían comenzado a entrar al Capitolio. Sin embargo, no estaban autorizados a hablar en nombre de Trump. Para ellos, “la parte más exasperante” del día –según el “Washignton Post”– fue la demora de Trump en romper el silencio.
En ese entonces, los manifestantes ya habían comenzado a violar las barricadas de la policía y a sitiar el Capitolio. Y mientras Trump Junior les urgía a sus seguidores parar, Trump estaba “ocupado disfrutando del espectáculo”, animado al ver que sus seguidores estaban dispuestos a luchar en su favor.
Kelyanne Conway, confidente de Trump, entendió la magnitud de la situación y buscó acceder al presidente por la vía de un ayudante. Según cuentan sus asesores, entre todos le pedían al magnate que saliera a decirles a sus seguidores que se fueran del Capitolio.
Según The Washington Post, otros miembros republicanos del Congreso también llamaron a pedir ayuda y les rogaban a quienes estaban en la Casa Blanca que hicieran entrar a Trump en razón. La meta de todos era la misma: lograr que el presidente saliera en público a pedir que cesara la violencia. En esa misma línea estarían Ivanka Trump y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany.
A las 2:30 de la tarde, el grupo logró persuadir a Trump a escribir el tuit que le dio la vuelta al mundo: “Por favor, apoyen a nuestra Policía del Capitolio y las fuerzas del orden. Realmente están del lado de nuestro país. ¡Quédense en paz!”. Menos de una hora después, en otro trino se leía: “Les pido a todos en el Capitolio de los Estados Unidos que permanezcan en paz. ¡Sin violencia! Recuerden, NOSOTROS somos el Partido de la Ley y el Orden: respeten la Ley y a nuestros grandes hombres y mujeres de azul. ¡Gracias!”.
Pocos minutos después de las cuatro de la tarde, la Casa Blanca publicó un video que, aunque incluía al presidente refiriéndose a los violentos manifestantes como “muy especiales,” rompió el silencio de Trump: “Tenemos que tener paz. Váyanse a casa. Los amamos. Son muy especiales. Han visto lo que pasa. Ven la forma en que otros son tratados, que son tan malos y tan malvados. Sé cómo se sienten. Pero váyanse a casa y váyanse a casa en paz”.
Después de las seis de la tarde, la capital de Estados Unidos entró en toque de queda. Como en una película de Hollywood se necesitó que cayera la noche para que las autoridades pudieran decretar finalmente que el Capitolio estaba de nuevo seguro.
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Una semana después, por cuenta de los hechos del Capitolio, el presidente Donald Trump se enfrenta a la posibilidad de ser destituido faltando apenas una semana de terminar su mandato. Es el primer presidente de los Estados Unidos que llega a ese proceso por segunda vez en un mismo periodo. Trump es “un peligro claro y presente”, aseguró este miércoles la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, al pedir la destitución del mandatario. Para ella, el presidente alentó una “rebelión armada”.
Mientras tanto, Trump contestó con una aparente calma: “Insto a que NO haya violencia, NO se cometan delitos y NO haya vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo defiendo, ni tampoco lo que Estados Unidos defiende”, dijo en un comunicado. El presidente saliente de Estados Unidos llamó el miércoles a la calma y dijo que se opone a cualquier violencia mientras el Congreso debate su acusación por alentar el asalto al Capitolio hace una semana.
“Ante las informaciones sobre más manifestaciones, insto a que NO haya violencia, NO se cometan delitos y NO haya vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo defiendo, ni tampoco lo que Estados Unidos defiende... Pido a TODOS los estadounidenses que ayuden a aflojar las tensiones y calmar los ánimos. Gracias”, aseguró el magnate.