Entrevista
SEMANA habló con Jaime Maussan sobre cuerpos ‘no humanos’ presentados en México: “Son cuerpos que tuvieron vida, no son cuerpos armados”
El periodista y experto en la investigación de objetos voladores no identificados por más de 40 años dio detalles del polémico hallazgo presentado ante el Congreso mexicano.
El pasado 10 de septiembre, el experto en la investigación de objetos voladores no identificados Jaime Maussan exhibió lo que serían los cuerpos de dos seres “no humanos” en una audiencia pública en el Congreso mexicano, algo que llamó la atención no solo en México, sino en todo el mundo. Se trataría de cuerpos hallados en 2017 en Perú, entre Palpa y Nazca.
En un hecho que seguía generando desde asombro hasta burlas en México, las figuras fueron expuestas en dos pequeños sarcófagos en el Palacio de San Lázaro, sede del poder Legislativo.
Maussan, quien por años ha divulgado posibles fenómenos extraterrestres, citó análisis de carbono 14 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), según los cuales “estos seres tienen alrededor de 1.000 años de antigüedad”.
A continuación la entrevista del experto con SEMANA:
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SEMANA: Cuéntenos un poco sobre los cuerpos “no humanos” que presentó ante el Congreso de México.
Jaime Maussan (J. M.): Son hallazgos no humanos en proceso de investigación. Yo pienso que son extraterrestres, pero no lo puedo demostrar; sin embargo, los elementos sugieren que no son de la Tierra, al menos el ADN que se les ha realizado, pues no se puede encontrar nada similar en más de un millón de especies con las que fueron comparados, y eso nos hace pensar que podrían no ser parte del proceso evolutivo de todos los seres vivos del planeta, y eso los haría, pues, ajenos.
Pero existe la posibilidad de que sea una especie que haya surgido espontáneamente, aunque no hay muchas de esas, pero bueno, la posibilidad existe. Y la otra es que son seres que vivieron y murieron hace mil años, esto los hace por demás interesantes, porque tendrían que haber convivido con las antiguas civilizaciones.
Un dato más es que tienen en su cuerpo metales, tienen osmio y el osmio se descubrió en 1803; además, es un metal muy tóxico que hace daño especialmente a las vías respiratorias, a la piel, y por eso no conocemos todavía la tecnología para que lo hayan utilizado como lo hicieron en estos seres. Eso sí, sugeriría que esa tecnología viene de fuera, porque no podemos pensar que algo así haya sido hecho por los antiguos hace mil años.
SEMANA: ¿Qué pasó entre 2017 y 2023?, ¿por qué lo conocemos hoy después de seis años?
J. M.: Sí se dio a conocer, pero realmente no había recibido la atención suficiente. De 2017 para acá se han venido desarrollando estudios y cada día los estudios son más completos. De hecho, la Universidad de Ica los ha venido investigando los últimos cuatro años y va a dar a conocer un reporte preliminar, ya que ellos han realizado un estudio multidisciplinario que, sin lugar a dudas, es el más completo que se ha hecho y son los más calificados el día de hoy para emitir un veredicto. Yo les puedo anticipar que ese veredicto será que estos cuerpos, estos seres, pues realmente no son humanos. Ellos tampoco se van a arriesgar a decir que son extraterrestres, pero sí a confirmar que se trata de organismos que no están armados, que son reales y que algún día vivieron, comieron, murieron en este planeta.
SEMANA: ¿Cómo se preservaron estos cuerpos durante tantos años?
J. M.: Bueno, los seres se están degradando desde que fueron extraídos del lugar donde estaban. Son cuevas de diatomea. La diatomea es un alga fosilizada, era fitoplancton hace 17 millones de años y pues algún cambio climático eliminó a esta especie. Sin embargo, al fosilizarse se convirtió en un elemento muy efectivo para controlar el crecimiento de bacterias, de hongos, de insectos y por tanto es ideal para la conservación de cuerpos; alguien hace mil años se dio cuenta de esto y al menos 20 cuerpos similares a los que yo presenté fueron encontrados en este lugar. ¿Que dónde están?, seguramente en manos de coleccionistas y personas que los han venido extrayendo de Perú y esto es muy desafortunado porque las autoridades de Perú nunca les dieron la importancia, hasta ahora.
Por eso era muy importante presentarlas en una oportunidad como la que tuvimos de participar en una audiencia pública en el Congreso de México, nunca íbamos a tener un foro de esta naturaleza para poder presentar un hallazgo tan extraordinario como quedó demostrado.
SEMANA: ¿Siguen investigando los cuerpos?, ¿qué va a pasar con ellos?
J. M.: Bueno, la Universidad de ICA tiene sus propios cuerpos, los cuerpos que están acá no son los mismos, son cuerpos distintos y además yo sé que hay otros dos en México, se han acercado a mí para comentármelo, no los he visto, pero sé que están acá.
Yo no traje los cuerpos a México, yo soy periodista, pero sí tuve contacto con el hallazgo desde el primer momento gracias a Thierry Jamin, arqueólogo francés que vive en Cusco, en Perú, y ahí él se dio cuenta de la trascendencia e importancia del hallazgo. Nosotros nos pusimos en contacto con él y él nos dio todas las facilidades para realizar la investigación, así es que es un hallazgo legítimo. Los cuerpos armados, de los que tanto se ha hablado, son cuerpos pequeños que acompañaban a los más grandes, seguramente ofrendas, y todos los científicos que están diciendo que estos cuerpos que estamos presentando son armados, pues demuestran una profunda ignorancia sobre el caso, porque son dos cosas totalmente distintas. Los cuerpos que nosotros presentamos en el Congreso de México son cuerpos que tuvieron vida, no son cuerpos armados.
SEMANA: ¿Ha podido confrontar a los científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que lo acusan de mentir?
J. M.: Ellos no se quieren sentar conmigo. Yo creo que a cualquier ser humano le molesta que le levanten injurias, que lo agredan, que lo insulten sin estar presente, a cualquier persona le va a molestar eso. Que hayan dicho que yo he cometido una larga lista de fechorías, bueno, pues que me diga cuáles son, porque aquí estoy libre, nunca me ha pasado nada, nunca he estado sujeto a ningún proceso penal. Tengo un prestigio pulcro a través de toda mi vida de periodista, 50 años sin haberme corrompido nunca. Lo más triste es que demuestran una profunda ignorancia. ¿Qué es lo que va a pasar? Que el Congreso de la República le acaba de solicitar a la Universidad Nacional que sean ellos los que investiguen estos cuerpos y nosotros estamos de acuerdo porque se van a dar cuenta y no lo van a poder ocultar.
Yo sí estoy seguro en un 100 % de que los cuerpos, como se demostró en esta transmisión que se hizo en vivo el lunes 18 de septiembre desde un laboratorio de aquí de la Ciudad de México, no están armados. Ahí estuvieron los medios de comunicación, estuvieron especialistas forenses, ortopedistas, diferentes especialidades de científicos y no hubo uno que considerara que fueran cuerpos armados. ¿Dónde quedó la objetividad? ¿Dónde quedó la honestidad? ¿Dónde quedó el profesionalismo? Eso es lo que yo me pregunto en este momento. Ahora los científicos se comportan como si fueran de la Santa Inquisición. Tenemos que decirles ahora que son parte de la santa ciencia.
SEMANA: ¿Cuál es la razón por la que científicos de la UNAM quieren desmentir el hallazgo?
J. M.: Han sido 40 años de confrontación con su servidor. Siempre les ha molestado que se haya venido aceptando día a día la realidad de este fenómeno. Que en México se haya dado toda una campaña para decir que este servidor tenía razón. Ustedes lo pueden investigar, yo creo que eso les molestó y ahora pues ese todo, ese rencor guardado, pues habría que sacarlo.
SEMANA: ¿Otros países han expresado su deseo de investigar los cuerpos que usted presentó?
J. M.: Sé que hay diversas instituciones investigando el ADN que está en la nube. Está en Internet, cualquier especialista puede acceder a él, así es que ahí está. Y sí, estuvimos hablando una hora con algunos científicos de un laboratorio en Estados Unidos que está relacionado a instituciones muy grandes y ellos tienen interés en realizar la investigación. Creo que sí la van a hacer y van a ir a Perú y van a venir a México a tomar muestras y hacer sus propios análisis.
SEMANA: ¿Cuánto lleva de experiencia en este campo y cómo empezó?
J. M.: Hace 40 años, los he venido presentando en la televisión y desde 1991 me di cuenta de que la cámara de video iba a ser muy importante para poder desmitificar este fenómeno. Jamás me imaginé que a través de los teléfonos, bueno, en ese entonces ni siquiera los teléfonos que existían tenían cámara, ni mucho menos, y por tanto yo insté a las personas en México y en el mundo a que grabaran lo que vieran, y cada vez más personas lo hacen. Y esto ha sido verdaderamente extraordinario. Extraordinario porque ahora ya hay tantos videos y tantas evidencias que ya no queda lugar a dudas de que estamos siendo visitados.
SEMANA: ¿Por qué cree usted que se han intensificado estas apariciones en los últimos años?
J. M.: Por un lado, hay más actividad y, por el otro lado, hay más personas viendo el cielo, hay más teléfonos, hay más cámaras, hay más maneras de estar obteniendo las evidencias, generando evidencias y es lo que ha pasado. Es un conjunto de elementos, pero desde luego todo en base al crecimiento exponencial de la presencia de estos fenómenos en la Tierra.
SEMANA: ¿Cómo diferenciar entre lo que es real y lo que no es real?
J. M.: Cada caso hay que investigarlo, porque ahora con la inteligencia artificial y demás cada vez va a ser más difícil. Pero siempre hay un testigo, siempre y cuando dé su nombre, siempre y cuando dé detalles, y siempre y cuando haya más testigos que hayan grabado el mismo evento, podemos nosotros asegurar que es cierto; de otra manera, cada vez se vuelve más complicado.
También hay fuentes absolutamente inapelables, como pueden ser las de los militares, tanto en México como en Estados Unidos, que ven estas cosas constantemente y las graban; cuando eso ocurre, pues hay que tomarlos en cuenta porque son fuentes que no se pueden descartar fácilmente.
SEMANA: ¿Usted cree que Estados Unidos tiene algún interés en ocultar algún tipo de información?
J. M.: Desde luego que tiene interés. Quizás al principio no, al principio fue más: “Vamos a ver qué pasa”, pero se dieron cuenta en poco tiempo de que estos restos de estas naves podrían significar un gran avance tecnológico con la retroingeniería, y eso fue lo que hicieron y lograron desarrollar los circuitos integrados de las computadoras, la fibra óptica, las fibras de alta resistencia y tantos otros elementos más, y esto desde luego que ha sido muy importante en el desarrollo de la industria bélica, y por eso ahora siguen guardándolo, porque le toman mucha ventaja a esto.
Philip Corso, quien fue el encargado de hacer todo esto en la década de los cincuenta y sesenta, lo ha declarado públicamente, que él fue quien sembró esta tecnología en la industria de los Estados Unidos, y gracias a ello se pudo desarrollar y ser utilizada primero por los propios militares y, posteriormente, por el resto de la población.
SEMANA: ¿Qué opina de la oficina especial para investigar estos hechos que va a crear la Nasa?
J. M.: Están supeditados a las acciones del Pentágono. Recordemos que son una institución militar, nació como algo civil, pero ahora es militar. Entonces es militar para responder a los intereses de los militares, y queda muy claro que no es del interés de ellos el dar a conocer este fenómeno, aceptarlo como tal.
SEMANA: ¿Qué otras evidencias conoce sobre la presencia de seres no humanos aquí en nuestro planeta?
J. M.: Bueno, las evidencias están a la vista. Tienen cuerpos, tienen naves. Y desde luego que hay toda una intención de comunicarse con nosotros. O sea, en los campos de trigo en Inglaterra se han presentado mensajes que son respuestas a mensajes mandados por el ser humano al espacio. Entonces esto pues es algo muy importante que no han tomado en cuenta los científicos de Estados Unidos y, desafortunadamente, por eso no han alcanzado un mayor respaldo.
SEMANA: ¿Cuándo cree que vamos a poder comunicarnos con seres extraterrestres?
J. M.: Cuando se vea claramente una intención de nuestra parte. Esto no ha existido. Nosotros mandamos un mensaje al espacio en 1974. En el 2001, llegó la respuesta, pero ya no hubo una continuidad. O sea, esto no sé si ustedes lo sepan, pero llegó una respuesta a los campos de trigo en Inglaterra, muy detallada, en código binario y se pudo descifrar perfectamente y se pudo determinar que era muy clara la intención de estos seres de continuar el diálogo, y nunca lo hicimos. Ya había muerto Carl Sagan, luego murió Frank Drake, que fue el que mandó el mensaje, pero Frank no quiso darle importancia a esta respuesta que apareció ahí. ¿Por qué? No lo sé. No sé por qué los científicos a veces están tan en contra de la posibilidad de aceptar que hay vida y que está aquí en la Tierra, de otros lugares.
SEMANA: ¿Hay algunas zonas del planeta con más avistamientos que otras?
J. M.: Bueno, lo que yo he detectado es que son los centros de magnetismo. El volcán Popocatépetl, por ejemplo. Y los volcanes activos también son lugares donde hay una intensa actividad de este fenómeno. También los lugares donde ha habido accidentes nucleares, donde ha habido, de alguna manera, o hay un remanente nuclear, estos son algunos de los lugares que más visitan.