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Sérgio Moro, el juez que envió a la cárcel a Lula y se alió con Bolsonaro, ahora va por la Presidencia de Brasil
El juez fue la cabeza de la operación contra la corrupción más grande de la historia de Brasil, que terminó llevando a Lula un año a la cárcel y lo impulsó como ministro de Justicia de Bolsonaro.
En los últimos años, Sérgio Moro ha estado en el centro de la política brasileña, pues antes de ocupar un cargo en el Gobierno de Jair Bolsonaro, era juez y como juez fue el actor principal dentro de la investigación más grande contra la corrupción en Brasil: el caso Lava Jato, que le costó la cabeza a decenas de empresarios, políticos y contratistas relacionados con sobornos; incluso, llegó hasta el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, una de las figuras más importantes de la historia del país.
Ahora, después de ser ministro de Justicia de Bolsonaro, Moro quiere aspirar a la Presidencia de la República y ser la piedra en el camino de su antiguo jefe y evitar que Lula sea reelecto. De este modo, el jurista espera convertirse en la alternativa a lo conocido por los brasileños, pues se espera que ambos presidentes sean candidatos en las elecciones del próximo año.
El ahora candidato se unió esta semana al partido Podemos, el cual le servirá de plataforma para buscar la presidencia en 2022 y seguir mostrándose como un hombre íntegro, guiado por principios, y no por intereses personales, como anunció el miércoles, día en el que también dejó ver cómo será su proyecto político.
Confira a íntegra do meu discurso no evento de filiação ao Podemos na minha página recém criada no Facebook:https://t.co/uLk6CJV5HM pic.twitter.com/NjXgotXBLs
— Sergio Moro (@SF_Moro) November 10, 2021
Moro afirmó que buscará combatir la corrupción, erradicar la pobreza y defender la austeridad, así como unir a un país completamente fragmentado y polarizado entre la derecha de Bolsonaro y sus opositores, que están del lado de Lula.
Sin embargo, su camino no será fácil, pues los seguidores de Lula lo ven como un instrumento que llevó a Bolsonaro al poder, quitando del camino al expresidente; mientras que los seguidores del actual presidente lo ven como un traidor que usó el cargo para sus intereses particulares. Hace unos años, Moro tenía un aura de héroe nacional contra la corrupción, que se ido desapareciendo a medida que avanza su carrera en la política.
Incluso, ha venido atacando a Bolsonaro, con quien rompió relaciones al poco tiempo de asumir como ministro. En su más reciente discurso, aseguró que “es mentira que acabó la corrupción (como Bolsonaro afirmó), la verdad es que debilitaron las herramientas para combatirla”.
Las encuestas brasileñas no lo favorecen mucho, pues el juez tiene a penas el 8 % de intención de voto, muy lejos de los registros de Bolsonaro y Lula, que cuentan con 27 % y 41 %, respectivamente, por lo que todo apunta a que el líder del partido de los trabajadores sea nuevamente el presidente de la nación más grande de América del Sur.
Bolsonaro acusado por “crímenes contra la humanidad”
Una comisión del Senado de Brasil aprobó hace un par de semanas un informe que recomienda inculpar a Jair Bolsonaro de graves delitos como “crímenes contra la humanidad” por su gestión de la pandemia y pidió suspender el acceso del presidente a sus cuentas en redes sociales por citar información falsa sobre la covid-19.
Como se preveía, 7 de los 11 senadores que investigaron la gestión del Gobierno avalaron el texto presentado por el senador Renan Calheiros la semana pasada, y que también pedía inculpar a otras 77 personas, incluidos varios ministros y exministros, tres de los hijos del mandatario y dos empresas.
Tras seis meses de tensas sesiones en una pequeña sala del Senado en Brasilia analizando las acciones y omisiones del Gobierno, la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) aprobó el informe que recomienda inculpar al mandatario de una decena de delitos, entre ellos “crímenes contra la humanidad”, favorecer una epidemia que resultó en muerte y “charlatanismo”.
Al terminar la votación, los senadores hicieron un minuto de silencio en homenaje a los más de 606.000 muertos por covid en Brasil.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria, Jair Bolsonaro minimizó la pandemia, defendió medicamentos sin eficacia, como la hidroxicloroquina, y levantó dudas sobre la eficacia de las vacunas.