Chile
Sigue la crisis para Gabriel Boric: impopularidad histórica, delincuencia y desorden político
La administración de Gabriel Boric pasa por sus peores horas. Su popularidad cae a mínimos históricos, mientras las críticas por la alta delincuencia y los indultos a manifestantes condenados ponen en jaque al Gobierno de izquierda.
No ha pasado ni siquiera un año desde que Gabriel Boric llegó al poder en Chile después de haber sido un férreo opositor del Gobierno de Sebastián Piñera; sin embargo, a pesar del montón de promesas de cambio, el mandatario ha fracasado rotundamente hasta ahora. Los números no lo avalan y los escándalos tienen su gobernabilidad en vilo.
Solo el 25 por ciento de los chilenos mantiene una imagen positiva del Gobierno de Boric, esto según la más reciente encuesta de la firma Cadem. Mientras que la desaprobación llega hasta el 70 por ciento, por lo que hay muy pocos puntos medios con el mandatario de izquierda, que ha pasado de crisis en crisis y que tienen al pueblo en su contra.
Boric se metió en crisis él mismo, esto después de que apoyara por debajo de la mesa, pero de manera obvia, la propuesta de la nueva constitución para el país, una carta magna que terminó siendo rechazada por la población de manera tajante y que se relacionó con el mandatario y el núcleo más radical de la izquierda chilena.
Isidro Solís, exministro de Justicia de Chile, atribuye a este fracaso como una de las primeras causales para la falta de popularidad, ya que Boric argumenta que los chilenos no entendieron la propuesta de constitución, esto a pesar del gran alcance de distribución que tuvo el texto, por lo que muchos ciudadanos sienten que no se le da valor a la decisión que tomaron en las urnas.
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A igual conclusión llega Mariana Aylwin, exministra de Educación. “Es una derrota que no han asumido en el Gobierno. Es algo que desgastó mucho al presidente, fue un proceso que rechazó el 62 por ciento de la población”, dijo la exfuncionaria a SEMANA. Pero, aun así, son varios factores más los que tienen a Boric contra las cuerdas.
El mismo mandatario firmó una gran baja en la popularidad al conceder indultos a personas condenadas por crímenes durante el Estallido Social de 2019, a quienes el jefe de Estado ha calificado de inocentes. Pero cuando se investigó, muchos poseían un historial delictivo. “Cuando se empezaron a conocer los perfiles, hay muchos que ya habían sido delincuentes y con prontuario repugnante”, dice Solís.
Muestra del rechazo que generaron los indultos a los condenados, fue que en una semana la desaprobación de Boric subió nueve puntos, ya que, ante todo, es una mala muestra para la sociedad chilena, que ve cómo cada día que pasa, la delincuencia aumenta en el país. “Han aumentado cosas como el homicidio y demás delitos personales entre 80 y 110 por ciento. Es algo que impacta mucho porque está muy ligado al impulso, pero llegó el sicariato, también el narcotráfico y el robo de autos, algo que no era común en Chile”, declara el exministro Solís.
La crisis de seguridad ciudadana que viven los chilenos ha sido lapidaria para Boric, pero también tiene mucho que ver su círculo cercano, conformado por personas que se ubican en la izquierda y sus variantes más radicales, y fueron los mismos que apoyaron la propuesta de la nueva constitución chilena que terminó fracasando.
Pero incluso las reformas prometidas por Gabriel Boric han decepcionado al cambiar sus posiciones de cuando él era candidato de la oposición. “Le ha costado ponerse en contra de los retiros pensionales, que era algo que apoyaba siendo candidato, también hacer una ley para que los militares protejan instituciones estatales, convocar a estados de excepción en la Araucanía, cuando estaba en desacuerdo antes. Entonces hay muchas contradicciones que lo han desgastado”, declara Aylwin.
El mandatario tendrá además un par de duros retos en este año. Primero, en mayo se elegirán nuevos representantes para un nuevo proceso constituyente en el país, algo que podría salvar su Gobierno, pero también podría condenarlo en los años que aún le quedan.
¿Tiempo de corrección?
A pesar de las crisis que asfixian al Gobierno de Gabriel Boric, aún tiene más que suficiente tiempo para lograr volcar la mala opinión que múltiples sectores tienen sobre él. En marzo cumplirá apenas un año en el poder de los cuatro que tendrá como presidente de Chile y este corto periodo podría ser una lección para que el mandatario corrija los errores que ha cometido durante estos meses.
Para recuperar el respaldo popular, Boric debe acercarse mucho más al centro político y alejarse de los radicales, a pesar de que es ahí donde recae gran parte de las personas que aún lo apoyan. “Podría impulsar reformas más moderadas con apoyo más central y no juntándose con la extrema izquierda. Si toma un escenario más moderado, más reformista, con gente más alejada de su núcleo, podría volver a tener más apoyo”, dice la exministra Aylwin.
De igual manera, un nuevo proceso constituyente podría hacerle recuperar algo de poder a Boric después del fiasco de la primera propuesta de una nueva carta magna para el país austral. En esta propuesta el mandatario podría ver su salvación, siempre que esta vez se haga bien, como dice Aylwin: “Chile tiene un nuevo proceso constituyente, ahora en mayo se eligen los consejeros; es un salvavidas del Gobierno. Si apoya una constitución razonable, no se inmiscuye mucho y le da sustento al proceso que pueda realizarse en un diálogo positivo”.
Pero aun así, Boric tiene algo a su favor y es que supo responder ante las presiones internacionales que llegaron por cuenta de otros mandatarios de izquierda de la región. El chileno ha mostrado valentía al no ponerse del lado de Pedro Castillo después de que el expresidente peruano hiciera un intento de autogolpe de Estado, tras las acusaciones de corrupción contra él y su Gobierno. No se quiso sumar a Colombia, Bolivia, Argentina y México, que se convirtieron en escuderos del encarcelado gobernante.
Además, ha sabido plantar cara a los dictadores Nicolás Maduro en Venezuela y a Daniel Ortega en Nicaragua. Lo cual le valió duras críticas de ambos mandatarios autoritarios. “Al final, el pueblo terminó votando contra sí mismo. Terminó votando contra un Gobierno rechazado y repudiado en Chile”, dijo Maduro hace unos meses en crítica a Boric. Mientras que con Ortega, el chileno aseguró que en el país centroamericano no hay democracia, a lo que el nicaragüense respondió tratándolo de “perrito faldero”.
Con este tipo de acciones, Boric ha demostrado que tiene fuertes convicciones democráticas y que piensa defenderlas a como dé lugar, sin importar si los involucrados son de izquierda o de derecha. Este tipo de medidas han sido respaldadas por sus opositores, que hasta han salido en defensa del mandatario, por lo que en materia internacional el presidente chileno no debería preocuparse tanto por el impacto en su popularidad.
Boric deberá cambiar muchas cosas en su mandato, pues también se le acusa de falta de ejecución gubernamental “Es un Gobierno de un mal desempeño, hay números de poca ejecución, en particular de transferencias a privados, contratos, desarrollo de proyectos, inversión, dotación y ejecución, todo está muy bajo”, declaró el exministro Isidro Solís, que sostiene que el presidente no está asumiendo su cargo como debería.
El 2023 determinará el futuro del chileno, ya que dos primeros años malos podrían ser el detonante para un Gobierno fallido, como pasa en Argentina, donde desde hace mucho tiempo Alberto Fernández perdió el apoyo popular y solo el 20 por ciento de la población está con él. “Este puede ser el peor año de Boric, los dos primeros años de mandato son los de la iniciativa, y si no logra cambiar las cosas, el gobierno está muerto”, expone Solís.
Aún a Gabriel Boric y a su Gobierno les quedan tres años en el poder para lograr cambiar las cosas y cumplir las altas expectativas que vendió cuando se hizo con el poder en 2021. El problema es que las cuentas hoy están en su contra, pues son más los pasos que da hacia atrás que los avances que logra para Chile.