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Siguen las inundaciones en Brasil, cientos de ciudadanos han fallecido y se necesitan millonarias reconstrucciones
Además de las afectaciones a viviendas, preocupa el futuro de la zona afectada, que se dedica a la agricultura.
En Brasil se viven días de angustia debido a las fuertes inundaciones que azotan al país en la última semana. La catástrofe ha afectado el sur del país, dejando millonarios daños a su paso y una tragedia humanitaria sin precedentes recientes para la nación. Más de 1,7 millones de personas resultaron afectadas, unas 327.000 fueron desalojadas y más de 60.000 viviendas quedaron dañadas por la catástrofe, que expertos y el Gobierno brasileño vinculan al cambio climático.
Mientras tanto, el Gobierno de Brasil liderado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva prometió unos 10.000 millones de dólares para reconstruir la zona, donde se intensificó este jueves la entrega de ayuda humanitaria para socorrer a la población sin vivienda, electricidad ni agua tras las históricas inundaciones. La zona es más que todo agropecuaria, por lo que el desastre también afecta sobremanera la economía de la población.
El ministro de Finanzas, Fernando Haddad, prometió una “inyección de recursos del orden de 50.000 millones de reales”. El paquete de medidas contempla principalmente la entrega de créditos para ayudar a trabajadores, empresas y municipios afectados. “Veremos el tamaño de los problemas cuando el agua baje y los ríos vuelvan a la normalidad. Mucha gente perdió mucho y tenemos que tener eso en cuenta”, dijo Lula.
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Antes, el gobernador del estado, Eduardo Leite, había estimado en X el monto de la recuperación en 19.000 millones de reales (3.700 millones de dólares). Además, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destinará 5.500 millones de reales (unos USD 1.100 millones) en recursos “para protección de empleos, apoyo a empresas y proyectos de reconstrucción de infraestructura”, anunció el presidente brasileño del organismo, Ilan Goldfajn.
Las preocupaciones aumentan con la catástrofe que alcanzó también las cárceles del estado, que pidieron asistencia federal tras quedarse sin suministro de agua, informó la ONG Red Justicia Criminal. Pero los actos de caridad se hacen virales desde el exterior. El papa Francisco envió 100.000 euros, según el sitio Vatican News. Mientras que el magnate Elon Musk, anunció que su empresa Starlink donará un millar de terminales de internet para los equipos de emergencia.
¿Crisis agrícola?
El estado de Río Grande do Sul, afectado desde la semana pasada por inundaciones históricas, es una de las principales regiones brasileñas productoras de soja, oleaginosa también esencial para la ganadería. La zona sureña contaba con tener una cosecha récord de más de 22 millones de toneladas este año, pero el mal tiempo podría afectar hasta cinco millones de toneladas, según cifras de la AFP.
Antes de las lluvias, podrían llegar a cosechar una cuarta parte de los campos de soja, de los cuales una parte se pudrirá y se perderá, y la otra tendrá rendimientos inferiores a los esperados, según advierten los expertos brasileños, que también estiman que las áreas de almacenamiento de alimentos y cultivos probablemente también se vieron afectadas,
Aunque Brasil mantenga su rango mundial como productor de soja esta temporada, las inundaciones reducirán sus resultados. Ya hay previsiones de una merma con respecto a 2023 debido a episodios anteriores de fuertes lluvias en el sur, así como una grave sequía en el centro-oeste. El arroz, un cereal esencial en la dieta diaria de los brasileños, también es motivo de preocupación.
Río Grande do Sul es, con diferencia, la principal región productora del país, con 6,9 millones de toneladas el año pasado. Antes del desastre, restaban por cosechar alrededor del 15 % de los cultivos, según el Instituto Regional de Asistencia Técnica y Extensión Rural. Para hacer frente a cualquier déficit, pero también para combatir la especulación sobre los precios, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ya ha anunciado que importará arroz.
*Con información de la AFP.