Israel- Hamás
Hamás condiciona la liberación de rehenes en Gaza a la negociación
El ejército israelí libró feroces combates en la Franja de Gaza con los milicianos del movimiento islamista Hamás, que advirtió el domingo que ninguno de los rehenes que retiene en el territorio palestino saldrá “vivo” si no se cumplen sus “exigencias”.
Las autoridades israelíes reiteraron que van a intensificar los combates, pese a que el balance de muertos sigue aumentando en Gaza, donde según las últimas cifras del ministerio de Salud de Hamás han muerto al menos 17.997 personas, en su mayoría mujeres y menores.
La guerra continuará “el tiempo que haga falta para asegurar que Hamás no pueda hacer daño nunca más a nuestro pueblo”, afirmó el portavoz del gobierno israelí, Eylon Levy.
Israel prometió erradicar a Hamás tras los ataques sin precedentes del 7 de octubre, cuando los milicianos de ese grupo traspasaron la frontera y mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a unas 240, según las autoridades israelíes.
Unos 137 rehenes continúan en Gaza, dijo Israel el sábado. Hamás aseguró el domingo que ninguno de ellos saldrá “vivo” de Gaza “sin un intercambio y una negociación, y sin cumplir las exigencias” del movimiento islamista, que gobierna el territorio palestino. Catar, principal mediador entre las dos partes, aseguró que los esfuerzos por un nuevo alto el fuego y más liberaciones de rehenes “continúan”, pero advirtió que los bombardeos israelíes están “reduciendo” las posibilidades.
Tendencias
Castigo colectivo
El movimiento islamista indicó que Israel lanzó una serie de “ataques muy violentos” el domingo temprano contra la ciudad sureña de Jan Yunis y la carretera que conecta esa localidad con Rafah, cerca de la frontera con Egipto.
El ejército israelí indicó que 98 soldados han muerto en su ofensiva. El domingo afirmó que atacó más de 250 objetivos en 24 horas, entre ellos centros de Hamás y “entradas de túneles subterráneos” en el sur de Gaza. Según ambas partes, los combates entre los soldados y los milicianos palestinos se concentran principalmente en la región de Jan Yunis, en Jabaliya (norte) y en la ciudad de Gaza (norte).
Por su parte, Hamás siguió disparando cohetes hacia Israel. La gran mayoría fueron interceptados. El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que “la situación evoluciona rápidamente hacia una catástrofe” que podría tener consecuencias “irreversibles para los palestinos” y para la región.
También denunció la “parálisis” de Naciones Unidas frente a la guerra, tras el veto por Estados Unidos de una resolución para pedir un alto el fuego.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó al presidente ruso, Vladimir Putin, su “descontento” ya que Rusia si votó a favor. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, recordó que Rusia “condenó firmemente” el ataque “terrorista” del 7 de octubre, pero “no cree que sea aceptable utilizar este suceso para infligir un castigo colectivo a millones de palestinos”.
Impacto “catastrófico”
La intensificación de los combates terrestres y los ataques aéreos en Gaza hace temer cada vez más por la población civil, que intenta desesperadamente protegerse en el territorio asediado. Cerca de 1,9 millones de los 2,4 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados, casi un millón de ellos niños, según el organismo de la ONU para la infancia.
El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que “el impacto del conflicto en la salud es catastrófico”, y advirtió que el sistema de salud está “de rodillas y colapsando”.
La OMS, que adoptó el domingo una resolución para pedir el paso “inmediato, continuo y sin trabas de ayuda humanitaria”, y otras oenegés alertan de la propagación de enfermedades debido al hacinamiento y la falta de suministros básicos. En la ciudad de Gaza (norte), al menos 30.000 se refugian en carpas improvisadas entre los muros colapsados del hospital Al Shifa, que dejó de funcionar y está parcialmente destruido tras un ataque israelí en noviembre.
Allí, un periodista de AFP habló el domingo con personas que aseguran que carecen de todo, desde leche infantil hasta lonas para protegerse de la lluvia y el frío. “Nuestra vida se ha convertido en un infierno. No hay electricidad, ni agua, ni harina, ni pan, ni medicinas para los niños, que están todos enfermos”, explicó Mohammed Dalul, que llegó al centro con su mujer y sus tres hijos.
Gran parte de los desplazados, impedidos de abandonar el territorio, huyeron hacia el sur, convirtiendo la ciudad de Rafah en un gran campamento.
Desplazamiento hacia Egipto
El director de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, denunció en un artículo publicado el sábado en Los Angeles Times el desplazamiento forzado de los gazatíes hacia Egipto. “Si seguimos por este camino (...) Gaza dejará de ser una tierra para los palestinos”, escribió. Israel rechazó la acusación, declarando que “simplemente no es cierto” que exista un plan para desplazar a la población.
El conflicto en Gaza desató protestas en todo el mundo, con manifestaciones propalestinas en Marruecos y Turquía el domingo y antisemitismo en Bélgica y otros países. Pero también agravó los temores de una conflagración regional.
En Cisjordania ocupada, más de 260 palestinos han muerto en enfrentamientos con soldados o colonos israelíes, según la Autoridad Palestina. El ejército israelí indicó que dos soldados resultaron heridos por el lanzamiento de cohetes desde el sur de Líbano hacia el norte de Israel. La aviación respondió con ataques contra “objetivos terroristas de Hezbolá”, movimiento libanés.
*Con información de AFP.