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Sobreviviente de masacre en Texas testifica en el Congreso de EE. UU.
“No quiero que vuelva a suceder”, relató una menor sobreviviente de la masacre en una escuela de Texas que acabo con la vida de 21 personas.
“No quiero que vuelva a suceder”, imploró este miércoles, 8 de junio, al Congreso de Estados Unidos una niña de 11 años, sobreviviente del tiroteo en la escuela primaria de Texas hace dos semanas.
Miah Cerrillo, quien describió cómo se untó con la sangre de una compañera asesinada para que el joven de 18 años que abrió fuego en su aula pensara que ella también estaba muerta, dijo que ya no se sentía segura en la escuela, durante una audiencia sobre la regulación de armas de fuego en Estados Unidos.
Cerrillo, una alumna de cuarto grado de la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, relató su terrible experiencia cuando 19 de sus compañeros de clase y dos maestras fueron baleadas el pasado 24 de mayo en un salón de clases.
Cuando se le preguntó en un testimonio en video pregrabado qué quería que sucediera en su escuela, respondió: “Tener seguridad”. Cuando se le preguntó si se sentía segura en la escuela, negó con la cabeza y dijo: “No quiero que vuelva a suceder”.
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Miah tiene pesadillas frecuentes luego del impactante suceso que vivió; además, se está recuperando de fragmentos de bala en la espalda y lidiando con el trauma, dijo su padre, Miguel Cerrillo, al diario USA Today.
El testimonio de Miah tiene lugar cuando el Congreso enfrenta una presión cada vez mayor para responder a la creciente violencia armada en todo el país, especialmente en forma de tiroteos masivos (incidentes con al menos cuatro muertos o heridos, sin incluir al atacante).
Las masacres ocurridas en la escuela de Miah y días antes en un supermercado en Buffalo, en el norte del estado de Nueva York, han conmocionado a la nación, reavivando los llamados urgentes para reformas de seguridad de armas.
Roy Guerrero, un pediatra que atendió a varias víctimas en Uvalde, y Zeneta Everhart, la madre de un sobreviviente de la matanza racista de Buffalo, que dejó a 10 afroestadounidenses muertos, también se pronunciarán.
“Espero que todos mis colegas escuchen con el corazón abierto mientras los sobrevivientes de la violencia armada y sus seres queridos relatan uno de los días más oscuros de sus vidas”, dijo Carolyn Maloney, presidenta del Comité de Reforma y Supervisión.
Un grupo de senadores demócratas y republicanos está trabajando en una normativa que, aunque limitada, podría convertirse en el primer intento serio de reformar la regulación de armas en décadas.
“Elegidos para protegernos”.
El paquete aumentaría la financiación de los servicios de salud mental y la seguridad escolar, ampliaría un poco las verificaciones de antecedentes de los compradores de armas e incentivaría a los estados a instituir las llamadas “leyes de bandera roja”, que permiten a las autoridades confiscar armas de personas consideradas una amenaza.
Sin embargo, no incluye una prohibición de armas de asalto ni revisiones de antecedentes universales, lo que significa que no cumplirá con las expectativas del presidente Joe Biden, de los demócratas progresistas y de los activistas contra la violencia armada.
Pero incluso si se llega a un acuerdo, la iniciativa deberá enfrentar el reto de un Senado dividido en partes iguales entre demócratas y republicanos y obtener los votos de al menos 10 republicanos, aunque la mayoría está en contra de una reforma regulatoria significativa.
“Sabemos que no obtendremos todo lo que queremos, sabemos que el impulso para una seguridad de armas aún más significativa continuará después de este debate, pero lograr un progreso real es muy importante”, dijo el martes el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Con información de AFP.