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Solsticio de verano: una fecha que une a la ciencia y a la mística
Junto con los equinoccios, los solsticios marcan el principio y el fin de las estaciones.
El cambio de las estaciones en el planeta, sobre todo en las latitudes más boreales y australes, se dan por la llegada de los equinoccios y solsticios, los cuales son unos momentos específicos en la órbita terrestre que evidencian qué tan cerca, o tan lejos, se está del sol. Gracias al inclinado eje de rotación del planeta, junto con el hemisferio en el que se encuentre, el clima será más preciso para pronosticar.
En el caso del hemisferio norte, el 21 de junio se conoce como la fecha en el que tiene lugar el solsticio de verano, y en el hemisferio sur el de invierno, y el 21 de diciembre es a la inversa, fechas que cuentan con un componente científico y místico que atrae a los profesionales y aficionados a estos momentos en específico.
¿Qué pasa el 21 de junio?
Según la ciencia, el sol alcanza su cúspide en el hemisferio norte el 21 de junio, por lo cual se considera el día más largo en esta parte del mundo, ya que el día puede llegar a durar 2 horas más, (entiéndase el día como el periodo en el que el sol se encuentra a la vista). Por su parte, en el hemisferio sur el día es el más corto del año debido al eje de rotación de la tierra.
Con base en esta fecha, en el hemisferio norte comienza la estación de verano que irá hasta finales de septiembre, mientras en el hemisferio sur empieza el invierno, el cual dará paso a la primavera en los últimos días del mes de septiembre.
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¿Existen rituales o celebraciones por el solsticio de verano?
En el pasado sí. Así como el calendario lunar marca algunas celebraciones importantes de carácter religioso, el solsticio de verano también es inspiración para otras más.
El inicio del verano marcaba un acontecimiento importante para varias culturas, sin importar el continente, desde Stonehenge en el Reino Unido hasta Chichén Itzá en México.
Los arqueólogos han encontrado que las estructuras realizadas por estas dos culturas milenarias estaban, y lo siguen estando, diseñados para que los rayos del sol se alinearan con las estatuas o pirámides durante el solsticio de verano.
También, los expertos dicen que este solsticio era de gran relevancia para estas sociedades ya que celebraban todo tipo de rituales de fertilidad, renovación y para darle la bienvenida al sol. Incluso, estos se siguen dando en pequeñas comunidades que siguen la tradición de sus ancestros y también por parte de aficionados que han querido adoptar este tipo de creencias.
Más allá del rito
La astronomía constantemente agradece a solsticio de verano, ya que gracias a momentos como este, se ha podido estudiar y entender la manera en que la tierra se comporta en el sistema solar, además para dar sólidas conclusiones en la relación astronómica que existe entre el planeta y el sol, comprendiendo aún más el porqué de algunos fenómenos celestes.
Cada seis meses estos solsticios se hacen presentes, al igual que lo que sucede con los equinoccios en marzo y septiembre, dependiendo del hemisferio en el que se encuentre el individuo sabrá en qué estación se encuentra.
Aunque suele ser una fecha irrelevante para varios credos y culturas el solsticio de verano marca una fecha especial para los amantes de la astronomía y aficionados que gustan conocer cada día más sobre el mundo que los rodea y de lo que hay más allá, con el fin de comprender cada aspecto del universo el cual se encuentra en constante expansión, tanto así que es fuente de admiración, respeto y temor por parte de varios individuos dependiendo la manera individual de concebir este vasto espacio.