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Arqueólogo- Imagen de referencia - Foto: Getty Image | Foto: Getty Images

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Sorprendente hallazgo: descubren restos de hace 4.000 años de una mujer que esperaba gemelos

Al parecer, la mujer hacía parte de la clase alta entre la sociedad de la Edad Bronce.

29 de julio de 2021

Un grupo de científicos descubrieron en un cementerio de la Edad de Bronce, cerca de la ciudad de Szigetszentmiklós, en Hungría, una urna crematoria que calculan tiene aproximadamente 4.000 años de antigüedad. En su interior estaban los restos de una mujer embarazada que, según los investigadores, esperaba gemelos.

La investigación llevada a cabo por un equipo de investigación arqueológica de distintas universidades húngaras e italianas, fue publicada en la revista PLOS ONE. En medio de las excavaciones en un cementerio de la cultura Vatya, los científicos encontraron 26 tumbas con urnas crematorias y tres entierros.

Sobre este cementerio, se indicó que floreció en el centro del actual territorio de Hungría a las orillas del río Danubio durante la Edad de Bronce, entre los años 2200 y 1450 A.C.

Los investigadores indicaron que en la mayoría de los enterramientos hallaron los restos de un solo individuo y ajuares funerarios sencillos elaborados de cerámica o bronce.

En cuanto a la urna crematoria con los restos de la mujer embarazada que esperaba gemelos, los investigadores explicaron que fueron inhumados junto con lujosos ajuares funerarios que incluían un anillo de oro para el pelo, además de una gargantilla de bronce y dos ornamentos de hueso para el cabello.

Lo expertos calculan que la mujer se encontraba aproximadamente entre las semanas 28 y 32 de gestación, y tenía entre 25 y 35 años en el momento de su muerte, aunque no cuentan con evidencias para determinar las causas puntuales de su fallecimiento.

Pruebas isotópicas de estroncio señalaron que la mujer probablemente nació en otro lugar y se trasladó a Szigetszentmiklós cuando tenía entre 8 y 13 años.

Los investigadores consideran que los resultados con los que cuentan hasta el momento reforzarían la hipótesis de que en Europa central durante la Edad de Bronce las mujeres, principalmente las pertenecientes a las clases más altas de la sociedad, solían casarse fuera de sus comunidades de origen.

“Gracias a un amplio espectro de nuevos métodos bioarqueológicos, técnicas y estrategias de muestreo, ahora es posible reconstruir las historias de vida de las personas incineradas de la Edad del Bronce”, agregaron los arqueólogos.

En días pasados, otro grupo de arqueólogos halló en la ciudad de David, la zona más antigua de Jerusalén, dientes fosilizados de tiburones antiguos, contemporáneos de los dinosaurios. Aseguran que estas piezas podrían ser una de las colecciones más antiguas del mundo.

En el lugar del hallazgo, el cual es considerado un tesoro, los arqueólogos también descubrieron supuestos fragmentos de edificios de la época de Salomón, el heredero del rey David. Entre los elementos se encontraba una estructura rectangular que medía 15 metros de largo y 10 metros de ancho.

Los investigadores, que empezaron con las excavaciones a gran escala en la zona hacia el año 2000, también descubrieron cerámica, huesos de pescado, otros restos de comida y dientes de tiburón en sus cimientos.

Para tener claro el período de los hallazgos, los arqueólogos enviaron las piezas a un laboratorio para su estudio, y la composición de isótopos de estroncio estableció que la edad de los dientes del tiburón es de 80 millones de años.

Esto confirmó que los 29 dientes de tiburón encontrados en la Ciudad de David eran fósiles del Cretácico Superior, contemporáneos de los dinosaurios. Más que eso, no simplemente fueron erosionados del lecho de roca debajo del sitio, sino que probablemente fueron transportados desde lejos, posiblemente desde el (desierto) Néguev, al menos a 80 kilómetros de distancia, donde se encuentran fósiles similares”, dijo el investigador principal del estudio, Thomas Tuetken.

Además de los dientes de tiburón, los investigadores encontraron varios sellos y otros artefactos de los siglos X y IX antes de Cristo. Por lo tanto, consideraron que dichos hallazgos hicieron parte de un tesoro, que accidental o deliberadamente terminó en el edificio junto con la basura.