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Sube la tensión por opositor bielorruso detenido: EE. UU y Europa evaluarán sanciones
Estados Unidos y diversos países de la Unión Europea calificaron de “secuestro” y “terrorismo de Estado” la decisión del gobierno de ese país.
Como un “secuestro” y “terrorismo de estado” fue calificado este domingo la actuación del gobierno de Bielorrusia, que desvió un avión de la aerolínea Ryanair con el fin de detener al opositor Roman Protasevich.
La aeronave, que iba de Atenas (Grecia) a Vilna (capital de Lituania), fue forzada a realizar un aterrizaje forzoso en Minsk, capital bielorrusa, lo que generó una oleada de rechazos e indignación en la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
La televisión estatal bielorrusa reportó que Roman Protasevich, un periodista disidente de 26 años exiliado en Polonia, fue detenido. Posteriormente, el vuelo retomó su rumbo hacia Vilna, donde aterrizó unas horas después.
“Se volvió a la gente y dijo que enfrentaría la pena de muerte”, aseguró Monika Simkiene, una lituana que iba en el mismo avión.
Esta situación escaló con el pasar de las horas, a tal punto que, este lunes, los mandatarios de la Unión Europea (UE) se encontrarán en una reunión de emergencia. “Abordarán el incidente y evaluarán “posibles sanciones”, según indicó un portavoz del Consejo Europeo.
Varios países del bloque como Alemania y Lituania denunciaron los hechos, que el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, calificó de “terrorismo de Estado” y para los que pidió “sanciones inmediatas”.
Francia convocó al embajador bielorruso en París. Y Reino Unido, que ya no forma parte de la UE, también advirtió al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que se expone a “graves consecuencias”.
A su vez, Estados Unidos “condenó fuertemente” la detención, y el secretario de Estado, Antony Blinken, pidió la liberación de Protasevich. “Este acto chocante perpetrado por el régimen de Lukashenko puso en peligro la vida de más de 120 pasajeros, incluidos ciudadanos estadounidenses”, dijo Blinken en un comunicado.
Pero no terminó allí. También pidió que se libere inmediatamente al activista y que además se realice una investigación internacional, para lo cual indicó que desde Estados Unidos están coordinando con sus aliados sobre las decisiones que se tomarán en los próximos días. “Nos mantenemos con la población de Bielorrusia”, aseguró el secretario de Estado.
Por su parte, Julie Fisher, embajadora de ese país en Bielorrusia, elevó su voz horas antes de que Blinken emitiera el comunicado.
‘Lukashenko and su régimen mostraron una vez más su desprecio por la comunidad internacional y sus ciudadanos. Inventarse una amenaza de bomba y enviar un caza MiG-29 para forzar a Ryanair a aterrizar en Minsk, solo con el objetivo de arrestar al periodista por cargos políticamente motivados, es peligroso y aberrante”, señaló la diplomática.
Según las autoridades, el avión desvió su trayectoria por una “amenaza de bomba”. No obstante, el aeropuerto de Minsk aseguró ser una amenaza falsa, de acuerdo con lo citado por la agencia de prensa oficial Belta.
Es más, el servicio de prensa de la Presidencia de Bielorrusia confirmó que el presidente, Aleksandr Lukashenko dio personalmente la orden de que un avión de caza MiG-29 interceptara la aeronave comercial tras esta supuesta amenaza.
De acuerdo con el diario El Mundo de España, a ‘jugadita’ de Lukashenko recibió aplausos desde algunos medios oficiales rusos.
“La jefa del canal RT, Margarita Simonian, a cargo de difundir la visión del Gobierno ruso en distintos idiomas, se mostró embelesada con la detención del periodista: “Nunca pensé que envidiaría a Bielorrusia. Pero ahora de alguna manera les envidio. El viejo [Lukashenko] ha obrado estupendamente”, señaló el diario
Con información de AFP